Marruecos quiere ser un “Estado asociado” de la UE y Argelia se prepara para lograrlo

Por Paco Soto
Marruecos se prepara para obtener el próximo mes de septiembre el estatuto de “Estado asociado” de la Unión Europea (UE). En la actualidad, Marruecos mantiene una relación de “Estado preferente” que dispone de un “estatuto avanzado” con la Europa comunitaria. Dirigentes políticos y económicos y expertos dijeron en su momento de este acuerdo que es “más que la asociación, pero menos que la adhesión”. Según diversos observadores europeos y marroquíes, el Consejo de Europa se comprometió a que el país norteafricano consiga este nuevo estatuto dentro de cuatro meses, porque está previsto por la nueva Política Europea de Vecindad (PEV) de Bruselas. La naturaleza de Estado asociado beneficiaría a Marruecos, porque le permitiría integrarse casi totalmente en  el mercado único europeo. La UE también saldría ganando, sobre todo los dos principales aliados políticos, inversores y socios comerciales de Rabat, España y Francia. La UE considera que Marruecos es el país del Magreb que mayores esfuerzos de modernización política y económica está haciendo.
 
El informe anual de la UE sobre Marruecos destaca que en 2013 este país “ha progresado bien” de cara a sus reformas económicas. Bruselas considera que Marruecos es un buen alumno de Europa, y lo demuestran los acuerdos económicos y comerciales que el Estado norteafricano ha firmado con la UE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). A día de hoy, es también el único país de África  que ha conseguido un estatuto avanzado con la UE y negocia desde 2013 un acuerdo de libre comercio con Bruselas. La UE es el principal socio comercial de Marruecos. Realiza con este país del norte de África el 69% de sus exportaciones y el 51% de sus importaciones. En este contexto, Francia es el primer inversor y España el segundo, pero mantiene el primer puesto en los intercambios comerciales. Marruecos es también el país que más se beneficia del apoyo financiero de la UE y es pionero en materia de política comunitaria de vecindad.
 
Las relaciones entre Marruecos y la UE se establecieron hace varias décadas, pero se intensificaron desde que el rey Mohamed VI llegó al trono, en 1999. Bruselas firmó con Rabat un acuerdo de asociación en marzo de 2000 y adoptó un plan de acción conjunta cinco años después. El 13 de octubre de 2008,  la UE selló con  Marruecos un acuerdo de “estatuto avanzado”. El rey Hasan II intentó que su país se uniera a la entonces Comunidad Económica Europea (CEE), en julio de 1987, pero la solicitud del monarca alauí fue rechazada porque  Marruecos  no pertenece a Europa. Aún así, la cooperación al desarrollo en muchos sectores de la actividad económica y la ayuda financiera de Europa a Marruecos nunca dejó de funcionar, tanto antes como después de la petición de Hasan II. El vecino del sur de España y la UE se comprometió, por su parte, a mejorar su funcionamiento económico, combatir la pobreza y la corrupción y controlar mejor los flujos migratorios. La primera cumbre de la UE con Marruecos se llevó a cabo el 7 de marzo de 2010, y en ella se aprobaron medidas concretas para consolidar los logros económicos y sociales alcanzados por Rabat y se abordaron cuestiones complejas como la situación en el Magreb y el Sahel, la Unión para el Mediterráneo y el conflicto del Sáhara occidental. En los últimos años, la lucha contra la inmigración clandestina, el tráfico de drogas y el terrorismo yihadista han unido aún más a Rabat y Bruselas. En este marco, Madrid y París también han  estrechado sus lazos bilaterales con las autoridades marroquíes. Quedan asuntos pendientes que todavía no están del todo resueltos y perturban la relación entre Bruselas y Rabat, como la situación de los derechos humanos en Marruecos y el conflicto saharaui.
 
Así las cosas, la otra potencia del Magreb, Argelia, también quiere conseguir una relación privilegiada con la UE. Para tal efecto, el ministro argelino de Asuntos Exteriores, Ramtane Lamamra, viajó a Bruselas para asistir a la octava sesión del Consejo de Asociación Argelia-UE, que tuvo una activa participación española. Según un comunicado oficial argelino, esta  cita anual es de la “más alta importancia” para la concertación y el diálogo político entre Argel y Bruselas. Las dos parte se fijaron el objetivo de “hacer un repaso de la cooperación de Argelia con el conjunto europeo y examinar las vías y los medios para reforzarla en el marco del interés mutuo entre las dos partes”. La reunión fue una buena oportunidad, según fuentes argelinas, para que el país norteafricano se comprometa a participar en adelante en los programas de la UE sobre investigación y desarrollo. “Esta participación en los programas comunitarios permitirá que nuestro país pueda beneficiarse de la transferencia de conocimiento que tienen los centros de excelencia europeos en diferentes dominios”, precisó el comunicado oficial. Los representantes argelinos y europeos abordaron también diversas cuestiones de interés común como la situación política en Argelia después de las elecciones presidenciales y la política europea de vecindad. La reunión se celebró en un contexto bilateral marcado por la visita a Argelia de altos responsables comunitarios.
 
El secretario de Estado para la UE, Iñigo Méndez de Vigo, asistió a la cita de Bruselas. Según una nota del Ministerio de Asuntos Exteriores español, Méndez de Vigo destacó los avances que se han producido en la UE en términos de recuperación económica, fruto de la estabilización financiera, la consolidación fiscal y las reformas estructurales. Este contexto europeo de recuperación del crecimiento y creación de empleo, Méndez de Vigo aseguró que España es un alumno aventajado y abre nuevas posibilidades para el desarrollo de las relaciones con Argelia, un socio mediterráneo de especial importancia. Méndez de Vigo reiteró la apuesta fuerte de España por la PEV y  reclamó el valor de Argelia como vecino mediterráneo en dos ámbitos concretos. En primer lugar, como actor continental que aporta estabilidad en regiones tan relevantes como el Sahel y África subsahariana. En segundo lugar, como proveedor estratégico de hidrocarburos. Por su parte, el jefe de la diplomacia argelina se felicitó del nivel alcanzado por las relaciones entre Argelia y la UE y  apostó por su profundización. Además, agradeció la presencia del Gobierno español en este Consejo de Asociación y  manifestó su deseo de que la próxima Reunión de Alto Nivel (RAN) entre España y Argelia se celebre en Madrid antes de finales de año.
 

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