La segunda peor crisis del ébola deja ya en el Congo 600 muertos

Eva Cifuentes

En agosto del pasado 2018, hace siete meses, comenzó en República Democrática del Congo un nuevo brote del virus del ébola. Este virus, que puede llegar a tener una tasa de mortalidad el 90%, despierta malos recuerdos en todo el mundo tras la grave crisis que sufrieron varios países de África occidental entre el 2013 y el 2016. Murieron a causa del ébola 11.300 personas y se contagiaron más de 28.000, según los datos que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por el momento, la epidemia que asola al país congoleño no se ha magnificado tanto, pero sigue sin estar bajo control y los casos diarios de contagio no dejan de aumentar. De hecho, el pasado viernes, las autoridades del país confirmaron 15 nuevos casos del virus, el mayor incremento diario hasta la fecha desde que  comenzara el brote el pasado agosto. Según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad del país, el ébola se ha llevado ya a 660 personas y se han confirmado más de 1.000 casos registrados.

La violencia y los conflictos internos dificultan la labor del personal humanitario

Pese a que la respuesta y las herramientas para frenar el ébola en esta ocasión han mejorado; pues se dispone de un mayor conocimiento del virus y más recursos como las vacunas y tratamientos eficaces, el contexto actual del país está dificultando las labores del personal humanitario desplegado como Médicos Sin Fronteras (MSF). 

Joanne Liu, presidenta internacional de MSF, ha explicado en una rueda de prensa que uno de los problemas con los que se están encontrando sobre el terreno es el rechazo de ciertas comunidades a acudir a sus centros para tratar el virus. Liu ha señalado que desde el comienzo de 2019, alrededor del 40% de los nuevos casos se trata de personas que han fallecido en sus comunidades por el rechazo y desconfianza a la atención médica. 

Además, ha confirmado que en las últimas tres semanas, en el 43% de los infectados en el epicentro de este brote del ébola, en Katwa y Butembo, se desconoce cómo se ha producido el contagio.

“La respuesta debe estar centrada en el paciente y en la comunidad”

Por otra parte, la situación de violencia y conflictos que se están sucediendo en el país está dificultando gravemente la labor de esta ONG. Tanto, que la organización ha tenido que suspender sus labores en los centros de Katwa y Butembo después de sufrir dos ataques. Pero según afirma MSF, llevan produciéndose conflictos desde hace meses, y señalan como uno de los motivos, la forma en que las autoridades del país están llevando a cabo la respuesta contra el ébola.

El país está obligando “por la fuerza” a la población a cumplir con las normas de salud y de prevención, “uso de la fuerza para realizar entierros seguros” así como la admisión y seguimiento en los centros de las personas infectadas. Para la ONG esta forma de proceder es “contraproducente” y apuestan por “un cambio” en el modo de actuar frente al ébola. Insisten en que se debe ofrecer más información a los pacientes y familiares además de darles opciones sobre cómo enfrentarse a esta enfermedad para no generarles rechazo y aislamiento. “La respuesta debe estar centrada en el paciente y en la comunidad”, destacan. 

Otro de los motivos por lo que la tensión y los conflictos están acrecentándose, según señala la ONG, es debido al aplazamiento de las elecciones en RDC a consecuencia del brote de ébola, lo que hace sospechar a muchos sobre el uso del virus como táctica política. Además, se están empleando una gran cantidad de recursos financieros exclusivamente para combatir el ébola en un país que sufre par diversos conflictos y necesidades de salud más allá de este virus.

Más en Sociedad