La Unión Europea aprobó retrasar la salida de Reino Unido del bloque comunitario

Raúl Redondo

Pie de foto: La primera ministra británica, Theresa May, durante una conferencia de prensa en una cumbre de la UE en Bruselas, el viernes 22 de marzo de 2019. AP / Frank Augstein

Los máximos dirigentes de la Unión Europea (UE) acordaron conceder una prórroga a Reino Unido para su salida del grupo comunitario tras las últimas votaciones celebradas en la Cámara de los Comunes contrarias al pacto alcanzado por la primera ministra británica, Theresa May, con las autoridades comunitarias.

La fecha prevista para el ‘Brexit’, con o sin aprobación del pacto entre May y los líderes europeos, era el 29 de marzo, fecha límite del plazo de dos años contemplado en el artículo 50 del Tratado de la Unión, que versa sobre la salida de un Estado miembro; ahora, tras la última decisión comunitaria, se aplaza al 22 de mayo, siempre y cuando el Parlamento británico vote a favor del acuerdo previo alcanzado por Theresa May. Por otro lado, si la votación parlamentaria no es favorable al acuerdo, la fecha sólo se alargaría hasta el 12 de abril.

Precisamente es hasta esa fecha cuando Gran Bretaña tiene límite para decidir si concurre a las elecciones al Parlamento Europeo, previstas del 23 al 26 de mayo, según aseguró Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo. “Todas las opciones siguen sobre la mesa, el Gobierno británico todavía puede conseguir un acuerdo, que no haya acuerdo, una prórroga larga o revocar el artículo 50”. Aunque el propio Tusk afirmó que si los británicos no se presentan a las elecciones europeas entonces “la opción de una extensión larga automáticamente se vuelve imposible”.

El Parlamento británico, vuelta a votar sobre lo mismo

La pelota vuelve a estar en el tejado británico y los miembros de la Cámara de los Comunes podrían tener que volver a votar entre una salida pactada, aprobando el acuerdo previo de Theresa May con la UE, o una marcha desordenada o ‘Brexit duro’, como se ha llegado a definir la salida no pactada con los líderes europeos. Algo que está por ver porque el presidente del Parlamento, también conocido como ‘speaker’ de la Cámara de los Comunes, John Bercow, se opuso a volver a someter a voto algo que ya se ha rechazado anteriormente en la misma sede parlamentaria, si no hay cambios significativos respecto al planteamiento previo sobre el que se tuvo que decidir.

Ante esta situación, la primera ministra May aseveró que hará “todo el esfuerzo” para asegurar que puedan dejar la UE con un acuerdo y seguir adelante con el procedimiento. Ya en su día, la líder del partido conservador instó a los parlamentarios a respetar la decisión que había tomado el pueblo en el referéndum celebrado hace dos años en el que se aprobó que Reino Unido debía salir del bloque comunitario.

Puntos del acuerdo entre May y la UE, la salvaguarda irlandesa gran obstáculo

El acuerdo de Theresa May y la UE para la salida ordenada de los británicos de las instituciones comunitarias fue rechazado hasta en dos ocasiones por una gran mayoría de parlamentarios británicos y, de momento, no parece que pueda salir adelante ya que no hay intenciones de volver a votar algo que ya se ha votado recientemente en los mismos términos.

El acuerdo de la primera ministra británica con los líderes europeos tenía artículos importantes como el del establecimiento de un período de transición que permitiría dar plazo para negociar y asentar una nueva relación entre Reino Unido y la Unión Europea. Dicho plazo se extendería hasta el 31 de diciembre de 2020 y durante el mismo no habría cambios sustanciales en la relación entre ambos.

Por otro lado, el pacto también contemplaba el pago por parte del Estado británico a la Unión Europea de unos 39.000 millones de libras en concepto de cobertura de los compromisos que se tenían adquiridos con las instituciones europeas. Además, se garantizaba la situación legal de los ciudadanos británicos que actualmente residen en Europa y de los europeos radicados en territorio británico, con lo cual estos no perderían sus derechos adquiridos hasta el momento de la supuesta salida del bloque comunitario.

Aunque el gran escollo ha venido dado por la denominada ‘salvaguarda irlandesa’ ya que la marcha de Reino Unido supondría la aplicación de requisitos aduaneros y de control de libre circulación de personas y productos entre la República de Irlanda (país independiente y asociado a la UE) e Irlanda del Norte (país miembro de Reino Unido que pasaría también a estar fuera de la Unión). Algo que entraría en conflicto con las bases del acuerdo de paz alcanzado con los independentistas en la cuestión irlandesa, que incluían como condición indispensable la ausencia de barreras físicas entre las dos irlandas.

Junto a esta cuestión de la conflictividad con los independentistas irlandeses, Reino Unido tampoco quiere admitir que si sale de la UE dependería de la voluntad de acuerdo de las instituciones comunitarias para regular la circulación comercial y de personas entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, algo considerado como una cesión de soberanía, a la que no están dispuestos muchos de los parlamentarios británicos.  

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