Sirte, la cuna de Gadafi, a un paso de convertirse en la nueva capital del Califato

Susana Campo / Lainformación.com

Los yihadistas se acercan peligrosamente a las fronteras europeas. Los bombardeos de la coalición internacional y los aviones rusos están empujando a los terroristas a la vecina Libia donde la inestabilidad política y el auge de grupos criminales crean el perfecto caldo de cultivo para que los terroristas intensifiquen su influencia en este territorio.

En un artículo publicado en Wall Street Journal,  aseguran que la presencia de combatientes yihadistas en la costera ciudad de Sirte, ciudad de nacimiento del derrocado Muamar al Gadafi, ha aumentado considerablemente desde el pasado mes de febrero cuando el grupo yihadista se hizo con el control de la ciudad. Si al principio de año, se calculaba que había alrededor de 200 combatientes, en la actualidad son ya 5.000. Preocupa el total control que ejercen los milicianos sobre la administración libia ya que controlan las instituciones y los recursos financieros.

Desde 2011, año en el que la comunidad internacional ayudó a derrocar al régimen dictatorial de Muamar al Gadafi, Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil. Desde hace meses, dos gobiernos, uno considerado rebelde en Trípoli, y otro reconocido internacionalmente en Tobruk, luchan por el poder apoyados por milicias islamistas y militares del antiguo régimen. Precisamente, este vacío lo han aprovechado los yihadistas del DAESH para imponer su yugo y someter a la población.

Venganza, violencia y filas para comprar pan

Las atrocidades, violencia y escasez de productos básicos es una constante en las calles de la ciudad libia de Sirte. "Uno de mis amigos escuchó a un egipcio en el cibercafé instando a otros a venir a Sirte, diciendo: La vida es buena aquí y puedes tener una casa y un coche", asegura Musbah en la web Arabia Watch. "Pero habla de nuestros hogares y coches, que DAESH  se ha quedado debido a que muchos residentes han huido".

La ciudad ha sido prácticamente aislada del mundo exterior después de que los yihadistas obligaran a los empleados del centro de comunicación de Sirte a cerrar las redes telefónicas y de Internet. Solo unos pocos valientes se comunican mediante satélite y en secreto, el resto de los residentes ahora sólo pueden utilizar un cibercafé público establecido por el DAESH, sobre todo para que los combatientes extranjeros se comuniquen con sus familiares y de paso controlar todo aquello se dice entre esas cuatro paredes.

Arabia Watch, asegura que  las gasolineras y los bancos están cerrados. En las puertas de los establecimientos se forman largas colas porque cada vez son menos las tiendas que disponen de productos para los residentes en Sirte. Aunque Sirte sigue siendo el bastión del DAESH en el centro de Libia, las instalaciones petroleras cerca de Ben Jawad cobran gran importancia estratégica. De ahí que la vida allí también se haya deteriorado y haya retrocedido a la Edad Media. 

Siria tiene Al Raqqa, Irak tiene Mosul y Libia , Sirte. En las tres ciudades ondea la bandera negra y sus poblaciones viven aterradas. Refugio, zona de paso y lugar de de contrabando de las armas saqueadas en los arsenales de Muafar Gadafi, Libia poco a poco se está convirtiendo en el nuevo santuario de los terroristas.

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