Miles de argelinos mantienen el pulso pese a que la protesta pierde fuelle

Nacera Ouabou/EFE Argel

Miles de argelinos volvieron hoy a salir a la calle por novena semana consecutiva para tratar de forzar la caída del antiguo régimen, en una jornada menos masiva que en los días precedentes. Las protestas, que parecen perder fuelle, coincidieron este viernes con el 39 aniversario del levantamiento bereber, hecho reflejado en las decenas de banderas multicolores del movimiento Amazigh y la presencia de miles de personas procedentes de las provincias cabiles.

"Los argelinos lograron la independencia de Francia y este sistema nos ha colonizado. Esperamos que este sistema se vaya, toda esta banda y sus mercenarios", dijo a Efe Rachid Smarkud, un cabil que hacía ondear una bandera del año 1958 del líder argelino Krim Belkacem. "Igual que conseguimos en 2001 la independencia de Laaruch (cabiles), ahora vamos conseguir la independencia de Argelia", insistió.

Desde primera hora de la mañana, y al igual que en jornadas precedentes, decenas de familias comenzaron a converger en la plaza de la Grande Post, la avenida Didouche Mourad, la plaza de Audin y la avenida Pasteur, epicentro de la capital. Un flujo sin apenas incidentes -más allá de la confiscación de algunas banderas bereber- vigilado estrechamente por miles de policías y agentes antidisturbios, así como de unidades de las fuerzas especiales.



"El Pueblo quiere que se vayan todos" o "el pueblo educado y el Estado delincuente" eran los eslóganes más repetidos junto al tradicional "silmiya, silmya" para expresar el carácter pacífico de la movilización. Una movilización menos numerosa que en los viernes precedentes, en la que destacó un alto número de mujeres.

"Este es solo el inicio, te puedo garantizar que el número aumentará en una hora. Siempre participamos, incluso el martes pasado en respuesta a la represión de estudiantes", explicó a Efe una profesora de la universidad de Argel. "Y lo seguiremos haciendo para denunciar cualquier tipo de represión, para que nos dejen manifestarnos libre y pacíficamente", agregó.

A su lado Saadún, un neumólogo padre de tres hijos, enarbolaba dos carteles que condensan la esencia de una protesta que empieza a dar signos de flaqueza a pesar de la determinación de todos los asistentes hoy. "Habéis engañado a mi padre y a mí, pero no a mis hijos" o "esta generación os arrodillará", decían las pancartas de Saadún, quien expreso a Efe la esperanza de poder ver un "buen" futuro para la próxima generación. "Espero que nuestros hijos vivan mejor que nosotros y tendrán en una Argelia nueva el derecho de obtener nuestros derechos, liberar la salud y la libertad de expresión, hablar sin tener miedo", recalcó el médico, que debió emigrar a Inglaterra.



Los argelinos salieron este noveno viernes para volver a decir "basta a este sistema" y pedir un cambio "radical" que elimine todos los vestigios del régimen que hace veinte años impuso el ahora dimitido y enfermo presidente Abdelaziz Bouteflika, como recordó hoy uno de los líderes de la protesta. "La militancia no debe debilitarse, es el futuro de Argelia y no hay que cesar hasta que caigan los símbolos de este régimen. Pido a los argelinos que sigan unidos en esta etapa delicada porque sin unión no habríamos conseguido lo que logramos hasta ahora", dijo el abogado y defensor de los derechos humanos, Mustafa Bouchachi. "Serán 20 millones o 40 millones de argelinos quienes liberen a todo el pueblo y le ayuden a obtener su independencia a través de la militancia pacífica. Nuestras reivindicaciones son liberar al ser humano y caminar hacia una democracia real", afirmó.

Las protestas populares tuvieron lugar en todas la ciudades del país donde miles de argelinos salieron en Orán, Sid Bel Abbès, Al Ued, Ain Timuchent, Batna, Constantina, Mila, Sétif, Bordj Bou Arreridj, la Cabilia y otras ciudades. La novena marcha popular se produjo cuatro días después del discurso del jefe del Ejército, Ahmed Gaid Salah, quien insistió en el compromiso de la institución de garantizar el período de transición y encontrar una solución a la "mayor brevedad posible", dado que esta situación "excepcional y compleja no puede durar más".



Las protestas comenzaron el pasado 22 de febrero con una gran manifestación en contra de la decisión de Bouteflika de optar a un quinto mandato consecutivo pese a estar gravemente enfermo. Tras su dimisión el 2 de abril, el objetivo de los manifestantes es la salida de todas las personas que formaban parte de su régimen y la cancelación de las elecciones presidenciales, convocadas por el jefe de Estado interino para el próximo 4 de julio.

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