Los ferrocarriles egipcios encuentran un tren que desapareció hace ocho años

Por Mohamed Sahli
Foto: La estación de Louxor, en el sur de Egipto/ Marc Ryckaert (MJJR).
 
La compañía de ferrocarriles egipcia anunció hace unos días que había encontrado un tren que desapareció hace ocho años. Muchos egipcios, al conocer la noticia, se pensaron que era una broma y así lo manifestaron en  Internet. Egipto, como la mayoría de los países árabes, no tiene unos servicios públicos que funcionen como en Suiza o en Dinamarca. Al revés, el funcionamiento de los servicios en manos del Estado deja bastante que desear, y los ferrocarriles no son una excepción. Egipto es un gran país de 82 millones de habitantes. Hay mucho talento en Egipto, gente preparada y excelentes profesionales en este país árabe que en el siglo XX fue una nación de vanguardia en muchos aspectos en la región. Pero sus responsables públicos son en general individuos autoritarios, incompetentes y en algunos casos corruptos. Por eso, cuando la compañía nacional de ferrocarriles dio la sorprendente noticia del hallazgo del  tren desaparecido, millones de personas no se lo creyeron o pensaron que en Egipto todo es posible. Los periódicos del país se hicieron eco de la noticia y publicaron fotos de un convoy compuesto por una locomotora, seis vagones y 12 vehículos y abandonado en una zona desértica donde no hay ninguna línea de ferrocarril. Ahí está el misterio. ¿Cómo pudo llegar ese tren a semejante lugar?, se preguntan los egipcios. Según las autoridades, 100 kilómetros de vía férrea fueron desmontados por grupos de ladrones que se quedaron con  el material, se supone que para venderlo. La vía férrea desaparecida unía el oasis de Dakhla, en el desierto occidental, con la ciudad turística de Louxor, situada a 700 kilómetros al sur de El Cairo y al borde del río Nilo. Esta línea fue construida por los británicos en 1908 antes de ser invadida por las dunas del desierto. Fue reconstruida en los años 80 del siglo pasado, pero la negligencia y la desidia del Estado en la época de Hosni Mubarak y la corrupción acabaron ganando la batalla a esta infraestructura. En 2008, el denominado tren del oasis se quedó bloqueado para siempre en pleno desierto por falta de vía férrea y los maquinistas abandonaron el convoy, que cuesta unos 10 millones de euros.  
 

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