Paco Soto

Pie de foto 1: El secretario general de la ONU, António Guterres.

Marruecos ha perdido una batalla política en el Sáhara Occidental, y el Frente Polisario y Argelia se han salido con la suya. Las autoridades marroquíes denunciaron las supuestas incursiones de los independentistas saharauis en una zona que linda con el Sáhara Occidental. Marruecos se quejó ante el Consejo de Seguridad de la ONU, y este organismo ha rechazado las acusaciones del país magrebí.

Según Rabat, varios combatientes del Polisario entraron en los últimos días en la ciudad de Mahbes, en el noreste de la antigua colonia española, violando un acuerdo militar que establece que es una zona que separa Marruecos del territorio en conflicto. La denuncia la puso por carta el embajador del Reino Alauita ante Naciones Unidas, Omar Hilale. El portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, hizo saber que la MINURSO (organismo que debe organizar un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental) “no había observado ningún movimiento de elementos militares en el territorio noreste”. “La MINURSO sigue vigilando la situación”, aseguró el alto responsable de la ONU.

Pie de foto: Militares marroquíes patrullando cerca de la zona en conflicto.

Respuesta firme

Por su parte, el ministro Marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, anunció una respuesta firme frente a las “provocaciones y las maniobras” de los independentistas saharauis apoyados por Argel. “Si la ONU no es capaz de poner fin a las provocaciones, Marruecos asumirá sus responsabilidades y no tolerará que un cambio pueda ocurrir en esta zona”, declaró el ministro. Estas amenazas se llevan a cabo en un momento en que el Consejo de Seguridad de la ONU debate un nuevo mandato para la MINURSO.

Las Fuerzas Armadas marroquíes están en estado de alerta, según el periódico ‘Akhbar Al Yaoum’, y preparadas para intervenir en cualquier momento, según dijeron fuentes oficiales a los medios locales. “El desplazamiento de toda estructura civil, militar, administrativa o de cualquier otra naturaleza, que sea del Polisario, de los campos de Tinduf en Argelia hacia el este, constituyen un casus belli”, manifestó a la ONU el embajador marroquí, Omar Hilale. El pasado domingo, se reunión el Parlamento, el Senado, el Gobierno y los líderes de los partidos marroquíes para analizar la cuestión y hacer frente a ella.

Pie der foto: Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU.

Asimismo, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Reales (FAR) ha podido utilizar los recursos del satélite marroquí de observación ‘Mohamed VI-A’, puesto recientemente en órbita. Según Marruecos, el satélite permite observar los movimientos de militares del Polisario cerca de localidades saharauis como Tifariti, Bir Lahlou, Guerguerat y Mahbes. En este contexto, es probable que el Rey Mohamed VI o el Gobierno de Saad Eddine El Othmani informen a los países amigos de Marruecos de la evolución de la situación.

Un vasto territorio desértico

El Sáhara Occidental es un vasto territorio desértico y la única región africana donde el estatuto poscolonial no se ha solucionado. Este es el argumento a favor del Polisario y sus aliados. En cambio, Rabat sostiene que el conflicto del Sáhara Occidental es fruto del colonialismo francés y español que dominó Marruecos y es parte de su territorio. Según Marruecos, lo que hizo este país en 1975 fue recuperar parte de su nación.

Rabat controla 80% del territorio y el Polisario, 20%. Ambas zonas están separadas por un muro construido por Marruecos y una zona tampón controlada por cascos azules de la ONU. António Guterres es consciente de la problemática del conflicto, pero está satisfecho del trabajo que lleva a cabo su enviado especial en el Sáhara Occidental, Horst Koehler, y no descarta que las partes enfrentadas puedan reunirse este año para hablar de la crisis saharaui.