Las ejecuciones por pena de muerte caen al nivel más bajo de la última década

Henar Hernández

Pie de foto: Manifestación de Amnistía Internacional en la prisión central de Bang Kwang para protestar contra la pena de muerte en Bangkok, Tailandia, el 19 de junio de 2018. REUTERS/ATHIT PERAWONGMETHAL

Amnistía Internacional ha publicado su informe global anual ‘Death sentences and executions: 2018’. Como dato vertebrador de la publicación, destaca que la organización registró en 2018 al menos 690 ejecuciones por pena de muerte distribuidas en una veintena de países. Esta cifra implica, por un lado, que las ejecuciones se han reducido el año pasado un 31% comparado con 2017, año en el que se cometieron cerca de 1000, y, por otro lado, que es el registro más bajo documentado por Amnistía Internacional en la última década.

Los países que lideran el ránking en aplicación de sentencias con la pena capital son, por este orden, China, Irán, Arabia Saudí, Vietnam e Irak. En el caso de China, la organización explica que no se conocen las cifras exactas, puesto que dicha información está clasificada en el país asiático como secreto de Estado, al igual que sucede en el caso de Corea del Norte. Sin embargo, las estimaciones sitúan el número de ejecuciones en China en más de un millar.

Por su parte, los otros 4 países que copan el top 5 representan el 78% del total de ejecuciones registradas en 2018. En el caso de Irán, posicionado en el segundo lugar, sus datos de ejecuciones elevan el número de casos a cerca de 253, lo que supone una disminución del 50% con respecto al mismo periodo del año anterior. Por otro lado, Arabia Saudí, siguiente en la clasificación, llevó a cabo 149 ejecuciones. El cuarto puesto es para Vietnam, cuyas autoridades indicaron que se habían ejecutado 85 personas durante 2018, y el quinto le corresponde a Irak, con 52 sentencias en las que se ha aplicado la pena capital.

Pie de foto: Gráfico de los países que llevaron a cabo ejecuciones en 2018. AMNISTÍA INTERNACIONAL

Distribución de las ejecuciones por regiones

Amnistía Internacional también señala que Estados Unidos se configura como el único país en el continente americano que continúa llevando a cabo ejecuciones de reos en los últimos 10 años. Cabe recordar que la competencia en materia penal es estatal, por lo que cada Estado aplica su propia legislación. Ejemplo de esto es que Tejas ha incrementado sus ejecuciones de 7 en 2017 a 13 en 2018, representando la mitad del total que se producen en EEUU. Otros Estados que también la han aplicado han sido Nebraska, Dakota del Sur y Tennessee, administraciones que no emitían tal sentencia desde 1997, 2012 y 2009. En el lado contrario, cabe destacar que, en el Estado de Washington, el estatuto de la pena de muerte fue declarado inconstitucional el pasado octubre.

En el caso de Asia-Pacífico y, además de China y Vietnam, destacan Tailandia, que reanudó las ejecuciones en 2018 por primera vez en 9 años; Japón, con 15, 13 de ellas sobre los autores del ataque con gas sarín en el metro de Tokio en 1995; Singapur, con 13 y Pakistán, también con 14 ejecuciones – que significa una reducción del 77% en comparación con 2017 -.

Por su parte, en Europa y Asia Central, solo Bielorrusia ha llevado a cabo 4 ejecuciones de la pena capital, constituyéndose como el único país de la región en aplicar la pena de muerte desde 2005. En este punto, cabe rememorar las declaraciones recientes del presidente turco, Tayyip Erdogan, quien aseguró que Turquía había hecho mal en eliminar la pena de muerte y que le “ofende alimentar a los presos, a los que martirizaron a 251 de nuestros ciudadanos, policías y soldados en la noche del 15 de julio de 2016, aunque están cumpliendo cadena perpetua”, en referencia al fallido ‘golpe de Estado’ que tuvo lugar en el país.

En el caso de Oriente Medio y Norte de África, además de Irán, Arabia Saudí e Irak – que suman 454 ejecuciones entre los 3, el 91% del total regional – otros países como Egipto o Yemen también han cometido ejecuciones. Cabe resaltar, sin embargo, que Egipto es el país del mundo – tras China – que más sanciones con pena de muerte impuso en 2018, con al menos, 717 casos.

Por último y respecto al África subsahariana, cuatro países llevaron a cabo ejecuciones el año pasado: Botswana, Somalia, Sudán y Sudán del Sur, cuyo número se ha incrementado de forma alarmante según Amnistía Internacional.

Pie de foto: Camilla utilizada para ejecutar a los presos por inyección letal en la Unidad de Huntsville en Huntsville, Texas. AFP/HO/TEXAS DEPARTMENT OF CORRECTIONS

Sentencias y métodos de ejecución

En total, en 2018, la organización registró 2.531 sentencias de muerte distribuidas en 54 países, lo que implica una leve reducción con respecto a 2017, año en el que se documentaron 2.591 sentencias. En cuanto al número total de personas condenadas a muerte el año pasado, la cifra se dispara hasta las 19.336.

Entre los métodos de ejecución más empleados en 2018, destacan la muerte por disparo de bala (Bielorrusia, China, Corea del Norte, Somalia, Yemen y Taiwán), la horca (Afganistán, Botswana, Egipto, Irán, Irak, Japón, Pakistán, Singapur, Sudán y Sudán del Sur), la inyección letal (China, Tailandia, EEUU y Vietnam), la electrocución (Estados Unidos) y la decapitación (Arabia Saudí).

El camino hacia la abolición

No obstante, Amnistía Internacional reconoce que “la pena de muerte está firmemente en decadencia y se están tomando medidas efectivas en todo el mundo para poner fin al uso de este castigo cruel e inhumano”. Además del Estado de Washington, Burkina Faso abolió la pena de muerte para los delitos comunes en junio, mientras Gambia y Malasia declararon una moratoria oficial de las ejecuciones en febrero y julio, respectivamente. Así, 142 países han abolido la pena de muerte en la ley y/o en la práctica, cifra que representa más de dos tercios de los Estados del mundo.

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