Túnez cierra un ciclo de la transición con la celebración de las presidenciales

Por Mohamed Sahli
Foto: Un ciudadano tunecino votando en las últimas elecciones generales.
 
Túnez, que en 2011 derrocó al dictador Zine El Abidine  Ben Ali e inició la denominada ‘Primavera Árabe’, celebra este domingo 23 de noviembre elecciones presidenciales. El pasado 27 de octubre, el país norteafricano celebró elecciones generales que dieron la victoria a Nida Tounes, un movimiento conservador y laico liderado  por  Beji Caïd Essebsi y que agrupa a sectores que buscan un proceso de transición sin sobresaltos, entre los que se encuentran desde sindicalistas y militantes de izquierda hasta expartidarios de Ben Ali. Las presidenciales cierran el primer ciclo de la transición democrática tras la caída de Ben Ali. Túnez, tras haber aprobado el pasado mes de enero una Constitución integradora,  eligió el primer Parlamento democrático y se prepara para dar el poder a través de las urnas al nuevo jefe del Estado. El país vive graves problemas económicos y sociales y se enfrenta al terrorismo yihadista, pero ha dado grandes pasos en materia de democratización. La campaña presidencial, en la que han competido 25 candidatos de partidos políticos de derecha, de centro y de izquierda, así como personalidades independientes, ha sido la primera que se ha realizado de forma libre desde la caída  de Ben Ali. En caso de que ninguno de los candidatos alcance la mayoría absoluta en la primera vuelta del día 23, habrá una segunda ronda entre los dos candidatos más votados el próximo 28 de diciembre. El candidato favorito a la presidencia es  Beji Caïd Essebsi, de 88 años. Ha sido un político clave en la transición tunecina, representa claramente a los sectores que buscan cambios controlados desde el poder y no ruptura con el pasado. Essebsi es un experimentado político que conoce los mecanismos del Estado, porque desempeñó diversos cargos relevantes en los aparatos del poder en la época de Habib Burguiba (1957-87) y en la de Ben Alí (1987-2011).
 
Primera etapa de la transición
Además, Essebsi dirigió la primera fase de la transición y organizó las elecciones de 2011 ganadas por el partido islamista Enahda; y  fundó la formación Nida Tounes  en 2012 con el objetivo de crear una alternativa laica y bastante conservadora  al islam político. La coalición gubernamental entre Enahda y  dos partidos laicos y de centroizquierda, el Congreso para la República (CPR) del presidente Moncef Marzouki y el socialdemócrata Etakatol, no evitó que el país cayera en una crisis política y de seguridad caracterizada por el auge del terrorismo y los asesinatos de dirigentes políticos  y militares. A ello hay que añadir la mala gestión económica del Gobierno del tripartito, que no pudo frenar la crisis económica heredada del régimen de Ben Alí. Esta situación un tanto caótica acabó beneficiando a una formación de orden como Nida Tounes, que sin ser revolucionaria ni rupturista, tampoco mira el pasado con nostalgia y se desmarca del islamismo político. En las presidenciales no está representado Enahda, que quedó  en segunda posición  en las legislativas, al no haber presentado candidato ni haber logrado consensuar un candidato común con otras fuerzas políticas. Oficialmente, el partido islamista deja libertad de voto a sus militantes y electores. Muchos votantes de Enahda apoyan al presidente saliente y antiguo opositor a Ben Ali, Moncef Marzouki, de 69 años. Marzouki luchó por los derechos humanos y la democracia en tiempos de la dictadura, pero su imagen se deterioró durante el Gobierno del tripartito, sobre todo en sectores de la izquierda laica. En este contexto, poco puede hacer Marzouki frente a Essebsi.
 

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