La mujer árabe del siglo XXI

 

Desde una perspectiva occidental, la representación de la mujer árabe, en ocasiones, se hace a base de clichés. Prejuicios que, muchas veces, hacen pensar en ella como en una mujer sumisa y oprimida. Casa Árabe, en colaboración con la Asociación de Damas Diplomáticas Árabes en Madrid, acogió la conferencia La mujer árabe contemporánea y su participación en la vida cultural pública, un claro afán por borrar las huellas de la estigmatización.

 

Nieves Paradela, Bahira Abdel-Latif, Sabrina Omrani, y Amal Morad fueron las encargadas de presentar y representar ejemplos, del pasado y del presente, de mujeres que se han hecho con un hueco en la vida cultural pública.

 

Las ponentes, coincidieron en señalar el comienzo de la lucha por los derechos de la mujer árabe en el siglo XIX, producto de la “fascinación” por lo que había conseguido la mujer europea, en un esfuerzo por modernizar su imagen, así como de mostrar al mundo un espíritu renovado. La era de la descolonización y la consiguiente apertura de las fronteras de la educación, impulsaron su incorporación, lo que marcó un punto de inflexión y un salto cualitativo en la lucha por los derechos, y que desencadenó una progresiva incorporación al mundo laboral.

 

Nieves Paradela, profesora de estudios árabes en la Universidad Autónoma de Madrid, en su intento de destacar los aspectos más importantes de la primera generación de mujeres árabes feministas, hizo un recorrido por la historia para rebuscar entre los nombres que más resuenan en el incipiente movimiento feminista del siglo XIX. Huda Shaarawi, Malak Hifni Nasif y Nabawiya Musa, entre otras, representaron y representan la vanguardia de una lucha que no tiene nada que envidiar al movimiento feminista desencadenado anteriormente en Europa. La profesora destacó un cierto retroceso de las libertades con la llegada del Islam político en los años 80, pero subrayó la importancia de las nuevas tecnologías, en cuanto que suponen una “carta de salvación” a la libertad de expresión. No obstante, Fatima Bernisi, vino a señalar que, aunque Internet representó un cambio muy importante, solamente consigue filtrar una literatura contaminada por ideas modernas que anteriormente era impensable que se tocasen, relacionadas con la sexualidad, que conceden un aire en cierto punto vulgar, que merma la calidad de los productos literarios.

 

Por su parte, Sabrina Omrani, expositora de artes plásticas, aportó una selección personal de mujeres artistas, no sin antes lamentar la falta de estadísticas sobre la representación de las mujeres en los museos y galerías de artes en el mundo. Amina Benbouchta, Zoulikha Bouabdellah, Nermine Hammam, Manal AlDowayan, son algunos de los nombres que conformaron la selecta lista de Omrani que destacó la oportunidad que estas mujeres encontraron en la Primavera Árabe a la hora conseguir mayor visibilidad fuera de sus fronteras.

 

La última palabra la tuvo Amal Morad, diplomática en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto. Morad hizo un balance sobre la representación de la mujer en la política, y destacó que, actualmente, el 25% del personal diplomático está representado por éstas, al igual que el 16% de los parlamentarios, aunque, dijo, esto no refleja su verdadera situación, pero si un cierto progreso. “Todavía siguen presentes muchos retos y obstáculos”, advirtió, y, a pesar del retroceso sufrido en los últimos años a la hora de consolidar sus derechos, la mujer “es una parte muy eficaz y eficiente de la sociedad y no hay vuelta atrás”.

 

La conferencia viene a aportar continuidad a Mujeres en el sector privado en Oriente Medio y África del Norte, el evento organizado por Wilton Park el pasado mes de marzo en la sede de Casa Árabe en Córdoba con el objetivo de identificar los obstáculos y las limitaciones que aún se le plantea a la mujer árabe en su participación económica.

 

La mujer árabe no debería ser vista de un modo diferente que la del Occidente porque, como señala Nuria Medina, coordinadora de programas culturales de Casa Árabe, las diferencias entre ellas son cada vez menores y que, también en España, todavía queda pendiente la asignatura de la igualdad de género.