Inminente intervención militar en Libia

Por Pedro Canales 
Foto: Centenares de extranjeros tratan de cruzar por la fuerza la frontera de Libia a Túnez. 
 
“Es cuestión de días, si no de horas” se repite con insistencia en los círculos políticos tunecinos y en las cancillerías occidentales. Una intervención militar extranjera en Libia en contra de las milicias islamistas que prosiguen su inexorable asalto al poder en Trípoli, parece cada vez más inevitable. La acción combinada de las falanges de Ansar Acharia, de Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), y de los grupos afiliados al Estado Islámico de Al Bagdadi, ha arrinconado al gobierno de Abdalá Al Thani, que sin apoyo exterior, caerá inevitablemente en poco tiempo. Los primeros en dar la alarma fueron las cancillerías occidentales, empezando por los norteamericanos. El Departamento de Estado tomó hace ya más de una semana una decisión drástica: evacuar todo el personal diplomático de Libia y cerrar sus dependencias en Trípoli y Bengazi. Siguieron el resto de países de la Alianza Atlántica, unos utilizando la vía terrestre por Túnez, otros la vía marítima. Ante el creciente sonido de los tambores de guerra, el Gobierno tunecino adoptó este viernes una decisión sin precedentes: pedir a todos los ciudadanos tunecinos residentes en Libia que evacúen el país. Según estadísticas oficiales, hay 60.000 tunecinos instalados en Libia, muchos de ellos desde hace años, y que poseen comercios, negocios, fábricas, o trabajan en diferentes sectores de la economía del país. Una franja importante lo constituyen médicos, abogados, ingenieros, economistas y profesores. “Pedir a la comunidad tunecina que salga del país -comenta una fuente diplomática tunecina a Atalayar- es una señal clara de que estamos ante un cambio drástico de la situación en Libia”. En otras palabras: los prolegómenos de una nueva guerra de consecuencias impredecibles.
 
Varios escenarios
En los medios de inteligencia magrebíes se barajan varios escenarios posibles: 
- Una intervención aérea combinada de los vecinos de Libia, Egipto, Túnez y Argelia, en ayuda al Gobierno provisional de Trípoli presidido por Abdalá Al Thani, para recuperar el aeropuerto internacional y las instalaciones gubernamentales de la capital. Esta opción permitiría a Al Thani negociar en posición de fuerza con las milicias yihadistas, los grupos tribales y las formaciones armadas diseminadas en el país como la del general Haftar en el este. 
- Un apoyo aéreo de algunos países de la OTAN al Gobierno de Al Thani para neutralizar las instalaciones militares en manos de las milicias yihadistas, y facilitar la contraofensiva gubernamental
- Una operación combinada aerotransportada de países vecinos y países aliados de la ribera norte del Mediterráneo, para arrinconar y romper el mando unificado de las milicias yihadistas. 
- Una intervención directa egipcia,  con apoyo occidental, para destruir la base militar de Bengazi, en manos de las milicias yihadistas desde el 29 de Julio pasado, y permitir al movimiento armado del general Haftar retomar la ofensiva antiterrorista. 
 
Nivel de alerta
Túnez, país que se encuentra en primera línea fronterizo con Libia, ha incrementado su nivel de alerta y adoptado una serie de medidas preventivas, en particular en la frontera terrestre libio-tunecina de Ras Jedir. Hace unos días se produjo una avalancha de “refugiados” que querían huir de Libia y atravesar la frontera, y que fueron contenidos por unidades de la guardia fronteriza y del Ejército tunecinos. Los responsables de seguridad del Gobierno de Mehdi Jomaâ sospechan de que la avalancha fue provocada intencionadamente por milicianos yihadistas, que querían aprovechar la ocasión para entrar en Túnez y alimentar los grupos salafistas yihadistas existentes en el país. Según el ministro de Exteriores tunecino, Mongi Hamdi, “centenares de tunecinos forman parte de las milicias yihadistas libias”, y pretenden entrar de nuevo en el país ante la inminente intervención militar extranjera que se cierne sobre Libia.  El movimiento yihadista libio Ansar Acharia ha puesto a disposición de sus “hermanos tunecinos” los campos de entrenamiento en los que los combatientes tunecinos se han formado en el último año. Una penetración masiva de yihadistas armados en Túnez acentuaría la crisis interna en el país, ya fragilizado por tres años de caótica transición, y que se encuentra en vísperas de unas Elecciones claves para concluir el proceso político que arrancó con “la revolución del jazmín” y debe culminar con la formación del primer Estado de derecho basado íntegramente en los parámetros democráticos existente en el mundo árabe. 

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