La Justicia europea se opone a que el acuerdo de pesca entre Bruselas y Rabat se aplique al Sáhara Occidental

Paco Soto y agencias

Pie de foto: Pescadores saharauis faenando en el Aaiún.

Una muy mala noticia para los Reinos de Marruecos y España, y una victoria política para el Frente Polisario, que combate Rabat por la independencia del Sáhara Occidental. El Tribunal de Luxemburgo valida el acuerdo de pesca entre la Unión Europea (UE) y Marruecos, pero excluye de dicho pacto al Sáhara Occidental porque esa zona “no forma parte del Reino de Marruecos”. El Polisario, apoyado por Argelia y amparado por la ONU, sostiene que la antigua colonia española es hoy en día un territorio colonizado por Marruecos, y defiende un referéndum de autodeterminación auspiciado por la ONU para establecer definitivamente el estatuto jurídico y político de las tierras saharauis conquistadas por España.

Marruecos temía una decisión judicial de esta naturaleza, y es prácticamente seguro que pondrá reparos a la sentencia de la Justicia comunitaria. Por su parte, Madrid ha hecho todo lo posible para que Bruselas apoyara las tesis marroquíes, porque España es el principal beneficiado del acuerdo pesquero entre Bruselas y Rabat. La mayoría de los pescadores que faenan en aguas marroquíes son españoles.

España tiene muchos intereses económicos, políticos y geoestratégicos en Marruecos y no está dispuesta a sacrificarlos por el Polisario, que hace tiempo que dejó de seducir a muchos españoles, y se ha convertido en una máquina burocrática y corrupta que reprime a su propia población y sirve los intereses de Argelia. La situación es realmente complicada tras la decisión judicial del Tribunal de Justicia de la UE. Los barcos europeos van a poder faenar en aguas estrictamente marroquíes pero no en las que pertenecen al Sáhara Occidental. Una situación un tanto kafkiana.

Pie de foto: Un saharaui, en la puerta de su jaima, en la aldea de Tifariti, en el Sáhara Occidental.

Victoria moral

 Además del aspecto político, la sentencia judicial europea es una victoria moral para el Polisario y sus aliados, los colectivos que defienden el derecho a la autodeterminación del Sáhara Occidental, y coloca en una situación difícil a Marruecos. Podría enturbiar las relaciones entre Rabat y Bruselas. Tras la sentencia, el reto consiste ahora en garantizar que los barcos europeos no operen en aguas próximas al Sáhara. En la actualidad, un 91% de las capturas europeas se producen en esa extensa zona, según precisó el abogado general de la UE hace apenas dos meses.

A corto plazo, este pronunciamiento legal aplaca el temor a que el acuerdo pesquero que vincula a Bruselas y a Rabat desde 2007 quedase anulado por la sentencia judicial. Más de un centenar de barcos europeos (la mayoría españoles) pescan en aguas marroquíes a cambio de una cuota anual de unos 36 millones de euros. Una decisión contraria a ese marco, que vence el próximo mes de agosto, habría complicado el vínculo entre Europa y Marruecos, clave en la gestión de los flujos migratorios y la lucha contra el terrorismo.

Reacción diplomática

El fallo del tribunal aleja ese escenario de conflicto diplomático inmediato, pero proporciona una victoria política a los saharauis al constatar que “ni el acuerdo de pesca ni el protocolo que lo acompaña son de aplicación a las aguas adyacentes al territorio del Sáhara Occidental” porque la expresión zona de pesca marroquí “no incluye” el territorio con derecho a la autodeterminación.

La decisión del tribunal con sede en Luxemburgo reproduce casi el mismo escenario que se produjo en 2015, cuando el Tribunal General de la UE anuló el acuerdo agrícola con Marruecos por motivos muy similares: permitía a Marruecos vender a los países comunitarios productos provenientes del Sáhara Occidental como si fueran propios. Esta vez, la diplomacia europea reaccionó con cautela al fallo del tribunal. Una portavoz de la alta representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, ha asegurado que estudiarán las consecuencias de esta decisión y que negociarán con Marruecos para ajustarse a la sentencia. 

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