Los marroquíes eligen un nuevo Parlamento

Hamid Bellahcene/correomadrid.com

Pie de foto: Elecciones legislativas en Marruecos. El candidato del PJD, Abdelilah Benkirane, ejerce su derecho al voto

Este viernes 7 de octubre los marroquíes eligen a un nuevo Parlamento para una legislatura de cinco años. Estas elecciones legislativas son las segundas que se celebran bajo la nueva Constitución aprobada el verano del año 2011, en plena primavera árabe, las cuales ganó el partido de la Justicia y el Desarrollo que lideró el gobierno entre 2011-2016.

A menos de que ocurra una gran sorpresa, la mayoría de los analistas coinciden en que el partido que lidera Abdelilah Benkirane volverá a situarse a la cabeza en los resultados y de él depende la formación del próximo gobierno de Marruecos. Los analistas coinciden también en el hecho de que el Partido Autentecidad y Modernidad ocupará la segunda posición y ejercerá la labor de oposición en los próximos años, a menos de que sea capaz de dificultar la labor del PJD a la hora de alcanzar acuerdos de gobierno con el resto de las fuerzas políticas marroquíes. Partidos como Istiklal, Movimiento Popular, Partido de los Independientes o incluso el Partido del Progreso y el Socialismo pueden ser piezas valiosas en la racionabilidad de un país políticamente fragmentado. Del partido Unión Socialista de las Fuerzas Populares se teme que saque resultados por debajo del 10% y pasar a la marginalidad en el sistema de partidos marroquí. un escenario nada imposible dadas las dificultades estructurales  a las que se enfrenta el partido. No obstante, se espera que la abstención sea tan alta como en las últimas elecciones legislativas. Este hecho preocupa a la hora de hablar de la consolidación del modelo marroquí de transición política y pone en cuestión los logros del país en los últimos años.

Mientras por la izquierda se presenta la única candidata femenina Nabila Munib que encabeza una coalición llamada Federación de Izquierda Democrática (FID) la cual se presenta como alternativa al PJD y al PAM.

Un tema que ha pasado desapercibido en las campañas de todos los partidos fue la participación de los marroquíes residentes en el extranjero.

A excepción de los miembros de las fueras de seguridad, en Marruecos se reconoce el derecho del voto a todos sus ciudadanos, incluidos los residentes en el extranjero, pero estos últimos deberían hacerlo mediante delegación, es decir delegar a un compatriota o familiar para que vote en su lugar en Marruecos, una práctica que dificulta y condiciona una derecho fundamental como es el de elegir a los representantes políticos.

Hay que recordar que el total de marroquíes residentes en el extranjero supera los 4,5 millones de ciudadanos, (datos del gobierno marroquí, año 2013) de los cuales una mayoría está en edad adulta y puede votar si se da el caso.

La diáspora marroquí está repartida principalmente por los países de Europa occidental (3 de cada 4) y si tenemos en cuenta que la población total de Marruecos alcanzó los 33,8 millones de habitantes en el último censo realizado en el año 2014, quiere decir que representan un 13,31% del total de la población.*

Brahim Boukayoua, ciudadano marroquí de 33 años afincado en España desde haces 24 años se queja de lo que considera una verdadera exclusión de cientos de miles de personas de un derecho democrático “Como es posible que una persona paga impuestos en dos países pero luego ninguno te tiene en cuenta como persona…Es muy difícil ser ciudadano cuando ellos mismo no te tratan como tal, es muy injusto para quién  los sufrimos”

Las asociaciones de marroquíes residentes en el extranjero critican el hecho de no poder votar en los países donde residen y piden a Rabat reconsiderar la situación, puesto  que se trata de un derecho recogido en la última constitución que sí fue votada por los marroquíes de la diáspora el verano del año 2011.

Por su parte Said Bourhim, representante en España del partido  Justicia y Desarrollo que lidera la coalición que gobierna en Marruecos  ha asegurado que el derecho a votar está recogido constitucionalmente y se puede hacer vía delegación y añadió “más grave el no poder votar en los países donde residen los marroquíes es el hecho de su representatividad y su representación en las instituciones del país” algo que plantea un verdadero  dilema, ya que el derecho por delegación hace que el voto vaya a la circunscripción electoral en Marruecos y no recoge las sensibilidades, las demandas y los problemas a los que se enfrenta la comunidad marroquí en el exterior.

Preguntado sobre los esfuerzos del PJD para plantear esta demanda, Bourhim ha reconocido la dificultad “técnica” a la que se enfrenta su formación ya que no gobierna en solitario sino que lidera un gobierno de coalición con otros partidos políticos que “quizás no estén muy interesados en llevar hasta las últimas consecuencias esta demanda porque, según muchos estudios y encuestas de opinión, estos partidos temen que el voto de la diáspora vaya a beneficiar  del PJD”

Por otro lado, Taoufik Cheddadi, sociólogo de origen marroquí afincado en Madrid ha asegurado que “El hecho de que un gran número de ciudadanos no puedan ejercer su derecho al voto para elegir sus representantes políticos es un hecho negativo y no ayuda a relejar sus problemas y sus demandas a través de las vías y mecanismos institucionales” y añadió que el la constitución marroquí del año 2011 “sí que reconoce el derecho del sufragio a los extranjeros residentes en Marruecos, incluidos los españoles, lo que implica que en España debería de haber un trato de reciprocidad”

Con los resultados de las elecciones de hoy y que se sabrán probablemente el próximo lunes, el régimen político marroquí buscará nuevas fórmulas de encaje para re-diseñar el equilibrio entre un partido islamista moderado y con una sólida base social y un PAM fuertemente respaldado por el palacio real.

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