Las otras historias de Oriente Próximo

Anwar Zibaoui

Pie de foto: El mundo árabe no será Silicon Valley, pero está en un momento prometedor

La información sobre conflictos desestabilizadores,  gobiernos represivos, primaveras frustradas, terror, caos y la peor crisis de refugiados suele ser los titulares de las noticias que llegan de Oriente Próximo, pero esta no muestra todas las historias ni es la imagen completa de una región en continua evolución.

Hay tendencias económicas -como la revolución tecnológica- y sociales -como la cultura innovadora- que se han puesto en marcha, son positivas y contrarrestan la fatalidad y el pesimismo.

Entre los factores de recuperación económica y revitalización regional está el papel inclusivo de la tecnología, el espíritu empresarial y el impulso del sector privado con una narrativa alternativa que crea nuevas industrias y, en consecuencia, nuevos empleos, y que puede diversificar las economías de la región alejándola de apostar solo por la producción de hidrocarburos.

La energía del futuro de Oriente Próximo no será el petróleo, será su capital humano. En la región viven 380 millones de personas, el 60% menor de 30 años. Los jóvenes deben ser la prioridad. Son la energía que, bien canalizada, puede reconstruir la región, liberarla del sectarismo y la injusticia. El paro, sobre todo el juvenil, es un problema grave que aumentará si no se proporcionan alternativas.

La creación de empleo, especialmente para la población joven, es un desafío y una prioridad. En los últimos cinco años, la población en edad laboral de la región aumentó en 50,2 millones. Sin embargo, solo encontraron empleo 25,4 millones de personas.

Los jóvenes, universitarios, emprendedores y nativos digitales están interesados en las energías renovables, la robótica y las nuevas tecnologías. Hay que convertir esta tendencia en una norma mediante la creación de un entorno que promueve y fomenta el espíritu empresarial, mejora la educación y apuesta por la innovación y un crecimiento inclusivo. La tecnología educativa es necesaria para proporcionar el salto. El ecosistema debe ser propicio para la captación de talento y ayudar a producir una generación de creadores de empleo en lugar de solicitantes de trabajo. Por tanto, hace falta una acción seria para crear economías inclusivas y empleo juvenil y los gobiernos deben ayudar a crear empresas, liberar el camino para el sector privado y redirigir la inversión pública hacia elementos intangibles, como la educación, la investigación y el desarrollo.

Existen también historias de coraje y ambición protagonizadas por mujeres empresarias. Iniciativas innovadoras, con gran impacto en su comunidad y que están cambiando mentalidades. Hay una tendencia ascendente, con participación del 22%, pero lejos aún del promedio mundial del 33%. La participación de las mujeres en la economía aumenta la clase media y reduce las desigualdades.

Uno de los aspectos más notables es el auge de las 'start-up' con una alta tasa de crecimiento. El mundo árabe no será Silicon Valley, pero está en un momento prometedor. Se multiplican las iniciativas, los Business Angels. Crece espectacularrmente el comercio electrónico y las grandes empresas internacionales empiezan a apostar por esta región. El número de fondos de capital de riesgo se ha duplicado. Las universidades están construyendo aceleradores e incubadoras para impulsar 'start-up' lideradas por jóvenes universitarios. Se notan los vientos de cambio desde Casablanca, Túnez, El Cairo, Ammán, Beirut, Dubái y Riad.

La innovación es una cuestión de supervivencia para sociedades y países, y el talento se extiende por la región

Estos jóvenes graduados son aprendices conocedores, adaptables y trabajadores. Son empresarios digitales, agentes de cambio pacífico y positivo y portadores de los nuevos valores de la región árabe: trabajo duro, apertura y aprendizaje. La brecha de financiamiento para las pymes en la región es significativa: se necesitan 280.000 millones de dólares. Las pymes representan el 75% de los empleos en la región, pero solo reciben el 8% de los préstamos. Empoderar a esta generación, invirtiendo en sus nuevas empresas, es el mejor uso constructivo de su energía.

La innovación es una cuestión de supervivencia para sociedades y países, y el talento, la materia prima de la economía, se extiende por la región. El cambio constructivo puede provenir de la inversión en la innovación y en el espíritu empresarial en una revolución económica que beneficiará a todos. Desde el exterior hay mucha confusión y sensación de caos en esta región. A veces, el caos puede ser el amigo del emprendedor, y el espíritu empresarial consiste en alterar el status quo.

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