Las empresas españolas apuestan por el norte de África

Por Alexandra Dumitrascu 
Foto:  Inditex es una de las compañías españolas con fuerte presencia en Marruecos y otros países del Magreb. 
 
El norte de África es una de las regiones con las que España, encarnada en la figura del Rey, ha erigido unas relaciones estrechas y privilegiadas desde el punto de vista económico, siendo especialmente destacables las que mantiene con Marruecos, Argelia y Túnez. El Magreb se ha convertido en los últimos años en la región más atractiva para las empresas españolas, superando en número de inversiones a los países latinoamericanos. Asimismo, las exportaciones a esta región también superan con creces a las que se realizan a América Latina. Solamente a Marruecos y Argelia se han vendido en 2013 mercancías por un valor que superó los 9.300 millones de euros, frente a los 6.800 millones de Brasil y México, los principales importadores de España en Latinoamérica.  
 
Marruecos, un vínculo que va más allá de los negocios 
Las buenas relaciones de Juan Carlos I con el Rey Hasan II primero, y Mohamed VI después, han sido fundamentales para apaciguar los conflictos entre España y Marruecos y han contribuido a los grandes logros en el ámbito económico, sobre todo en materia de comercio bilateral, siendo España el principal proveedor de Marruecos. La apuesta de don Juan Carlos por Marruecos ha sido firme, facilitando las oportunidades de negocio a las compañías españolas en el país magrebí que, actualmente, cuenta con una presencia de más de 800 empresas hispanas, a la vez que alrededor de 20.000 han mantenido a lo largo de 2013 negocios con este país norteafricano en sectores como infraestructuras, energías renovables, turismo, transporte o tratamiento de aguas, entre otros.  
 
Argelia, socio prioritario para España 
Desde 2013, España se ha convertido en el primer socio comercial de Argelia, con un volumen global de intercambios que superaron los 13.000 millones de euros en 2013. El país norteafricano goza del estatus de socio prioritario de España. Argelia representa el primer distribuidor de gas de España; más del 50% del gas importado procede de este país. Además, unas 269 empresas españolas están ubicadas en Argelia, en su mayoría con presencia en los sectores de la construcción y los servicios. No obstante, los deseos de este país por consolidar los contactos bilaterales y por diversificar su economía marcan una senda favorable para las empresas españolas en sectores como las renovables, las infraestructuras, o el hídrico donde se ha firmado en el mes de junio un protocolo de cooperación que persigue favorecer un uso sostenible del agua en el Mediterráneo.  
 
Túnez, un país en auge tras las revueltas árabes 
España es el quinto socio comercial de Túnez, con una cifra que rondó el pasado año los 1.300 millones de euros. Las inversiones de España en Túnez fueron tímidas en 2012, debido a la revuelta que acabó con el presidente Zine El Abidine Ben Alí. Desde 2012, los esfuerzos del Gobierno tunecino se centran en atraer a los inversores españoles. A pesar de disponer de un mercado relativamente pequeño, alrededor de once millones de habitantes, es uno de los países de Magreb que goza de un elevado grado de apertura comercial y las oportunidades de inversión se centran en sectores como el energético, las renovables, el turismo o la construcción. 
 
Libia, una balanza comercial deficitaria para España 
A pesar de que Libia es el tercer socio comercial de España, la balanza comercial entre ambos países es muy deficiente para nuestro país. En 2007, España importó de Libia por valor de 2.500 millones de euros, buena parte de la factura se debe al petróleo, mientras que las exportaciones españolas rondaron en torno a los 110 millones. España exportó en 2012 por valor de 380 millones de euros, y en 2013 por 463 millones, mientras que las importaciones de Libia alcanzaron un importe de 3.799 y 4.628 millones de euros, respectivamente. El objetivo primordial de España es reactivar los contratos firmados con anterioridad al conflicto, paralizados por la inestabilidad desembocada tras el derrocamiento y asesinato de Muamar Gadafi, así como promover una mayor presencia en sectores como el energético, infraestructuras, construcción y tratamiento de aguas. Sin embargo, la inseguridad que se vive actualmente en Libia hace que las empresas españolas pasen por momentos de gran incertidumbre. 

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