Los homosexuales marroquíes denuncian “la persecución” que sufren en su país

Redacción Atalayar
Los homosexuales en Marruecos han lanzado una campaña a través de  las redes sociales contra “la persecución” que sufren en su país. Los grupos de gays y lesbianas del país norteafricano, que actúan en la más estricta clandestinad, porque las leyes y la sociedad rechazan su conducta sexual, han decidido pasar a la ofensiva. En el marco de la campaña que han puesto en marcha bajo el lema ‘El amor no es un crimen’, exigen la protección de sus derechos como personas y la anulación del artículo 489 del Código Penal que condena las relaciones sexuales entre dos personas del mismo sexo. Una campaña de esta naturaleza hubiera sido impensable hace tan sólo seis o siete años, lo que demuestra que Marruecos es un país en plena transformación y una franja relativamente importante de la población aspira a vivir en una sociedad democrática que se base en el respeto a los derechos humanos elementales y la convivencia. Salvando las distancias y diferencias, Marruecos vive en el terreno de la moral sexual una situación parecida a la de los países europeos mediterráneos como España hace cuatro o cinco décadas.  La campaña de los homosexuales marroquíes  ha generado un interesante debate social entre periodistas,  pensadores e investigadores. El militante berberista Ahmed Assid, por ejemplo,  considera que “el homosexual es ante todo un ser humano, hay que dar la prioridad a la dimensión humana en vez de la cultura y la religión u otras consideraciones. Cuando marginamos la dimensión humana, el ser humanos pierde su dignidad”. 
 
En el polo opuesto a esta postura se sitúa el jeque Abdel-Bari Zamzami, conocido por sus estrambóticas fatuas, (pronunciamiento legal emitido por un especialista en ley religiosa islámica). Zamzami declaró al diario Sahifat Annas’: “Estos homosexuales confunden entre el amor y el sexo, aunque los dos no se mezclan; el sexo no debería ser el resultado del amor, éste un sentimiento noble”. En  Marruecos, la homosexualidad es una práctica que está prohibida, porque así lo estipula el islam. Hshuma (vergüenza) y haram (pecado) son dos términos que utilizan los marroquíes para describir a una persona homosexual. El Corán no menciona a la homosexualidad femenina, pero también es una práctica oculta en Marruecos y perseguida por el ordenamiento legal y la sociedad. Aunque la homosexualidad está prohibida en todo el mundo islámico, en la sociedad medieval musulmana florecieron expresiones culturales como la poesía erótica y favorable a la homosexualidad. El poeta Abu Nuwas fue un claro exponente de esta corriente. Esta  literatura tuvo sus momentos de apogeo en el siglo XII. Un siglo después el mundo islámico sufrió una profunda decadencia cultural, social, económica y política y la homosexualidad quedó expresamente prohibida. En el siglo XIX se extendió el turismo homosexual hacia el Magreb y la ciudad de Tánger, Egipto y Turquía. En el siglo XX, Tánger y otras ciudades de Marruecos acogieron a muchos escritores, creadores y artistas homosexuales como Paul Bowles, Gore Vidal, Truman Capote, Tennessee Williams, Allen Ginsberg, Michel Foucault, Jean Genet e  Yves Saint-Laurent.
 
Desde que Marruecos se independizó de España y Francia en 1956, más de 5.000 homosexuales han sido juzgados y condenados por delitos como el de “escándalo público”. En el año 2004, fueran detenidas en una fiesta de cumpleaños, en Tetúan, decenas de personas de ambos sexos  y acusadas de “incitar a la depravación y transgredir la moral pública”. Los grupos islamistas acusaron a los detenidos de querer crear una asociación de militantes homosexuales. Tres años más tarde, en la ciudad de Alcazarquivir, fueron detenidas varias personas y condenadas por prácticas homosexuales a penas de entre cuatro y 10 meses de prisión. En 2008, en Meknes, 21 personas  fueron detenidas por homosexualidad. Desde entonces, algunos medios de comunicación como el semanario TelQuel han defendido con mayor o menor firmeza a los homosexuales. Existe un colectivo, Kifkif, que edita la revista clandestina ‘Mithly’ y defiende a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. Abdelah Taia es el primer escritor marroquí que  declaró públicamente su condición de homosexual. Los islamistas y los sectores más conservadores del país se pronuncian abiertamente en contra de la homosexualidad y los más radicales llevan a cabo persecuciones y agresiones contra  los homosexuales. 
 
 

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