Marruecos y Catar refuerzan considerablemente sus lazos económicos

Paco Soto

Pie de foto: Vista parcial de Doha, capital de Catar.

Marruecos y Catar han dado un salto cualitativo en sus relaciones económicas. Los dos países han reforzado considerablemente sus lazos económicos, y también políticos, y pretenden consolidar un eje que podría modificar la realidad del mapa de los negocios en la rica región del Golfo Pérsico. Marruecos, encabezado en esta estrategia por el Rey Mohamed VI, lleva tiempo abriéndose camino en el Golfo, especialmente en Catar, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU).

Los dirigentes marroquíes saben que su país necesita más inversiones extranjeras y ayuda económica, técnica y tecnológica de países árabes poderosos desde el punto de vista económico, y quiere superar el marco europeo, donde Francia y España son los más influyentes en el país magrebí. La existencia de la monarquía alauita en Marruecos facilita las relaciones con el monárquico Catar. El pequeño país del Golfo no es precisamente un oasis de democracia y libertad, las violaciones de derechos humanos son continuas y la mano de obra inmigrante está sometida a una explotación propia de la Revolución Industrial inglesa del siglo XIX.

Sospechas de apoyo al yihadismo

Hay fundadas sospechas de que algunos multimillonarios cataríes mantienen estrechas relaciones con grupos islamistas muy extremistas. Pero Catar es muy rico, puede sacar a más de un país del apuro si se lo propone, y, por ello, los dirigentes occidentales no se atreven a pedir sanciones contra el pequeño Estado del Golfo. En este contexto, el eje Rabat-Doha se está cristalizando. Once acuerdos fueron firmados por los dos países estos días pasados, con motivo de la celebración de un importante acto institucional en Rabat.

Pie de foto: Mujeres cataríes paseando en un gran centro comercial de Doha. 

A pesar de la crisis del Golfo, los dos países han empezado a escribir una nueva página económica. Las monarquías de ambos Estados han desempeñado, según un medio africano, un papel de “equilibrista” en este proceso. Rabat mantiene también una fuerte alianza económica con Arabia Saudí, el gran rival de Catar en la región, pero esto no le impide firmar acuerdos económicos cada vez más estratégicos con Doha. Las empresas y hombres de negocios del país del Golfo están encantados.

Alta Comisión Mixta

El pasado 12 de marzo, el primer ministro y titular de Interior de Catar, Abdallah ben Nasser ben Khalifa Al Thani, copresidió con su homólogo marroquí, Saad Eddine El Othmani, la séptima sesión de la Alta Comisión Mixta de Cooperación entre los dos Estados, en Rabat. Además de firmar once acuerdos y memorandos, ambos primeros ministros ratificaron su voluntad de incrementar la colaboración política y en otros ámbitos, la lucha contra el blanqueo de dinero y el control de las instituciones financieras. Educación, vivienda y agricultura son algunas de las áreas donde se incrementará notablemente la colaboración económica. Marruecos es un país en pleno desarrollo económico y un gran mercado para países ricos como Catar. El nivel de intercambios económicos entre Rabat y Doha sigue siendo bajo, y las posibilidades de consolidar el salto cualitativo bilateral, enormes.

Delegación marroquí en Doha

La reunión de la Alta Comisión Mixta de Cooperación fue precedida por una visita de prospección de una delegación marroquí a Doha, el pasado 27 de febrero. Dirigida por la Asociación Marroquí de Exportadores (ASMEX), la delegación formada por 27 empresarios marroquíes se reunió con hombres de negocios cataríes para preparar la firma de acuerdos económicos y de partenariado. Cheikh Mohammed Mansour Al-Thani, jefe del Servicio de Desarrollo en la Autoridad Catarí de Inversión, pidió en este encuentro a los empresarios marroquíes que hicieran propuestas de proyectos comunes.

Pie de foto: El Rey Mohamed VI en la ciudad de Doha.

Según informó la agencia MAP, Rabat y Doha quieren aumentar significativamente los intercambios comerciales bilaterales, que el año pasado no alcanzaron los siete millones de riales cataríes (uno 64 millones de euros). Básicamente, Marruecos exporta verduras, frutas y ropa a Catar, e importa productos de aluminio y polietileno. A diferencia de lo que han hecho otros países africanos en la crisis entre Arabia Saudí y Catar, que han dado su apoyo a Riad, Marruecos ha optado por el pragmatismo y la neutralidad.

Ni con Riad ni con Doha, pero amigo de los dos, es la estrategia de Rabat. La faceta económica es clave en esta posición. El Rey Mohamed VI mantiene una estrecha relación con la monarquía catarí, y el monarca Salman de Catar veranea cada año en Tánger, donde tiene una residencia. La amistad es real. Las promesas de inversión cataríes en el país magrebí se van cumpliendo. La relación con Arabia Saudí también es excelente. Este año tendría que celebrarse la 13ª Comisión Mixta entre los dos reinos. Marruecos trata de relacionarse de forma igualitaria con sus aliados del Golfo, y Rabat y Doha han logrado superar algunas crisis diplomáticas, tras la difusión por la cadena de televisión Al Jazeera de reportajes polémicos sobre el conflicto del Sáhara Occidental. 

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