Las 'biobardas' de Guatemala como alternativa a la contaminación de plásticos

Maixa Rote

Pie de foto: "Biobardas".

Microplásticos, bolsas, botellas, cuerdas, toallitas, tampones, bastoncillos de algodón, encendedores, preservativos, colillas… La lista de basuras que terminan en los mares llega casi hasta donde la imaginación de cada uno pueda alcanzar. Las aguas marinas se convierten así, año tras año, en un nuevo vertedero de residuos y plásticos, que pueden tardar entre 100 y 400 años en descomponerse.

En términos generales, el informe de Medio Ambiente de la ONU "Plásticos de un solo uso: una hoja de ruta para la sostenibilidad" estima que en el mundo se producen alrededor de 400 millones de toneladas de plásticos cada año, de las que 8 millones terminan en los océanos.

Igualmente, la Fundación Aquae revela en un estudio que para el año 2020 el ritmo de producción de plásticos habrá aumentado en un 900%; y que para 2050 estos superarán, en términos de peso, a los peces que habitan las aguas marinas. Como consecuencia de esta situación, aproximadamente 700 especies están amenazadas, algunas de ellas en inminente peligro de extinción.

Y no solo el mar es hábitat de basuras en la actualidad, sino que muchos ríos en todo el mundo están afectados por esta situación. La creciente contaminación en algunos de ellos como el Motagua, en Guatemala, trae consigo un replanteamiento de las nuevas políticas de gestión de residuos en todo el mundo. Por esta razón, ha sido uno de los primeros lugares en poner en práctica una iniciativa de actuación frente a las cifras ascendentes de desechos que acaban en las aguas dulces.

Las “biobardas”

Las autoridades comenzaron a preocuparse a mediados de 2016 por la alta contaminación en el río Motagua, el más extenso del territorio guatemalteco, y por sus efectos en la costa atlántica. El ministro de Ambiente y Recursos Naturales, Alfonso Alonzo, puso en marcha así el proyecto de las denominadas “ecobardas”, “biobardas” o “bio-cercas”.

Las biobardas son un tipo de red de origen artesanal que se instalan a lo ancho de los ríos que poseen altos niveles de contaminación plástica. Elaboradas fundamentalmente con lazo, malla y botellas de plástico PET, evitan que los desechos sólidos terminen en el mar y permiten frenar así el deterioro del ecosistema.

Las primeras de ellas se instalaron bajo un programa piloto en la aldea El Quetzalito. Estos trabajos tuvieron como objetivo iniciar la limpieza de las playas del Atlántico fronterizo con Honduras, puesto que este país estaba a punto de emprender acciones legales contra Guatemala por la elevada contaminación.

El informe publicado por la Dirección de Formación y Participación Social del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales recoge de manera detallada el funcionamiento de esta práctica y declara que “un 90 por ciento de los contaminantes es transportado por los ríos al mar”. Uno de los efectos que ha producido esto es el denominado “mar de plástico” que se extiende entre Guatemala y Honduras; una gran masa de plásticos que amenaza el mar del Caribe.

A pesar de estas decepcionantes cifras, las biobardas han sido capaces de capturar alrededor de un 65% de los residuos sólidos que, de otro modo, acabaría en el mar y que ahora son procesados en el centro de acopio ubicado en la comunidad.

No sólo en el Motagua se ha puesto en marcha esta idea de recogida de plásticos, sino que hay más ríos del país en los que se han lanzado a imitarla: Los Esclavos, Machaquilá, Mopán, Agustín, el Río Azul, Xequijel, río Negro, Brasilar, Salamá, Sepelá, Cahabón, río Grande, San José, Ostúa, Güirilá y Pansalic. También Panamá, Honduras, la República Dominicana y Argentina se han sumado.

“Las biobardas se convertirán en un programa binacional, ya que a través del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales de Guatemala se nos capacitará en la elaboración y colocación de biobardas en Honduras”, expresaba Ángel Estévez, ministro de Ambiente de Honduras.

Pie de foto: "Biobardas".

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente

Este compromiso ambiental de Guatemala con sus ecobardas forma parte de la campaña de Mares Limpios (“Clean Seas”) del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que se lanzó en febrero de 2017 en The Economist World Ocean Summit en Bali, Indonesia. Más de 50 países en todo el mundo se han unido a este proyecto y el objetivo principal es precisamente involucrar a los gobiernos, al público y al sector privado en la lucha contra este tipo de contaminación. 16 de ellos pertenecen a América Latina y el Caribe.

“La mayoría de estos residuos se generan en Asia, mientras que Estados Unidos, Japón y la Unión Europea son los mayores productores mundiales de residuos de envases de plástico per cápita”, mantiene la ONU Medio Ambiente en el documento “El Estado de los plásticos”.

Con un ámbito de actuación paralelo al de la Alianza Global sobre Basura Marina, Mares Limpios ha conseguido que países como la India se comprometan a eliminar todos los plásticos de un solo uso de cara al 2022. Guatemala se unió al proyecto el 11 de octubre de 2018. En este sentido, la Asamblea de las Naciones Unidas se reunió una vez más en Nairobi el pasado marzo bajo el lema "Soluciones innovadoras para los desafíos ambientales y el consumo y la producción sostenibles". Este organismo aborda cada dos años los problemas medioambientales y pretende llevar los sistemas económicos globales hacia caminos más sostenibles. Joyce Msuya, directora ejecutiva interina del PNUMA, manifestaba que uno de los principales objetivos era “reducir los costos ambientales de los modelos de producción y consumo”.

Por otra parte, el mensaje de Siim Kiisler, Ministro de Medio Ambiente de Estonia y presidente del cuarto período de sesiones de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente mantenía que “la Asamblea de 2019 nos unirá para construir políticas, asociaciones y una cultura de innovación que apoyará las soluciones y el cambio sistémico necesario para que la sostenibilidad prospere”. Añadía que “esta visión se puede resumir en tres prioridades principales ("3 Ps") que promoveré como presidente de la Asamblea: asociaciones, integración de políticas y personas”.

La actualidad de las biobardas guatemaltecas

Hasta marzo de 2019 se han colocado en total 135 de ellas en 58 diferentes ríos nacionales. Jimmy Morales, presidente constitucional de la República de Guatemala mantenía que “nuestros ríos, lagos y afluentes hídricos han sido contaminados porque no se ha contado con las plantas de tratamiento de aguas residuales”. Ante lo que defiende que “en este momento llevamos casi 300 construidas y hay 500 estudios para construir otras 500 más en los próximos años”.

El ministro Alonzo declaraba que el 2019 será el año de la descontaminación de los ríos de Guatemala y para dedicarse a promover e instalar medidas de tratamiento de las aguas residuales. Así se lo decía al Secretario de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), Salvador Nieto.

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