Los diplomados en paro piden trabajo al Gobierno marroquí

Por Amina Adib
Foto: Un grupo de diplomados en paro se enfrentan a la Policía delante del Parlamento en Rabat.
 
El Banco Mundial (BM) y la Agencia Francesa de Desarrollo concedieron a Marruecos en las últimas dos semanas sendos préstamos de 100 millones de dólares y 50 millones de euros. Los dos créditos se concedieron al país norteafricano para impulsar la creación de puestos de trabajo. Los diplomados en paro marroquíes, los famosos ‘diplômés chômeurs’, que se manifiestan casi a diario en las calles de Rabat para exigir trabajo en la función pública, pidieron al Gobierno del islamista Abdelilah Benkirane que utilice una parte del dinero de ambos préstamos para combatir el paro en este colectivo social. De momento, el Ejecutivo de Benkirane no parece estar por la labor de satisfacer esta petición. Los diplomados en paro llevan más de una década protestando y han protagonizado graves conflictos callejeros en Rabat y en otras ciudades de Marruecos. Dos de estos diplomados sin trabajo llegaron a quemarse a lo bonzo para expresar su malestar y falta de esperanza. Su lucha, que en un principio despertó simpatía entre la población, es criticada por algunos sectores sociales, que reprochan al colectivo de mantener una postura egoísta y de sólo mirar por sus intereses. “No es verdad. No somos egoístas. Pedimos al Gobierno que dé respuesta a un grave problema social y económico. Somos decenas de miles de diplomados en todo el país que llevamos años sin trabajo o trabajando en condiciones precarias, y creemos que tenemos derecho a vivir dignamente y a poder disfrutar de un puesto de trabajo fijo”, cuenta Hakim, un universitario de 28 años de Rabat que lleva cinco sin trabajar. Fátima, que tiene 22 años y es originaria de Agadir, lleva tres años viviendo en la capital marroquí. Considera que “el Gobierno está para satisfacer las necesidades de la gente y no para otra cosa. Pedimos trabajo en la administración pública, porque hemos estudiado para eso y nos encontramos en paro y sin perspectivas”. El sociólogo Mohamed Bernusi piensa que “los diplomados en paro son un ejemplo del malestar social que existe en el país, sobre todo en la juventud, pero representan un colectivo de gente relativamente privilegiada, porque tienen estudios universitarios o han estudiado en escuelas profesionales, y quieren ser funcionarios o empleados públicos saltándose las normas. No tienen en cuenta la realidad económica y social, y es por eso que algunos sectores de la población los ven como unos egoístas”. El aspecto más polémico que plantea este colectivo es su empeño en querer que los diplomados en paro entren a trabajar en la función pública sin necesidad de presentarse a ningún concurso previo. 
 
Movimiento en pie de guerra
El movimiento sigue en pie de guerra. Nueve de sus miembros tendrán que comparecer ante el tribunal de primera instancia de Rabat el próximo 15 de octubre por diversas acusaciones. El colectivo considera que los préstamos internacionales que ha recibido Marruecos para combatir el desempleo también tienen que estar destinados a mejorar su situación. “No estamos pidiendo la luna, pedimos algo justo”, dice Hakim a Atalayar. Algunos economistas temen que una parte del dinero de ambos préstamos sirva para equilibrar las deficitarias cuentas públicas y no para invertir en la creación de puestos de trabajo. Es lo que piensan también muchos diplomados desempleados. Hace meses este colectivo pidió a la representación de la Unión Europea (UE) en Rabat que interviniera directamente en el conflicto y exigiera al Gobierno de Benkirane un  compromiso a favor de la contratación de diplomados en paro. El Gobierno asegura que hace lo que puede para solucionar un problema que otros gobernantes no consiguieron atajar. Por otra parte, la Confederación Democrática del Trabajo (CDT), un sindicato marroquí próximo a las tesis de la izquierda radical, hizo un llamamiento a una huelga general de 24 horas para protestar por la ausencia de diálogo social con el Gobierno de Benkirane. La CDT no concretó la fecha de la huelga. El Consejo Nacional de este sindicato tomó esta decisión tras constatar que “las condiciones de vida de los trabajadores han empeorado” y para “protestar contra la política del Gobierno y su gestión del diálogo social”. El día de la huelga, los sindicalistas de la CDT organizarán una concentración delante del Parlamento, en Rabat.

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