La izquierda radical catalana plantea la ruptura con Marruecos por el conflicto saharaui

Las tres formaciones  de la izquierda catalana más radical y soberanista, ERC, ICV-EUiA y CUP, han pedido una intervención “urgente” de la ONU en el Sáhara occidental, antigua colonia española que Marruecos y el Frente Polisario se disputan desde hace casi 40 años, por la “vulneración de los derechos humanos” en este territorio. La izquierda radical catalana presentó esta semana en el Parlamento un informe sobre el Sáhara occidental después de realizar un viaje a este territorio entre el 13 y el 16 de abril en el marco de una misión de observación del intergrupo “Paz y Libertad en el Sáhara” de la Cámara autonómica.  El informe denuncia  la “vulneración de los derechos humanos”  en el Sáhara occidental, y sus autores aseguran que en este territorio se produce  un “etnocidio evidente con el conocimiento, e incluso la connivencia y tolerancia, de la ONU y la comunidad internacional”. Ante esta grave situación de “negación” de los derechos humanos, la delegación del Parlamento catalán pide la intervención de la ONU a través de la MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara occidental). El informe destaca “la necesidad de finalizar los trabajos previos en la realización de un referéndum libre y vinculante para decidir el futuro del Sáhara”, ya que “hay que agotar esa vía pacífica de forma urgente”. Cree la izquierda radical catalana que “hay indicios de que la actual respuesta no violenta del pueblo saharaui ante las agresiones del gobierno marroquí se convierta en futuras respuestas con violencia”. 

 

Así las cosas, la delegación catalana convocará al intergrupo parlamentario para presentar el informe y analizar con el resto de grupos políticos  la situación en el Sáhara occidental y  acordar posteriormente  iniciativas como una moción conjunta a favor de una solución política al conflicto saharaui. Los autores del informe pedirán al Gobierno español que “asuma sus responsabilidades de protección de la población saharaui” y “deje de ser cómplice de Marruecos”,  aunque en la práctica esto pudiera significar “cesar la cooperación institucional” y “las operaciones comerciales públicas”  con Rabat. “La política exterior debe ser coherente, ambiciosa y valiente, y pediremos al Gobierno que se replantee esta política de cooperación y de acuerdos comerciales. Toda política exterior debe ir vinculada a políticas de defensa de derechos humanos y libertades que aquí no se está dando”, declaró  la diputada de ERC Marta Vilalta. Según explicaron los protagonistas de esta iniciativa, el informe se enviará también a todas las partes del conflicto, los organismos internacionales, instituciones catalanas y españolas, así como al cónsul de Marruecos en Barcelona, al que se pedirá una reunión para explicar las conclusiones del viaje. La delegación catalana estaba formada por las diputadas Marta Vilalta (ERC) y Hortènsia Grau (ICV), los concejales de la CUP Jordi Escoda y Josep Casafont, el concejal de ERC Isidre Pineda -que es también representante de la coordinadora de Ayuntamientos Catalanes Amigos del Pueblo Saharaui- y los máximos responsables de la Federación ACAPS (Asociación Catalana de Amigos del Pueblo Saharaui), Núria Salamé y Miquel Cartró.

 

Une delegación del Gobierno catalán realizó estos días una visita oficial  a Marruecos para abordar cuestiones como la cooperación entre Cataluña y el país norteafricano. Cataluña es la comunidad española que más relaciones económicas y comerciales mantiene con Marruecos y también la que reúne el mayor número de ciudadanos de origen marroquí. La izquierda catalana más radical e independentista manifiesta una clara hostilidad hacia Marruecos y apoya sin fisuras al Frente Polisario en el conflicto saharaui. Por el contrario, en el ámbito del  nacionalismo de Convergència i Unió (CiU),  sobre todo en los círculos empresariales, la postura sobre Marruecos es más positiva. Algo bastante parecido ocurre en la izquierda moderada que representan los socialistas del PSC. El caso de ERC es llamativo, porque este partido republicano e independentista que defiende al Frente Polisario sin titubeos, es, sin embargo, muy receloso con los palestinos y muchos de sus dirigentes apoyan a Israel y se olvidan completamente de la otra parte del conflicto.