Túnez da 'un paso de gigante' con la aprobación de una ley contra la violencia machista

Paco Soto

Pie de foto: Un grupo de mujeres jóvenes se manifiesta en las calles de la capital tunecina.

Túnez dio esta semana “un paso de gigante”, “un salto histórico” en la lucha contra la violencia machista tras la aprobación por parte de la Asamblea de los Representantes del Pueblo (ARP, Parlamento) de una ley que sanciona con dureza a los protagonistas de semejante delito. Con estos términos calificaron la ley algunos políticos y comentaristas de la vida pública del pequeño pero valiente país magrebí. Las mujeres y el conjunto de la sociedad han apostado claramente a través de sus representantes parlamentarios contra “todas las formas de violencia” que sufren muchas personas del sexo femenino. La normativa, que se inspira de la Ley Integral contra la Violencia de Género española de 2004, es un instrumento clave para combatir una lacra nacional. Es una legislación dura contra los maltratadores y violadores. Por ejemplo, todo hombre que imponga relaciones sexuales a una menor de 16 años podría ser condenado a 20 años de prisión, y a cinco años si la joven tiene entre 16 y 18 años. La ley prevé multas de 1.000 dinares (unos 350 euros) en caso de agresión verbal. Hasta ahora, como ocurre en otros países musulmanes, el violador podía evitar el encarcelamiento si se casaba con la víctima.

La Constitución aprobada en 2014, teóricamente, ampara a las mujeres, pero en la práctica la existencia de viejas normas legales, ideas y costumbres conservadoras le hacen la vida imposible. En este sentido, con la nueva ley integral en la mano, la mujer tunecina estará más protegida de la violencia machista. Han sido necesarios tres años de intensos y agrios debates parlamentarios y movilizaciones en la calle para que los 146 diputados de la ARP aprobaran la nueva legislación en un país donde el 50% de las mujeres han sufrido algún tipo de violencia machista. Hasta los islamistas de Ennahda, partido liderado por Rachid Ghannouchi, dieron su apoyo a la ley. El papel activo de la sociedad civil ha sido fundamental. Lo reconoce la propia Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas (ATFD). Este colectivo no esconde su “emoción” por la victoria, y deja claro que su combate “no es contra los hombres, sino contra el machismo y las prácticas sociales discriminatorias”. Desde la adopción del Código del Estatuto Personal de 1956, que fue impulsado por Habib Bourguiba, y algunos pequeños cambios durante el régimen de Zine El Abidine Ben Ali, es la primera vez que las mujeres tunecinas consiguen un derecho tan importante.

Pie de foto: Una mujer tunecina enarbola una bandera de su país durante unas jornadas universitarias/Amine Landouisi-AP-SIPA.

Un camino difícil

El camino ha sido difícil, y muchas mujeres y hombres progresistas han tenido que soportar críticas, condenas y ataques de los sectores más reaccionarios del país. Salem Labiadh, del Movimiento Popular, intentó confundir a la población al establecer un paralelismo entre feminismo y homosexualidad. Por su parte, el presidente del bloque islamista en la Cámara, Noureddine Bhiri, defendió la mayoría sexual a los 13 años. