Siete franceses condenados a muerte en Irak por pertenencia a Daesh

Eva Cifuentes

Pie de foto: Edificio del tribunal principal de apelaciones de Karkh en Bagdad, en el sector occidental de la capital iraquí, donde se está juzgando a los yihadistas franceses acusados de pertenecer a Daesh. AFP/ SABAH ARAR

Se trata de los primeros ciudadanos europeos condenados a la pena máxima en el país. Según agencias de noticias y medios locales, los siete condenados forman parte de un grupo de 12 (todos franceses), que fueron capturados en el mes de febrero en Siria y, posteriormente, fueron trasladados a Irak para ser juzgados. De momento, los demás están a la espera de juicio.

Los ahora condenados a muerte, vivieron en Francia hasta que hace pocos años se trasladaron, algunos junto con sus familias, a diversas zonas de Siria o Irak para unirse a Daesh. De hecho, según indica la Agencia France Presse, uno de ellos ya estaba vigilado por las autoridades francesas cuando residía en Francia debido a su activismo en webs de corte yihadista hasta que, finalmente, abandonó el país europeo y se marchó a Mosul y posteriormente a Siria.

Todos ellos han rechazado los cargos que el tribunal iraquí les imputaba y pidieron ser juzgados en Francia, pero su solicitud fue rechazada y han inaugurado la lista de los primeros europeos condenado a la pena capital por unirse a la organización terrorista. Ante el fallo del tribunal, según estipulan las leyes iraquíes, los presos disponen de 30 días para apelar la sentencia. Sus abogados alegan la falta de garantías procesales y las organizaciones de Derechos Humanos critican la crudeza de la ley iraquí puesto que contempla la pena de muerte para todo aquel que se una a una organización considerada terrorista, haya combatido o no. Según indican, desde el año 2017, Irak ha abierto 10.000 procesos judiciales, de los cuales unos 3.000 ya se han resuelto, pero no se sabe a ciencia cierta cuántas sentencias han sido de muerte. Lo que sí que se conoce es el aumento de las ejecuciones colectivas, un aspecto que preocupa a las organizaciones internacionales.

Según los datos de los organismos internacionales, se cifra en 41.000 personas de diferentes países que se han enrolado en las filas de Daesh en su época de máximo apogeo. De todos ellos, se calcula que unos 6.000 proceden de países europeos. La mayoría de los combatientes se les da por muertos, pero los expertos también señalan que unos 7.000 pueden haber vuelto a sus países de origen, una cuestión nada agradable para estos, especialmente en Europa. Es una de las encrucijadas a las que se enfrentan, ya que ningún Gobierno quiere verse en la situación de que, al ser juzgados en el país de origen, con mayores garantías procesales, no se encuentren suficientes pruebas y puedan quedar en libertad. En el caso de los siete franceses sentenciados, el propio presidente galo, Emmanuel Macron, ha evitado pronunciarse al respecto. Su homólogo iraquí, Barham Salí, por su parte, explicó que a los condenados se les acusa de haber realizado operaciones “contra iraquís y en instalaciones de Irak” motivo por el cual “se les aplica la ley iraquí”.

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