La Justicia europea apoya la prohibición francesa del burka

Por Jean-Claude Dufour
Foto: Sobre seis millones de musulmanes en Francia, apenas unas 2.000 mujeres utilizan el velo integral.
 
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo dio el visto bueno esta semana a la Justicia francesa que a finales de 2010 prohibió el velo integral en los espacios públicos en Francia. El alto tribunal europeo dictó esta sentencia en respuesta al proceso abierto a petición de una joven francesa de origen paquistaní y de confesión musulmana  que defiende el uso de prendas que cubren toda la cara y el cuerpo de la mujer salvo los ojos, como el burka y el niqab. La ley gala estipula que las mujeres deben descubrir el rostro a petición de la Policía y otros funcionarios públicos, mientras que la joven que puso la demanda piensa que esta exigencia legal  es un atentado a la vida privada y la libertad religiosa. La utilización de los signos religiosos musulmanes en los lugares públicos es una cuestión muy polémica que levanta pasiones y  lleva años envenenando la vida política y social francesa. En este contexto, los grupos islamistas extremistas utilizan el asunto para radicalizar sus ideas y convencer a los musulmanes de que en Francia el Estado “impío” quiere acabar con su religión y su cultura. Los partidos políticos, los movimientos asociativos, los medios de comunicación y los intelectuales franceses están divididos sobre esta cuestión, que irrumpió hace muchos años cuando unas jóvenes de origen magrebí decidieron cubrirse la cabeza en los centros escolares donde estudiaban. Francia es, junto a Bélgica, Luxemburgo, Reino Unido, Holanda y España, pero sólo en parte,  uno de los pocos países occidentales  que ha legislado en los últimos años contra el velo integral que utiliza una parte muy pequeña  de las mujeres musulmanas. Según diversos estudios, sobre una población de unos seis millones de musulmanes en Francia, apenas  unas 2.000 mujeres usan el velo integral. Unas 400 mujeres han sido amonestadas y a veces  arrestadas por la Policía por utilizar el velo integral conduciendo o en administraciones públicas. 
 
El derecho de Francia
En la sentencia, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo considera que Francia tiene el derecho de  “preservar las condiciones de vida en común”, y por ello, las autoridades deben disponer de un “amplio margen de apreciación”. La sentencia de la Justicia europea  contraria al velo integral coincide con la resolución que fue aprobada en su momento por la inmensa  mayoría de la Asamblea Nacional francesa (Parlamento) y el Senado. La joven francesa que puso la demanda ante la corte europea, que vive en Birmingham (Reino Unido), lo hizo a través de sus abogados británicos. Su identidad no fue revelada y sólo se sabe que es de nacionalidad francesa, tiene un nivel educativo universitario, y ama a su país y se siente “una patriota”, según sus abogados. La joven puso la demanda cuando Nicolas Sarkozy era presidente y declaró que “el burka no es bienvenido en Francia”. La sentencia fue bien acogida por la mayoría de la clase política y los medios de comunicación. La semana pasada, el Tribunal Supremo francés confirmó el despido de una empleada de una guardería infantil pública por utilizar el velo integral en su lugar de trabajo. La ley francesa obliga a los ciudadanos a respetar escrupulosamente la neutralidad religiosa en el lugar de trabajo. Amnistía Internacional (AI) denunció la sentencia de la corte europea, porque considera que vulnera la libertad de la mujer que puso la demanda. Según AI, la sentencia es “una profunda regresión del derecho a la libertad de expresión y de religión, y deja a entender que las mujeres no son libres para expresar su convicción religiosa en público”. La ONG defensora de los derechos humanos señaló que la decisión de la Justicia europea pone freno a “la convivencia” en Francia. 
 
El caso español
El gran debate sobre el velo integral también llegó a España en 2010. En la ciudad catalana de Lleida, el Ayuntamiento decidió imponer el veto al burka y el niqab. Otras localidades de Lleida y Tarragona tomaron la misma medida. Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona decidió limitar el velo integral en las instituciones  públicas, y ocurrió lo mismo en municipios de las provincias de Madrid y Málaga. Diversos  expertos y el colectivo musulmán acusaron en aquel momento a los partidos de crear una falsa polémica para ganar votos, señalando que las mujeres que utilizan el velo integral en España son muy pocas. El veto de Lleida tuvo  un recorrido judicial que llegó hasta el Tribunal Supremo tras la denuncia de una asociación. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC)  sentenció a favor  del veto al entender que “en la cultura occidental” el velo integral puede “perturbar la tranquilidad” del resto de ciudadanos porque “oculta el rostro”. El debate llegó al Senado, donde el PP consiguió que la Cámara alta aprobara una propuesta para prohibir el uso del velo integral. El Gobierno socialista de entonces rechazó la propuesta popular y el actual Gobierno de Mariano Rajoy no ha tramitado ninguna iniciativa sobre esta cuestión en el Congreso.
 

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