Llueven las críticas contra las autoridades por la prohibición de la manifestación de Alhucemas

Paco Soto

Pie de foto: Los manifestantes desafían a la Policía delante de la mezquita Sedrati, en Alhucemas/ Youssef Dahmani-Yabiladi.

La manifestación no autorizada que se celebró el pasado jueves en las calles de Alhucemas, en el Rif, que acabó con decenas de heridos entre los participantes y los agentes de la fuerza pública, además de una decena de detenidos, sigue generando un agrio debate en los partidos gubernamentales y opositores y los círculos más activos de la sociedad civil. Numerosas voces críticas en Marruecos denunciaron la torpeza de las autoridades locales –la Prefectura (Gobierno Civil) de Alhucemas- de prohibir la marcha, y llamaron la atención sobre el hecho de que los conflictos sociales no se solucionan con gases lacrimógenos, porras, piedras y barricadas sino con diálogo, negociación y acuerdo. Alhucemas es el epicentro de la revuelta popular que recorre el Rif desde el pasado mes de octubre y un símbolo del clamor ciudadano a favor de mayor justicia social y económica y de una democracia más madura y de mejor calidad en la rebelde región norteña marroquí, de cultura amazigh (bereber). La intervención de la fuerza pública provocó un caos impresionante en la capital rifeña y mucho dolor en la población local y los agentes de la fuerza pública.

La reacción de políticos, observadores y activistas no se hizo esperar. Muchos de ellos recordaron al Gobierno de Rabat y a las autoridades locales que el ‘Hirak’ (movimiento rebelde) rifeño no se solucionará hasta que las partes enfrentadas no se sienten a hablar seriamente para encontrar una solución razonable y satisfactoria. En este sentido, el profesor universitario y politólogo Omar Cherkaoui expresó su convencimiento de que “la solución no está ni en las calles, ni en los pasillos de los tribunales”. Destacó que “atravesamos por circunstancias excepcionales, lo que nos impone, en tanto que Estado, que sociedad y que intermediarios, optar por la vía de la razón y la sabiduría”. “Hay que evitar –advirtió Cherkaoui- que la cólera [popular], justificada en algunos casos, dicte los actos y lleve las cosas en la mala dirección”. “La solución se encuentra en la mesa de negociación”, afirmó el politólogo. Por su parte, el profesor en la Universidad Cadi Ayyad de Marraquech Abderrahim Elaalam recalcó que “un pueblo con tanta determinación y resistencia” como el rifeño “no puede ser reprimido”. Este pueblo, según Elaalam, tiene que ser “apreciado y respetado, para construir el futuro de la nación”.

Pie de foto: Un grupo de manifestante se enfrenta a los agentes en la marcha no autorizada de Alhucemas.

Solución política

Abdelali Hamieddine, parlamentario del islamista y gubernamental Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), consideró que los organizadores de la manifestación, a pesar de que la protesta no estaba autorizada, ganaron la batalla política y mediática a las autoridades, porque demostraron “determinación” y defendieron reivindicaciones legítimas como “la liberación de los que han sido injustamente detenidos” por su participación en el ‘Hirak’ rifeño. “El Rif espera una respuesta política” y “la solución se encuentra en la prisión local de Oukacha en Casablanca”, donde se encuentra recluido el líder del ‘Hirak’, Nasser Zafzafi, dijo el parlamentario. El Mortada Iamrachen, figura salafista de la revuelta rifeña, pidió “calma” a los contestatarios, y apuntó que “esperamos el discurso de su Majestad el Rey con motivo de la Fiesta del Trono del 30 de julio, que buscará remedio a las disfunciones de los aparatos del Gobierno durante este periodo en su relación con la población del Rif”. Nawal Ben Aissa, herida en la manifestación del pasado 20 de julio, dijo que “he sido reprimida por el Estado”, y puso de manifiesto que “esta represión no frenará nuestra esperanza en la dignidad, la libertad y la justicia social”. Por su parte, la militante feminista Salma Zyani opinó que el Estado “ha fracasado” en el Rif, y denunció “la brutalidad” de las fuerzas de seguridad.

