Hizbulá escondía material explosivo en una fábrica al noroeste de Londres

Henar Hernández

Pie de foto: Hizbulá escondía explosivos en una fábrica al noroeste de Londres. REUTERS/AZIZ TAHER

Una investigación llevada a cabo por el diario británico The Telegraph ha revelado que terroristas vinculados a Hizbulá escondieron toneladas de material explosivo en una fábrica secreta ubicada al noroeste de Londres. La Policía Metropolitana de la capital británica y el servicio de inteligencia MI5 descubrieron este hallazgo en otoño de 2015, tras registrar cuatro propiedades, entre ellas, tres negocios y un inmueble residencial. En la operación, que fue lanzada de forma encubierta por el Comando Antiterrorista de la Policía Metropolitana y por los agentes del MI5 y bajo la máxima confidencialidad, un hombre de 40 años fue arrestado bajo la sospecha de que estuviese planeando un atentado terrorista, aunque posteriormente quedó en libertad sin cargos.

En la fábrica, las fuerzas de seguridad encontraron tres toneladas de nitrato de amonio, escondidas en miles de bolsas de hielo desechables. Dicho material es utilizado frecuentemente por los terroristas en las bombas de fabricación caseras, pues si se combina con un combustible y, en concreto, con los derivados del petróleo, conforma el explosivo conocido como Ammonium Nitrate Fuel Oil (ANFO), empleado por grupos terroristas europeos como ETA o el IRA. Según indica The Telegraph, la utilización de bolsas de hielo para conservar el nitrato de amonio se debe a su aspecto – inofensivo – y a su manejabilidad – fáciles de transportar-. 

El medio de comunicación británico sopesa la posibilidad de que el hallazgo no se hizo público en ese momento para proteger el acuerdo nuclear con Irán (JCPOA, por sus siglas en inglés), que fue firmado por Reino Unido tan solo unos meses antes de la operación policial, concretamente, el 14 de julio de 2015.

La cantidad hallada en las inmediaciones de Londres supone una cifra mayor que la usada en el bombardeo de Oklahoma City, un atentado perpetrado en 1995 por los terroristas norteamericanos Timothy McVeigh y Terry Nichols que dejó un balance de 168 muertos y cerca de 700 heridos.

Pie de foto: Miembros del movimiento chiíta libanés Hezbolá al sur de Beirut el 12 de octubre de 2016. AFP PHOTO/ANWAR AMRO

La red internacional de Hizbulá

Tal y como expone el diario británico, el descubrimiento de este arsenal relacionado con el grupo terrorista libanés no fue un hecho aislado. Unos meses antes, en junio, un hombre de 26 años y con doble nacionalidad libanesa-canadiense fue detenido por esconder en su sótano más de 65.000 bolsas de hielo en la ciudad chipriota de Larnaca, las cuales contenían 8,2 toneladas de nitrato de amonio. El hombre, llamado Hussein Bassam Abdallah, reconoció que formaba parte del brazo armado de Hizbulá y que el material se almacenaba para preparar atentados terroristas, por lo que se declaró culpable y recibió una condena de siete años de cárcel. Del mismo modo, The Telegraph también se hizo eco de otros dos eventos que guardan relación: por un lado, una operación policial en Tailandia en la que miembros de Hizbulá fueron atrapados escondiendo bolsas de hielo cargadas de explosivos. Por otro lado, en 2017, un individuo del grupo terrorista afincado en Nueva York fue sorprendido al contactar con un fabricante extranjero de bolsas de hielo. 

Esta serie de acontecimientos parece confirmar la existencia de un plan internacional de Hizbulá para sentar las bases de futuros ataques en territorio extranjero, como señala el diario británico.

Pie de foto: El líder libanés de Hizbulá, Sayyed Hassan Nasrallah, se dirige a sus partidarios durante una aparición pública en una procesión religiosa para conmemorar a Ashura en los suburbios del sur de Beirut, Líbano 12 de Octubre 2016. REUTERS/AZIZ TAHER

Incidentes terroristas vinculados a Irán en Europa

Asimismo, los investigadores del medio han recopilado una serie de incidentes terroristas vinculados a Irán que han acaecido en territorio europeo desde 2012. El primero de ellos tuvo lugar en julio de 2012, cuando cinco turistas israelíes y su guía fueron asesinados por un coche bomba. Las autoridades indicaron que los sospechosos pertenecían al brazo armado de Hizbulá, pero el grupo rechazó cualquier implicación en el ataque. En 2015, se hallaron los dos arsenales en Chipre y Londres. Dos años más tarde, en 2017, un ciudadano paquistaní fue detenido y juzgado en Alemania por realizar labores de espía para el Gobierno iraní, a través de la identificación de objetivos potenciales útiles para la Guardia Revolucionaria de Irán.

En junio del año pasado sucedieron otros dos eventos que relaciona The Guardian: en primer lugar, Francia arrestó a dos hombres belgas de origen iraní que estaban planeando un atentado contra un mitin de la oposición de Irán en el exilio que se celebraba en París. Las autoridades francesas acusaron directamente al Ministerio de Inteligencia del país asiático de estar detrás del frustrado ataque. En segundo lugar, dos diplomáticos iraníes fueron expulsados de los Países Bajos tras salir a la luz los supuestos vínculos de Irán con asesinatos cometidos en territorio holandés. Por último, en octubre de 2018, Dinamarca denunció que Irán estaba conspirando para asesinar a un líder separatista árabe y detuvo a un ciudadano noruego de origen iraní, quien negó todas las acusaciones. 

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