Marruecos apuesta por la finanza islámica

Paco Soto

Pie de foto: Sede del Banco Central de Marruecos en Rabat.

Marruecos ha decidido apostar por la finanza islámica para relanzar la economía bancaria nacional y abrirse el mundo musulmán. Las finanzas islámicas hacen parte de un sistema bancario que, teóricamente, en los países musulmanes debe ser respetuoso con los principios de la ley islámica y su puesta en práctica mediante el impulso de empresas y actividades que coincidan con este objetivo. La mayoría de los países musulmanes no aplican plenamente la ley islámica en materia económica, ya sean éstos ricos y potentes, como los del Golfo, o pobres y atrasados. En muchos países musulmanes coexisten estructuras económicas clásicas y dominantes con sectores minoritarios que aplican la ley islámica en su actividad. La ley islámica prohíbe los intereses y la especulación en materia financiera. En Marruecos, CIH Bank alcanzó un acuerdo de colaboración con Qatar International Islamic Bank, y BMCE Bank of Africa hizo lo mismo con un grupo saudí y otro de Bahréin, Dalla Al-Baraka.

El Banco Central Popular selló una alianza con el grupo financiero de Arabia Saudí Guidance; y en la misma línea, le Crédit Agricole du Maroc llegó a un acuerdo de colaboración con ICD, una filial del Banco Islámico de Desarrollo con sede en Djeddah (Arabia Saudí). Bank Al Maghrib (BKAM), el Banco Central de Marruecos, anunció en un comunicado que dio el visto bueno a las cinco entidades marroquíes para ejercer “la actividad bancaria participativa” en el ámbito de la finanza islámica.

Autorización del Banco Central marroquí

Después de analizar “los accionistas, el valor añadido en el mercado marroquí, la gobernanza y los riesgos”, el gobernador del BKAM, Abdellatif Jouahri, consideró que el acuerdo entre los cinco bancos marroquíes con entidades de otros países islámicos es positivo para el sistema financiero del país magrebí. Las instituciones financieras del Golfo tienen mucha experiencia en el terreno de la finanza islámica y los países de esta región son ricos y productores de hidrocarburos, y tienen a su disposición una gran cantidad de capitales. Arabia Saudí, Catar o los Emiratos Árabes Unidos (EAU) son grandes exportadores de capitales y Marruecos, un país que vive desde hace años un acelerado proceso de crecimiento económico, ha abierto las puertas de su economía a masivas inversiones de dichos países árabes. En este contexto, la entidad bancaria Attijariwafa Bank está en un proceso de negociación de cara a “un futuro acuerdo de colaboración” con bancos extranjeros, según el comunicado del BKAM.

Pie de foto: Una sucursal del banco marroquí Attijariwafa Bank.

Participación de Palacio

El primer banco marroquí está controlado mayoritariamente (48%) por la Sociedad Nacional de Inversión, un holding que cuenta con la participación de Palacio. Attijariwafa Bank fue el primer banco marroquí que en 2010 propuso productos financieros halal, es decir adecuados al mundo de la finanza islámica, a través de su filial Dar Assafaa. La experiencia no dio buenos resultados debido a una fiscalidad poco ventajosa para productos conformes a la ley islámica en Marruecos. El BKAM no concedió su autorización a dos entidades financieras extranjeras -NBD de los EAU y Qatarie Al-Ryan de Catar- que querían abrir bancos islámicos en el país sin llegar previamente a acuerdos con bancos locales. En cambio, tres filiales de bancos franceses -Société générale, BNP Paribas y Crédit agricole- fueron autorizadas a proponer productos financieros islámicos sin ningún tipo de acuerdo previo con entidades marroquíes. Entidades convencionales marroquíes, como el Banco Marroquí de Comercio e Industria, le Crédit du Maroc y la Société Générale, fueron autorizadas a impulsar una actividad dedicada a la finanza islámica.

Pie de foto: Una entidad financiera islámica en Malasia. 

Escaso desarrollo en el Magreb

Marruecos es el último país musulmán que ha autorizado la creación de bancos islámicos, pero lo quiere hacer sin dañar los intereses de la banca convencional. Tanto es así que los nuevos bancos islámicos se tendrán que someter al control del Consejo Superior de los Ulemas, entidad habilitada a autorizar los productos halal. Según la agencia estadounidense de calificación Standard & Poor´s, la finanza islámica podría representar entre 10% y 20% del sistema bancario en Marruecos. En términos generales, en el Magreb, la finanza islámica no goza de buena salud. En Argelia, es un sector marginal de la actividad bancaria: representa 1,5% del sistema financiero nacional y menos de 15% de los bancos privados. La finanza islámica es marginal en actividades como las transacciones y los depósitos en Marruecos, Argelia y Túnez. Argelia es un país pionero en el impulso de los bancos islámicos en el Magreb. En 1991, el Consejo Monetario y Crediticio y el Banco Central de Argelia autorizaron la creación de la primera entidad financiera islámica, Al Baraka Bank Algérie.

Lenta progresión

Desde entonces, los bancos que ofrecen productos islámicos en Argelia han progresado lentamente. Solo se han creado dos bancos islámicos y una compañía de seguros: Al Salam Algérie y Gulf Bank Algeria y Salama Assurances Algérie. Según un informe del instituto estadounidense Gallup efectuado en 2013 para el Banco Mundial (BM) sobre la presencia de la finanza islámica en África del Norte (Argelia, Marruecos, Túnez y Egipto) y Yemen en Oriente Medio, este sistema bancario no goza de mucho apoyo en las poblaciones de los citados estados. Tampoco entre los musulmanes de Europa y Asia. El informe señala que menos de 3% de los adultos de los países estudiados consume productos y servicios bancarios conformes a la ley islámica. 3% en el caso de Argelia, 2% en Túnez y 1% en Marruecos y Yemen. La finanza islámica está muy desarrollada en algunos países del Golfo y en Malasia. En todo el mundo existen unas 600 entidades financieras halal que operan en 75 países.

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