La OCDE alerta de que uno de cada cinco empleos en España podría destruirse por la automatización

Henar Hernández

Pie de foto: La OCDE alerta de que uno de cada cinco empleos en España podría destruirse por la automatización.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha publicado su informe ‘Perspectivas para el Empleo 2019’ (‘OECD Employment Outlook 2019’), en el que expone, fundamentalmente, que los Gobiernos mundiales deben emprender acciones rápidas para evitar que se produzcan brechas insalvables entre las personas cualificadas y las menos cualificadas, en un contexto en el que la automatización, catalizada por la globalización tecnológica, avanza imparable. Asimismo, la OCDE postula que la cantidad de empleos en un futuro a corto y medio plazo – entre 15 y 20 años – se mantendrá constante y que, incluso, podrá aumentar, debido a que, si bien algunos puestos serán destruidos por la automatización, otros nuevos se creerán para adaptarse al paradigma digital.

Sin embargo, la organización advierte de que las fluctuaciones en el escenario económico mundial protagonizadas por la guerra comercial entre China y Estados Unidos, el Brexit o el crecimiento débil de América Latina, entre otros, han provocado, por un lado, la proyección de una desaceleración en el conjunto de la economía global – como ya lo comunicó el Fondo Monetario Mundial – que “ensombrece las perspectivas del empleo a corto plazo” y, por otro lado, la polarización acuciante del mercado laboral.

Las perspectivas para España

En cuanto a España, la OCDE explica que el 21,7% de los puestos de trabajo corren el riesgo de ser automatizados en un plazo de entre 15 y 20 años, lo que implica que uno de cada cinco empleos podría desaparecer en nuestro país. Este valor se posiciona muy por encima de la media de los países de la organización, situada en un 14%. Noruega se posiciona en la cifra más baja, un 5,7%, mientras que Eslovaquia alcanza el porcentaje más alto, 33,6%.

Sobre la calidad y la equidad del empleo, cabe destacar que, en España, los programas de formación que se ofertan a los trabajadores desde las empresas para introducirlos en el contexto digital se sitúan en torno al 50%. Así, mientras que los trabajadores a tiempo parcial y los autónomos reciben formación en el 45% y 32% de los casos, respectivamente, los trabajadores con contrato indefinido y jornada completa participan en cursos formativos en el 56% de los casos.

Otro de los puntos expuestos en el informe señala a las mujeres, los trabajadores jóvenes – con edades comprendidas entre los 15 y 29 años – y los trabajadores adultos sin estudios superiores como los principales colectivos vulnerables a los riesgos asociados con el empleo: precariedad laboral, salarios bajos e insuficientes y situaciones de paro. Incluso, la OCDE apunta que los jóvenes altamente cualificados, con estudios superiores – grado y postgrado – tienen un 44% de probabilidades de recibir un salario bajo no adecuado a su nivel formativo. Esto implica que la tasa se ha incrementado 20 puntos porcentuales con respecto a 2006. Por el contrario, en España, el 19,9% de los jóvenes son considerados como ‘ninis’, pues ni estudian ni trabajan, una cifra que se ha aumentado en 4 puntos en comparación con el año 2007, un año después de que estallara la crisis financiera global o Gran Recesión. Así, la tasa de ‘ninis’ en España es la tercera más alta de los países de la OCDE.

El informe también indica que en nuestro país debe afrontar el reto de extender la protección a todos los segmentos del mercado laboral. En esta línea, la organización insta a España a combatir el faso trabajo por cuenta propia, es decir, los ‘falsos autónomos’ y alerta de la desprotección y el abandono en materia de derechos laborales que sufre este colectivo. La Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA) estima que, a finales de diciembre de 2017, 100.000 trabajadores podían ser categorizados como ‘falsos autónomos’.

La OCDE también pide a España que elimine los incentivos fiscales que fomentan una errónea clasificación de los trabajadores, la extensión de la protección a la zona gris localizada entre el trabajo por cuenta propia y el empleo dependiente, y el reequilibrio del poder de negociación, que suele favorecer los intereses de los empleadores en detrimento de las reivindicaciones de los empleados.

Este jueves también se han conocido los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE del primer trimestre de 2019. Entre enero y marzo de este año, el número de parados en nuestro país ha subido en 49.900 personas, lo que eleva la tasa de paro hasta el 14,70%. Sin embargo, en los 12 últimos meses, el empleo se ha incrementado en 596.900 personas, lo que supone un 3,16% de crecimiento interanual.

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