México buscará a los 40.000 desaparecidos en su territorio

Henar Hernández

Pie de foto: Más de 40,000 personas están desaparecidas en México, que ha sido barrida por una ola de violencia desde que declaró la guerra a sus poderosos cárteles de la droga en 2006. Pedro PARDO / AFP

El Gobierno de México ha anunciado la reapertura del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas por la magnitud de las cifras que conforman esta crisis en el país: más de 40.000 personas desaparecidas, 26.000 cadáveres sin identificar que reposan en las morgues estatales y más de un millar de fosas clandestinas descubiertas en la última década. Un hecho trágico tuvo lugar en septiembre de 2018, cuando se descubrió en Guadalajara, al oeste del país, un camión refrigerado que durante dos semanas estuvo recorriendo la ciudad sin rumbo con 273 cadáveres en su interior. Las autoridades alegaron que la morgue estaba saturada y que los cuerpos no se podían ni enterrar ni incinerar porque al ser víctimas de la violencia había abiertos procesos judiciales.

Por ello, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha asegurado, además, que el relanzamiento de este sistema no tendrá límite presupuestario y que no faltarán los recursos ni habrá techo financiero para buscar e identificar a los miles de desaparecidos. De momento, desde el Gobierno han presentado un presupuesto para este año de 460 millones de pesos, más de 24 millones de dólares, una cantidad que podrá incrementarse según las necesidades del aparato estatal.

Con la puesta en marcha de nuevo del Sistema, las autoridades esperan contar tanto con la implicación de los familiares de los desaparecidos como con la participación de organizaciones de la sociedad civil, expertos y académicos. El objetivo de esta confluencia de personalidades es la elaboración de una nueva normativa y de nuevos protocolos de actuación en materia de personas desaparecidas y, también, en materia de prevención y sanción de los delitos que han engordado las cifras en los últimos años, como, por ejemplo, las desapariciones forzadas, la trata de personas y los secuestros de individuos pertenecientes a colectivos vulnerables, como las mujeres, los niños o los migrantes.

Pie de foto: Protesta en el Día Internacional de los Desaparecidos en el monumento Cuitlahuac en la Ciudad de México, el 30 de agosto de 2018. Las familias de las miles de personas desaparecidas de México se reunieron para manifestar por sus seres queridos desaparecidos. Pedro PARDO / AFP

Todos estos delitos se enmarcarían en el combate de las fuerzas del Gobierno contra el narcotráfico que lleva asolando al país desde 2006 y que para López Obrador acabó a principios de este año, pues en una rueda de prensa diaria ofrecida el 30 de enero en el Palacio Nacional aseguró que “No hay guerra, oficialmente ya no hay guerra. Nosotros queremos la paz, vamos a conseguir la paz”. En total, han sido 12 años de conflicto armado que comenzaron con el mandato de Felipe Calderón (2006-2016) y que han dejado el siguiente escenario: en primer lugar, han sido detenidos algunos de los principales capos de la droga, como los hermanos Alfredo Beltrán Leyva (condenado a cadena perpetua en EEUU) y Arturo Beltrán Leyva (abatido), dirigentes del Cártel de Sinaloa; Édgar Valdez, la Barbie (extraditado a EEUU) y perteneciente al Cártel de Sinaloa; Vicente Zambada Niebla, hijo del Mayo Zambada (extraditado a EEUU); y Heriberto Lazcano (abatido), fundador del Cártel de los Zetas. Sin embargo, el caso más sonado se corresponde con la caída de El Chapo Guzmán, que fue detenido y jugado en EEUU tras varios intentos fallidos – protagonizó una “huida de película” en 2015 al escaparse de una prisión de máxima seguridad en México a través de un túnel construido debajo de la ducha de su celda que desembocaba a más de 1500 metros de distancia de la cárcel -.

Actualmente, en México existen 6 cárteles de la droga distribuidos por el país que luchan fundamentalmente por el control de la Frontera Chica, una zona fronteriza con EEUU y principal canal de exportación de la droga, especialmente el fentanilo, estupefaciente cuya demanda se ha ido incrementando de forma exponencial en EEUU: mientras el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa luchan por hacerse con la hegemonía en el dominio del territorio, otros cinco cárteles se encuentran distribuidos por todo México: el Cártel del del Golfo, el Cártel de los Zetas, el Cártel de Juárez, el Cártel de Tijuana y la Organización Beltrán-Leyva.  

Pie de foto: Mapa de México que muestra los territorios donde operan sus diferentes carteles de drogas. AFP / AFP / ANELLA RETA

En segundo lugar, la lucha contra el narcotráfico orquestada desde la Administración mexicana – primero con Calderón y después con Enrique Peña Nieto – y los combates entre dichas células delictivas han dejado un balance de más de 250.000 muertos, lo que representa el 75% del total de muertes que tienen lugar en México. 2017 se configuró como el año más violento hasta el momento desde que comenzara el conflicto con 31.174 homicidios registrados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, lo que supuso una tasa de 25 homicidios por cada 100.000 habitantes, el valor más alto nunca antes registrado, pues con respecto a 2016, la cifra se incrementó en un 27% (casi 7000 personas más).

A pesar de la magnitud de las cifras de 2017, el año pasado rompió todos los récords, pues solo en el primer semestre de 2018 hubo cerca de 16.000 asesinatos, 3000 más que en el mismo periodo de 2017, siendo mayo el mes más violento con 4338 asesinatos. En total, en 2018, se cometieron 33.341 homicidios, lo que le convirtió en el año más sangriento de la historia de la lucha contra el narcotráfico.

La situación de los periodistas

En medio de este contexto tan inestable, uno de los colectivos más vulnerables son los periodistas y trabajadores de la información: según Naciones Unidas, entre 2016 y 2017, 26 periodistas fueron asesinados en México, situando al país como la nación que acumula más homicidios en esta materia y como la más peligrosa del mundo para el ejercicio de la profesión. Sin embargo, en 2018, ese puesto ha sido ostentado por Afganistán, ya que registró 11 muertes mientras que en México descendieron a 9 casos. En total, desde el año 2000, 124 personas habrían sido asesinadas en relación con su labor periodística, como denuncia Article 19, organización internacional de derechos humanos por la defensa de la libertad de expresión.

Pie de foto: Un periodista,durante una protesta para exigir justicia por el asesinato de su colega Leobardo Vázquez en el municipio de Gutiérrez Zamora, en el estado de Veracruz, México, 22 de marzo de 2018. REUTERS / Yahir Ceballos

En cuanto a casos de desaparecidos, desde 2003, Reporteros Sin Fronteras ha registrado 21 periodistas desaparecidos en el territorio mexicano. La ONG denuncia, además, que “la impunidad vinculada a la corrupción generalizada que reina en el país alcanza un nivel récord y alimenta el círculo de la violencia. Las medidas de protección que se otorgan a los periodistas amenazados a menudo son insuficientes e ineficaces”. En esta línea, Artículo 19 ha documentado casi 400 agresiones a periodistas, de las cuales el 42% habrían sido cometidas por funcionarios públicos. Entre los tipos de agresiones sufridos por los trabajadores de la información destacan la intimidación y el hostigamiento, las amenazas, el bloqueo o alteración de la información, el ataque físico o la privación de libertad.

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