La visita de los Reyes a Marruecos no supone ninguna alteración del protocolo real

Pedro Canales 

La visita oficial de los reyes Don Felipe y Doña Letizia a Marruecos, prevista para mediados del próximo mes de marzo, aunque aún a la espera del anuncio oficial, no le va a crear ningún problema al estricto protocolo real que rige la vida palaciega en el vecino país. Tanto la acogida del avión del rey Felipe VI, como el viaje de la comitiva real hasta el recinto del palacio, probablemente el de Rabat por ser la capital del reino, como el encuentro de las dos delegaciones y la cena oficial a la que asistirán ambos monarcas, entran perfectamente en los escenarios previstos por el Protocolo real. 

Desde hace varios meses y particularmente en las últimas semanas, algunos medios de comunicación españoles y europeos centran sus “revelaciones” en las hipótesis más fantasiosas, llegando a escribir que la reina Letizia se encontrará “sola” o al menos “disminuida” por la falta de su homónima marroquí, la princesa Lalla Salma, esposa del rey Mohamed VI. La desaparición de “la primera dama” marroquí de la escena pública supondrá un grave problema para el Palacio Real, dicen. Su remplazo por la hermana pequeña del Rey, Lalla Hasna, sería un apaño de último momento, alegan. 

En realidad, el escenario no es así. En primer lugar, en Marruecos no existe la figura de “la primera dama”. La esposa, una o varias permitidas en la legislación canónica islámica y en la tradición del Reino alauita, es “la madre de los príncipes”, incluidas en ello también las princesas. Su figura y su función ha sido hasta ahora la de acompañar al Rey – antes al Sultán – y permitir la sucesión. No posee ninguna función específica de representatividad, salvo la de ser la madre del futuro rey, en el caso de la princesa Salma, del príncipe heredero Mulay Hassan. La “madre de los príncipes” como también fue el caso con Hassan II y con su padre el sultán Mohamed V, no se ocupaba de la educación de sus hijos, ni del cuidado infantil, ni siquiera de amamantarlos tras su nacimiento. 

Durante el largo reinado de Hassan II, la “madre de los príncipes y las princesas”, Lalla Latifa, nunca apareció en público, salvo en la boda de su hija pequeña la princesa Hasna; y entonces, simplemente ocupó un lugar discreto entre el conjunto de mujeres que participaban en los esponsales celebrados en Fez. La segunda vez que se hizo ver fue en la boda de su hijo Mohamed VI y Lalla Salma. Sin embargo, en las fotos de “la familia real” hechas durante los reinados de Hassan II y de Mohamed VI, la madre de este último nunca apareció. Es más, en las cenas oficiales hechas por Hassan II en honor de algún ilustre invitado, reyes o jefes de Estado, la representación femenina recaía siempre sobre algunas de las hijas, de preferencia la mayor Lalla Meriem.

Por esta razón protocolaria y tradicional, la presencia de la hermana pequeña del Rey, Lalla Hasna, no supondrá ninguna vulneración del Protocolo en el recibimiento de los reyes de España. Es más, si para el caso, apareciese de nuevo en público Lalla Salma por decisión de Mohamed VI teniendo en cuenta la sintonía que al parecer existió entre la reina Letizia y la esposa de Mohamed VI, tampoco supondría ninguna revolución palaciega. Al fin y al cabo, no existe ninguna evidencia de que Lalla Salma esté divorciada de Mohamed VI. Podría estar simplemente apartada de la primera línea, para mantener el equilibrio interno de la familia real, de alguna manera perturbado por la irrupción en Palacio de la joven ingeniera. 

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