La ONU no descarta una solución al conflicto saharaui que no sea el referéndum

Paco Soto

Pie de foto: Ban Ki-moon se reúne con dirigentes del Polisario en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia)

El conflicto del Sáhara Occidental, antigua colonia española que se disputan Marruecos y el independentista Frente Polisario apoyado por el régimen argelino, sigue envenenando las relaciones entre Argel y Rabat, e impide la unión política y económica del Magreb. La última visita del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al Sáhara Occidental administrado por Marruecos y a otros países de la región fue polémica. Las autoridades marroquíes condenaron unas declaraciones de Ban Ki-moon en las que calificó de “ocupación” la presencia marroquí en la antigua colonia española en África del Norte en una visita a los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia). En señal de protesta por estas polémicas declaraciones, Rabat decidió expulsar a 83 miembros de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara (MINURSO) y cerrar la oficina de enlace militar en el territorio en conflicto. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, compuesto por países favorables y contrarios a las tesis de Marruecos sobre el conflicto saharaui, analizó la última crisis y se pronunció a favor de que la MINURSO prolongue su actividad hasta el 30 de junio de 2017. La ONU pondrá 54,3 millones de dólares, tres millones más que el año pasado, a disposición de la MINURSO. El Consejo de Seguridad hizo público el informe oficial el pasado 18 de abril. El documento, lógicamente, sigue defendiendo la celebración de un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental en el que los votantes decidan separarse o integrarse en el reino alauí.

Otras vías

Es la tesis del Frente Polisario y Argelia. Marruecos ve prácticamente inviable la vía de la consulta, entre otros motivos, porque no se pone de acuerdo con el Polisario para consensuar el censo electoral, y defiende una amplia autonomía del Sáhara Occidental bajo soberanía marroquí. La vía autonómica es apoyada por Francia y, en la práctica, también por España, y Estados Unidos no la descarta. Así las cosas, tras varias semanas de tira y afloja entre Rabat y Ban Ki-moon, el secretario general de la ONU se decantó por una opción pragmática: no quitarle o darle totalmente la razón a ninguna de las partes del conflicto. Ban Ki-moon pidió al Consejo de Seguridad que “restablezca y apoye la función de la misión” de la MINURSO, para evitar “un precedente” peligroso, pero por primera vez aceptó la posibilidad de que la resolución del conflicto del Sáhara Occidental pueda ser el resultado de “un acuerdo sobre la naturaleza y la forma del ejercicio de autodeterminación”. ¿Qué forma tendría este acuerdo? ¿Cabe la posibilidad de que el Polisario y Argelia acepten la solución autonómica como fórmula previa a una consulta consensuada con Marruecos y la ONU? El informe del Consejo de Seguridad de la ONU no lo concreta, pero no cierra la puerta a ninguna solución. En cualquier caso, según algunos analistas, el Consejo de Seguridad considera que el referéndum ya no es la única vía posible. “Las negociaciones deben abrirse a otras proposiciones y a ideas que emanen de las dos partes”, dejó claro Ban Ki-Moon.

Satisfacción marroquí

Según ha podido saber Atalayar de diversas fuentes bien informadas, las autoridades marroquíes “valoran positivamente, aunque con cautela”, la decisión de Ban Ki-moon y creen que deja “la puerta abierta a la vía autonómica que propone el reino alauí”. Rabat temió una “venganza” de Ban Ki-moon, y ejerció presiones para rebajar el papel de la MINURSO en un territorio enclavado en una región conflictiva donde actúan “elementos terroristas”, según palabras del propio secretario general de Naciones Unidas. De momento, se ha rebajado la tensión ente Rabat y Ban Ki-moon, pero el camino por recorrer será largo y tortuoso, y “todas las partes enfrentadas tendrán que hacer importantes concesiones, si lo que quieren de verdad es la paz, acabar con mucho sufrimiento y encontrar una resolución a una crisis que dura más de 40 años y debilita el Magreb en un mundo cada vez más globalizado”, opina para Atalayar el politólogo argelino Ali Boukhlef. Las autoridades marroquíes, que organizaron manifestaciones contra Ban Ki-moon en Rabat y El Aaiún, están dispuestas a ceder, pero no a abandonar el Sáhara Occidental, porque consideran que este territorio ocupado por España durante décadas es parte integrante del reino de Marruecos; pero también porque saben que si renunciaran a lo que califican de “causa nacional” que une a la mayoría de la población, pondrían en peligro el andamiaje del Estado y la estabilidad de su principal institución, la monarquía alauí.

