La imagen del niño ahogado en las costas turcas, nuevo icono del drama de los refugiados sirios

Diariocrítico/Agencias

La foto de Aylan Kurdi, uno de los cinco niños sirios ahogados en una playa de Turquía, tras el naufragio de dos embarcaciones de refugiados sirios, ha sido la nueva imagen del drama de los refugiados sirios en Europa, enfrentada a una creciente presión para gestionar la llegada de miles de migrantes.

12 refugiados sirios, 5 de ellos niños, murieron ayer en las costas de Turquía tras el naufragio de las dos embarcaciones en las que viajaban con destino a Grecia. 15 refugiados lograron ser rescatados con vida y tres se encuentran desaparecidos, según informaron los guardacostas turcos. Las dos embarcaciones zarparon de madrugada e intentaban llegar desde la península de Bodrum a la isla griega de Kos. Las autoridades griegas trasladaron ayer a unos 4.500 refugiados que desembarcaron en el puerto de Pireo procedentes de la isla de Lesbos, en su mayoría originarios de Siria, Iraq y Afganistán.

La fotografía del cadáver de uno de los niños muertos es portada en todos los diarios, que la ofrecen como un ejemplo del drama que vive Europa. "Una imagen que estremece la conciencia de Europa", titula EL PAÍS. "El naufragio de Europa", es el titular de EL MUNDO y LA VANGUARDIA. "Un niño muerto en una playa turca, la viva vergüenza de la inmigración", apunta ABC, mientras que EL PERIÓDICO destaca "el bochorno de Europa". Según LA RAZÓN, "la imagen de niños ahogados frente a Grecia revuelve a Europa".

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, aseguró ayer que "ninguna persona decente, y más si es padre, puede dejar de sentirse conmovida ante esas imágenes". Según el ministro la crudeza del drama obliga a "buscar soluciones lo más inmediatas y contundentes posibles". Para la presidenta de la subcomisión de Derechos Humanos de la Eurocámara, Elena Valenciano, es "la foto del fracaso de Europa, del mundo desarrollado".

Mientras, centenares de refugiados protestaron ayer, por segundo día consecutivo, ante la estación Keleti de Budapest con gritos de 'Libertad, libertad' para solicitar que les dejen embarcar en trenes con destino a Europa Occidental, mientras que miles de húngaros clamaban en la calle contra la política migratoria del Gobierno. El portavoz del primer ministro húngaro, Zoltan Kovacs, insistió en que "nadie está autorizado, incluso si tiene un billete de tren, a abandonar Hungría hasta que su identidad haya sido establecida y se le hayan proporcionado documentos válidos".

Por otro lado, cientos de migrantes que trataban de subirse de forma clandestina a trenes Eurostar que viajaban de Calais a Londres en la noche del martes al miércoles provocaron la interrupción del servicio de seis trenes. A este respecto, ABC destaca que tras este nuevo incidente, la ministra de Ecología, Ségolène Royal, dijo que "Schengen no debe ser un tabú", y sugirió que Francia podría estar dispuesta a una renegociación de este acuerdo.

Asimismo, la policía austríaca interceptó ayer una camioneta en la que viajaban 24 jóvenes afganos menores de edad. También las autoridades húngaras detuvieron otra furgoneta con matrícula italiana procedente de Serbia con 20 sirios e iraquíes a bordo.

Los ciudadanos de varios países europeos han multiplicado las iniciativas para paliar la crisis de los refugiados ofreciendo sus viviendas para acogerles. En España, la iniciativa de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de poner en marcha un registro de familias que quieran ayudar a los refugiados que huyen de la guerra ha sido bien acogida por ciudades como Madrid, Zaragoza, Pamplona, Valencia o Málaga.

Podemos pidió ayer que se adelante la reunión de jefes de Estado de Europa prevista para el 14 de septiembre y se convoque con carácter de urgencia una conferencia sobre asilo y refugio. Esta formación presentará una batería de medidas urgentes para abordar la crisis humanitaria".

Mueren ahogados varios niños frente a las costas de Turquía

Algunos cuerpos aparecieron este miércoles en la arena después de que la embarcación en la que viajaban volcara intentado alcanzar el sueño europeo.

Más de 23.000 inmigrantes han llegado a las costas griegas en la última semana. Se trata de un incremento de un 50 por ciento respecto a la semana anterior, según Frontex.

La agencia de noticia DHA ha difundido varias imágenes sobrecogedoras de un pequeño que ojalá estuviera dormido en la playa. Parece que sale del agua, pero este niño sirio, vestido con pantalones cortos y camiseta, jamás volverá a correr por la playa ni llegará a saber cómo huele Europa. Sus sueños se los ha tragado el mar.

Se llama Aylan Kurdi y su cuerpo, sin vida, apareció ayer en la arena de un playa turca, después de que la embarcación en la que viajaba se hundiese. El trágico balance de este nuevo drama en el mar es de al menos 12 personas muertas, entre ellas cinco menores. Otro de los cuerpos que sobrecogen a Occidente es el de su hermano Galip, de cinco años.

Según DHA, un bote con 17 individuos volcó tras zarpar desde Akyarlar rumbo a la isla griega de Kos. Ocho pasajeros murieron, siete fueron rescatados y dos personas continúan desaparecidas. Minutos después, la guardia turca encontró otra embarcación hinchable, hundiéndose mientras navegaba por la misma ruta a Grecia que la anterior. Al menos, cuatro de los seis tripulantes murieron: Una mujer y tres niños murieron ahogados.

Más de 23.000 inmigrantes han llegado a las costas griegas en la última semana. Se trata de un incremento de un 50 por ciento respecto a la semana anterior, según una estimación de la Agencia Europea de Vigilancia en Fronteras (Frontex).

Así es el viaje desde Turquía a Grecia

Las islas de Grecia se han convertido este verano  en la entrada a Europa de los refugiados sirios que huyen de la guerra, las atrocidades de Estado Islámico y la miseria. La distancia que separa Turquía de Grecia es solo 8 kilómetros. Miles de sirios atraviesan el mar Egeo en pequeñas embarcaciones como la que hoy se ha hundido tras salir de Akyarlar. Suben familias enteras. Si completan el periplo, las mafias les dejan a pocos metros de la playa. Su único equipaje es una bolsa negra de plástico, con capacidad para poco más de 30 litros. En su interior, su vida, sus recuerdos y sus sueños.

Su desesperado periplo empezó 860 kilómetros de distancia atrás y probablemente bastantes  meses antes. Tras cruzar la frontera turco-siria, permanecen días y semanas en los saturados campos de refugiados turcos hasta que consiguen los 1.200 euros que cobran las mafias para cruzar a Grecia.

Los recién llegados se ven forzados a acampar al aire libre, en una pequeña parcela de tierra sin ningún tipo de organización y donde la gente tiene escaso o inexistente acceso a agua potable, techo, letrinas y atención médica. Pese a los esfuerzos de las autoridades para distribuir comida, las raciones son insuficientes para cubrir las necesidades de la gente. Grecia es escenario de otra tragedia.

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