Los salafistas marroquíes lanzan una ofensiva política de cara a las legislativas

Paco Soto

Pie de foto: Hammad Kabbaj, un salafista en las listas electorales del PJD.

El salafismo, una corriente rigorista del islam que defiende una interpretación dogmática del Corán y la sunna (segundo fuente islámica tras el libro sagrado), tiene sus seguidores en Marruecos en el mundo social, político e intelectual. No todos los salafistas son violentos y solo una pequeña parte defiende la vía terrorista para alcanzar sus fines utópicos, pero todos son profundamente reaccionarios. Su interpretación purista y literal del Corán y su visión petrificada y ajena a la reflexión de la fe islámica, convierte a los salafistas en seres atormentados, tristes y antipáticos. Su obsesión por regresar a un pasado islámico supuestamente idílico y por convertir al profeta Mohamed en un icono intocable, es francamente patética.

Los salafistas partidarios de la vía política para alcanzar sus objetivos son integristas pero no tontos, y muchos han tenido la habilidad suficiente para convertir algunas mezquitas, partidos y foros públicos en órganos de difusión de su ideología reaccionaria. Es el caso de Hammad Kabbaj, una figura emblemática del salafismo marroquí. Este individuo consiguió ser elegido cabeza de lista por la circunscripción de Marraquech-Gueliz por el gobernante e islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) de cara a las elecciones generales del próximo 7 de octubre.

Otros apoyos

Hammad Kabbaj no es el único salafista que apoya al partido del primer ministro islamista, Abdelilah Benkirane. El número dos de la Asociación Predicación y Corán, dirigida por el religioso salafista Mohamed Maghraoui, llamó a los electores en los comicios locales del 4 de septiembre de 2015 a votar en favor de los candidatos del PJD. Maghraoui, que no milita en el PJD, defiende contra viento y marea el balance político de Benkirane al frente del Ejecutivo de Rabat. Al PJD le viene bien el apoyo de un sector del salafismo local. Para Benkirane y sus partidarios, es una manera de frenar la presión del Movimiento de Unicidad y Reforma (MUR), el brazo ideológico y más rigorista del PJD. Dos dirigentes del MUR, Omar Benhamad y Fátima Neyar, fueron expulsados del MUR hace unos días tras verse implicados en un escándalo sexual. Pero no todos los salafistas apuestan por el PJD.

Pie de foto: Un grupo de salafistas marroquíes pide la liberación de detenidos por terrorismo.

Más partidos

Algunos participarán en las legislativas de octubre bajo la bandera del nacionalista y conservador Partido Istiqlal (PI) y otros, aunque en menor medida, lo harán en el seno del Movimiento Democrático y Social (MDS). Es el caso de Mohamed El Fizazi y Abdelouahab Rifki, alias Abou Hafs. Ambos fueron detenidos y condenados por terrorismo, y tras ser indultados salieron de prisión en abril de 2011 y febrero de 2012, respectivamente. Así las cosas, el Ministerio del Interior reiteró su decisión de prohibir la publicación de sondeos preelectorales de cara a las legislativas del 7 de octubre. Según Interior, se trata de “preservar la credibilidad y la transparencia del proceso electoral” y “evitar todo lo que pueda contribuir a la orientación de la voluntad y las decisiones de los electores”. No se podrán publicar sondeos a partir del 9 de septiembre, es decir 15 días antes de que empiece la campaña electoral, el 24 de septiembre.

Pie de foto: El jeque salafista Abou Naïm.

“Enemigo de Dios”

Por otra parte, el predicador salafista Abou Naïm, en un mensaje difundido a través de YouTube, acusó al ministro de Asuntos Islámicos, Ahmed Taoufiq, de “laico extremista” y “enemigo de Dios”. Su posición es radicalmente distinta de las ideas moderadas y dialogantes sobre el islam marroquí que defendió el rey Mohamed VI en un discurso institucional el pasado 20 de agosto. A Naïm no le interesa el diálogo; este jeque salafista sueña con imponer al conjunto de la población un islam rigorista e intolerante, y su interpretación de la religión musulmana es una caricatura. El propio Naïm es una caricatura. Según este predicador extremista y perturbado, el ministro Taoufiq, una persona culta, refinada y abierta al diálogo y la crítica, es “un hombre que se opone a la predicación de Dios. Una oposición que lo sitúa en la categoría de los enemigos de Dios y de su profeta”. Agrega el salafista: Ahmed Taoufiq “no es más que un simple funcionario del Estado y no el jefe del Estado”.

Varios ataques

No es la primera vez que Naïm ataca a Taoufiq. En 2014, fue perseguido por la Justicia por atentar contra las instituciones oficiales del islam marroquí, como el Ministerio de Asuntos Islámicos y el Consejo Superior de los Oulemas (teólogos musulmanes). El jeque salió indemne de este proceso. El 19 de febrero de 2015, un tribunal de Casablanca condenó a Naïm a un mes de prisión sin cumplimiento de pena y una multa de 500 dirhams (45 euros) por defender ideas contrarias al islam local. Abou Naïm fue tratado con indulgencia por los jueces, según denunciaron algunos comentaristas. En 2009, otro jeque salafista acusado del mismo delito que Naïm había sido condenado a tres años de cárcel y una multa importante. Naïm tendrá que enfrentarse a otro juicio por haber acusado a la cadena de televisión 2M de “sionista”.

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