Pie de foto: Manifestación en Rabat contra las declaraciones de Ban Ki-moon sobre el Sáhara Occidental.

Voluntad negociadora del Polisario

Por su parte, el Polisario, que lleva reivindicando la independencia del Sáhara Occidental desde los tiempos de la colonia española, tampoco puede renunciar de la noche a la mañana a sus objetivos. No se lo perdonarían sus bases y no se lo permitiría Argelia, que utiliza este conflicto para debilitar a su rival marroquí en el Magreb. Los independentistas del movimiento liderado por Mohamed Abdelaziz siguen defendiendo el referéndum de autodeterminación, porque están convencidos de que si votaran los habitantes autóctonos del territorio, ganaría la opción soberanista. Son muchos los exdirigentes y militantes del Polisario que abandonaron el movimiento y se integraron en las estructuras del Estado marroquí, pero la vía independentista sigue teniendo muchos seguidores en el Sáhara Occidental y en los campamentos de refugiados de Tinduf. 

Por ello, el coordinador del Polisario con la MINURSO, M´hamed Jad-dad, aseguró que la organización independentista “toma nota” del informe del secretario general de la ONU, y celebra la continuidad de la misión de la MINURSO. Además, el Polisario expresó “su profunda preocupación por las repetidas y sostenidas obstrucciones por parte del reino de Marruecos al proceso político de la ONU en el Sáhara Occidental”. Asimismo, “el Frente Polisario reitera su disposición a entablar negociaciones con Marruecos, sin condiciones previas y tan pronto como sea posible, de conformidad con la declaración del 4 de noviembre del 2015 del secretario general de la ONU, Ban Ki- Moon, como se cita en su informe, y de acuerdo con las resoluciones del Consejo de Seguridad”. Según el Polisario, “el estancamiento del proceso político de la ONU   ha llevado a un deterioro de la situación de los derechos humanos en los territorios ocupados del Sáhara Occidental, donde (como se cita en el informe del secretario general) el pueblo saharaui es sometido a frecuentes y bien documentados abusos de los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad de Marruecos. También ha llevado al saqueo sistemático de los recursos naturales del Sáhara Occidental por Marruecos”.

Poco entusiasmo mediático

En su informe sobre el Sáhara Occidental, Ban Ki-moon recomienda que regresen todos los miembros del personal civil expulsados por Rabat el pasado mes de marzo, y no oculta su temor a que el estancamiento del conflicto radicalice a muchos jóvenes saharauis, sobre todo los que malviven en los campamentos de Tinduf, que podrían verse atrapados por los tentáculos del terrorismo yihadista o las redes de delincuencia organizada. Los medios marroquíes y argelinos valoraron el citado informe sin demasiado entusiasmo. El diario digital marroquí Yabiladi.com destacó que el informe es “un resumen exhaustivo del conflicto”, y lamentó el bloqueo ejercido por Argelia para solucionar la crisis. Otro medio digital de Marruecos, le360.ma, aseguró que el informe es “hostil a la integridad territorial” de Marruecos y está “a favor del Polisario y de su sponsor argelino”. Por su parte, el diario argelino Liberté recalcó que el informe es “incómodo” para Marruecos, porque, según este rotativo, no avala sus tesis, y defendió “una solución política mutuamente aceptable” por las partes enfrentadas. La MINURSO fue establecida por la resolución 690 de 29 de abril de 1991 del Consejo de Seguridad, en conformidad con el Plan de Arreglo firmado el 30 de agosto  de 1988 por Marruecos y el Frente Polisario. El Plan de Arreglo, tal como fue aprobado por el Consejo de Seguridad, proporciona   un período de transición para la preparación de un referéndum en el que la población del Sahara Occidental pueda elegir entre la independencia y la integración en Marruecos. 

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