Segundo caso de ébola en la ciudad de Goma

Pablo Rubio

Pie de foto: Un sanitario del equipo de prevención del ébola. El virus ha matado a cerca de 1800 personas en República Democrática del Congo. REUTERS/BAZ RATNER

La epidemia de ébola en República Democrática del Congo no se detiene. Ha sido diagnosticado un segundo caso de la enfermedad en la ciudad de Goma. Así lo ha confirmado el doctor Aruna Abedi, coordinador de la respuesta contra el virus en la provincia de Kivu Norte, a Agence France Presse. El anuncio se ha producido algo más de dos semanas más tarde de que se registrara el primer caso de ébola en la ciudad. Las autoridades han comunicado que ambos casos no tienen relación. La presente epidemia de fiebre hemorrágica ha afectado ya a cerca de 2700 personas. Es el segundo peor brote en la historia de esta enfermedad.

El enfermo, un hombre de 46 años, llegó a la ciudad el pasado día 13 procedente de la región de Ituri, donde el virus ha tenido un fuerte impacto. “Es un señor que habría venido de la ciudad de Mongbwalu y al que se siguió en Bunia. Se escapó de los equipos de respuesta de allí y ahora se encuentra en Goma”, ha explicado el doctor Abedi a AFP.

Goma es un punto sensible de la geografía congoleña. Se trata de la tercera localidad más poblada del país, con una población que supera el millón de habitantes, y es el núcleo urbano más importante de todo el este del territorio. Se encuentra situada en la orilla norte del lago Kivu, a apenas unos minutos de la frontera con Ruanda. El territorio ugandés queda, asimismo, cerca de la ciudad. Se trata, por tanto, de uno de los centros de comunicaciones más destacados de África central.

En una tentativa de sellar nuevas vías de propagación de la enfermedad, se están tomando todas las medidas de precaución necesarias, según autoridades locales citadas por EFE. El enfermo ha sido trasladado a un centro de tratamiento de la ciudad. En un comunicado oficial, el doctor Jean-Jacques Muyembe, director del Instituto Nacional de Investigación Biomédica, y Nzanzu Kasivita Charly, gobernador provincial de Kivu Norte, han pedido a la población local que preste su colaboración a los equipos de respuesta desplegados sobre el terreno. Además, han llamado a los países vecinos a reforzar la vigilancia en los puntos de entrada y de control sanitario.

La epidemia actual por virus de ébola es la segunda más letal de la historia. Solo la supera en número de víctimas el brote que diezmó la parte occidental del golfo de Guinea entre 2014 y 2016. El pasado 18 de julio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote Emergencia de Salud Pública de Interés Internacional. Desde que se alertó de los primeros contagios en el mes de diciembre de 2018, el ébola ha infectado a cerca de 2700 congoleños. 1790 de los contagiados han fallecido, según la última actualización de las cifras que ha proporcionado la OMS (28 de julio). Aproximadamente, dos terceras partes de las personas que se contagian terminan muriendo; es una tasa de mortalidad superior a la media de las anteriores epidemias de ébola.

Las regiones más afectadas por el virus son Ituri, desde donde llegó el segundo enfermo localizado en Goma, y, principalmente, Kivu Norte, donde se sitúa, precisamente, dicha urbe. Aunque en meses anteriores se han detectado cinco casos en Uganda, la enfermedad no se ha asentado en este país. Las campañas de vacunación y profilaxis del Gobierno congoleño han sido apoyadas por la OMS, pero han adolecido de una consistente carencia de financiación. Muchos lugareños, por añadidura, son reticentes a someterse al dispositivo de prevención. Las supersticiones locales, que gravitan en torno a la idea de la sanación a través del contacto físico, tampoco han ayudado a frenar la expansión del ébola, que se transmite con facilidad de persona a persona. 

Es necesario añadir a estas circunstancias el factor inestabilidad que caracteriza a la región del centro de África. Una parte sustancial del territorio del este de la República Democrática del Congo se encuentra bajo control de milicias armadas que escapan al control del gobierno.

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