Periodistas represaliados y agredidos

Según la agencia MAP, varios detenidos en la marcha ilegal del 20 de julio estaban siendo buscados por la Policía y la Gendarmería Real por haber cometido “crímenes económicos y financieros” en Alhucemas, Taza y El Jadida, y otros por haber participado en disturbios en varias poblaciones. Las personas detenidas en los disturbios de Alhucemas comparecieron el sábado ante el fiscal de la ciudad, según informó el abogado Rachid Bellali, miembro del Comité de Defensa de Detenidos del Rif, en unas declaraciones al periódico digital ‘Lakome’.  Por otra parte, el Comité por la Protección de los Periodistas (CPJ), ONG con base en Estados Unidos, pidió a las autoridades marroquíes la liberación de Hamid Mahdaoui, periodista y director de publicación del portal digital ‘Badil.info’, detenido el jueves en Alhucemas. En nombre del CPJ, el coordinador para Oriente Medio y África del Norte, Sherif Mansour, defendió la libertad de prensa en Marruecos “sin miedo a represalias”, y recordó que el detenido ya se ha tenido que enfrentar en otras ocasiones a jueces y policías por su actividad periodística.

También en el marco de los medios, el Sindicato de Cuadros y de Empleados de la segunda cadena de televisión 2M, con sede en Ain Sebaa, cerca de Casablanca, denunció que un equipo de periodistas que se encontraba en Alhucemas para cubrir la manifestación, fue agredido por un grupo de manifestantes, que no le dejó ejercer su trabajo. Los periodistas agredidos, que trabajan en la delegación de la capital rifeña, son Abdelhamid Lamrabet, Abdelali Aamirach y Mohamed Hajjoub. Así las cosas, el fiscal de Alhucemas abrió una investigación para averiguar las circunstancias en las cuales un activista del ‘Hirak’, Imad Atabi, resultó gravemente herido en los disturbios del jueves y se encuentra por ello ingresado en el Hospital Mohamed V de la capital rifeña. La víctima fue herida en la cabeza.

Pie de foto: Hamid Mahdaoui, director de publicación de ‘Badil.info’ detenido en Alhucemas/ DR.

Valoración del Gobierno

En el ámbito estrictamente político, el primer ministro marroquí, Saad-Eddine El Othmani, islamista moderado que dirige un Gobierno de coalición de seis partidos conservadores, liberales y de izquierda, hizo un llamamiento a la calma en Alhucemas. Antes de la manifestación del jueves, El Othmani hizo saber a través de un comunicado que apoyaba la prohibición de la marcha, porque “contribuye a garantizar un clima de tranquilidad y permite la puesta en marcha de obras de reforma y desarrollo” en el Rif que darán “satisfacción a las legítimas reivindicaciones de los ciudadanos”. El comunicado contó con el visto bueno de los partidos gubernamentales. En un tono menos conciliador, el ministro del Interior, Abdelouafi Laftit, rechazó las críticas a la actuación de las fuerzas policiales en Alhucemas, y aseguró que “intervinieron respetando totalmente la ley y la Constitución”.

Laftit dio por buena la versión de que la fuerza pública solo detiene a los que vulneran la ley. En la última reunión del Consejo de Ministros, Saad-Eddine El Othmani hizo saber que el Ejecutivo que preside ha impulsado un plan de visitas ministeriales a varias regiones del país para acelerar los programas de inversiones y contactar con las autoridades y cargos electos locales. El Othmani explicó que su Gabinete quiere acabar con el exceso de burocracia y la lentitud administrativa y acercar su estrategia de comunicación e inversiones a la población de las regiones que más lo necesitan. Como ya informó ‘Atalayar’, la región de Beni-Mellal y Khenifra en el Atlas y varias zonas del Sáhara son los territorios que recibirán en los próximos días a varios ministros, según dijo El Othmani. El objetivo no es otro que impedir que la crisis rifeña se propague a otras regiones. 

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