Se reavivan los combates en Idlib

Raúl Redondo

Pie de foto: Los ataques aéreos por parte de un aliado del régimen ruso se reanudaron en la región de Idlib a última hora de ayer, después de que los bombardeos y el lanzamiento de cohetes por parte de las fuerzas del régimen a primera hora del día mataran a seis civiles. AFP/OMAR HAJ KADOUR

Siria sigue siendo un polvorín a pesar de la tregua unilateral establecida por el régimen sirio, que se había anunciado desde Rusia. El territorio de Idlib, al noroeste del país, vuelve a ser el escenario de enfrentamientos cruentos entre el Ejército del presidente Bachar al Asad y las fuerzas rebeldes.

También en las localidades de Al Masasna y Al Hamamiyat, al norte de la provincia de Hama, se han llevado a cabo combates entre ambos bandos enfrentados, desencadenados por la actividad rebelde y de grupos yihadistas.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, organización con sede en Reino Unido y un numeroso equipo de colaboradores en Siria, más de 200 ataques aéreos junto con artillería y lanzamiento de cohetes han tenido como objetivo Idlib y Hama, en una nueva jornada de la escalada armada más violenta sobre el terreno de las últimas fechas; todo ello tras el anuncio de alto el fuego unilateral promovido por las Fuerzas Armadas sirias y del que informó Rusia. El Observatorio también ha señalado que un bombardeo ruso en la localidad de Kafr Nebil, en Idlib, dejó al menos diez civiles muertos, entre ellos cinco niños y cuatro mujeres. Unos números similares a los que detalla Defensa Civil Siria, que ha hablado de, al menos, nueve civiles muertos en este bombardeo.

Pie de foto: Un hombre observa los escombros y los vehículos dañados tras los ataques aéreos del aliado del régimen sirio, Rusia, en la ciudad de Kafranbel, en la parte rebelde de la provincia siria de Idlib, el 20 de mayo de 2019. AFP/OMAR HAJ KADOUR

El alto el fuego unilateral entró en vigor el 18 de mayo, según remarcó desde Rusia el Centro para la Reconciliación de las Partes en Conflicto, pero no ha sido confirmado hasta el momento por las autoridades sirias. A pesar de este alto el fuego, en la zona de distensión de Idlib se han recrudecido los enfrentamientos armados entre ambas partes en conflicto.

Continúan así los combates entre las fuerzas oficialistas sirias y la coalición yihadista Tahrir al-Sham (Organización para la Liberación del Levante), liderada por el Frente Al Nusra, ex filial siria del grupo Al Qaeda hasta 2016, que ha sido catalogada como formación terrorista por Damasco y Moscú.

El territorio de Idlib había sido establecido como zona desmilitarizada en septiembre del año pasado tras el acuerdo desarrollado por Rusia y Turquía, país este último que representa en cierta manera a los rebeldes opositores al régimen sirio; pero en las últimas fechas ha vuelto a activarse la campaña armamentística en la zona, último bastión que queda bajo dominio de los rebeldes yihadistas.

Hace unos días Idlib ya fue el escenario de una gran ofensiva decretada por Bachar al Asad, con apoyo ruso, para recuperar este enclave estratégico. Un ataque que suponía la mayor escalada de la guerra entre el régimen sirio y sus enemigos rebeldes desde el verano pasado.

Una guerra abierta entre el Ejército sirio e insurgentes en la que Damasco y Moscú han lanzado miles de bombardeos desde finales de abril para arrebatar a los rebeldes yihadistas diversas poblaciones.

Pie de foto: Fotografía tomada del sitio web oficial del Ministerio de Defensa ruso el viernes 3 de noviembre de 2017, un bombardero Tu-22M ruso descarga sus bombas sobre objetivos, cerca de Abu-Kemal, Siria. Russian Defense Ministry Press Service via AP

Debido a esta guerra fratricida, el número de desplazados supera ya los 150.000 civiles, según la Organización de Naciones Unidas (ONU). Solo en febrero y marzo más de 85.000 personas tuvieron que dejar sus hogares debido a la violenta confrontación. Precisamente, la ONU ya ha alertado de la posible “catástrofe humanitaria y de derechos humanos” que podría darse en la zona si persisten los enfrentamientos armados, dada la vulnerabilidad de la población y la localización del territorio de Idlib, al noroeste de Siria, cercana a la frontera con Turquía.

La lucha por el último enclave que queda liderado por los rebeldes puede ser la antesala del fin de una guerra en Siria que dura ya ocho años y que sigue dejando un reguero de víctimas. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos llegó a dar una cifra en marzo en torno a las más de 370.000 víctimas mortales por la guerra siria, entre ellas mas de 21.000 menores de edad. Un Observatorio que alertó que estos números son solamente de casos documentados y confirmados y que el balance real podría ser bastante superior.

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