La industria mediterránea 4.0

Anwar Zibaoui

Diez años después de la crisis financiera mundial, ahora emerge una nueva era basada en lo digital. Esta revolución se ha convertido en una realidad para millones de personas y crea nuevas oportunidades para empresas, gobiernos e individuos. Sin embargo, también implica nuevas divergencias y polarizaciones entre economías y sociedades.

Las nuevas tecnologías digitales representan un importante conjunto de desafíos y generan una nueva competitividad en la economía mundial. No obstante, esta ola no alcanza a muchos países mediterráneos, lo que implica un riesgo de impacto negativo en su crecimiento futuro y su productividad.   

La transición a la cuarta revolución industrial, combinado con una crisis de gobernabilidad, hace imprescindible reconsiderar a fondo el capital humano y adaptar la educación al mercado laboral para conseguir prosperidad y estabilidad.
Para la región Mediterránea, una transición exitosa garantizará la competitividad empresarial y es un factor determinante para la consolidación industrial regional. Pero: ¿Cuáles son las dificultades? ¿Cuál es su impacto en la formación y el trabajo? 

En esta región, el reto económico más inmediato no es la diversificación, ni los nuevos regímenes fiscales, sino la creación de empleos productivos y sostenibles para su juventud. Al mismo tiempo, hay que dotarse de la combinación de los talentos y habilidades que conviertan la industria 4.0 en generador de riqueza y paz social. 

Hay que preocuparse por el nivel de formación de la fuerza laboral y por la naturaleza cuantitativa y cualitativa de la educación. los factores que hoy permiten evaluarla mejor son el desarrollo de la cultura digital, las habilidades y la capacidad de pensar de manera creativa.

La región posee un enorme capital humano por desarrollar. La educación, el impulso al sector privado, y la comprensión de esta revolución tecnología serán ingredientes clave para el éxito. Esta es una tarea compleja, lo que requerirá un amplio consenso con la sociedad y una acción determinada de los gobiernos.

El potencial digital es ilimitado lo que representa una oportunidad para el Mediterráneo. Un gran mercado con un rápido crecimiento, Hub de innovación, creatividad y el espíritu empresarial. En los jóvenes se encuentra recursos para hallar soluciones a los problemas acuciantes.

Dejar atrás el Mediterráneo en la transformación digital no es una opción. El ritmo de la cuarta revolución industrial no esperará a nadie. A medida que EEUU y Asia avanzan, Europa y el Mediterráneo necesitan forjarse su propia identidad.

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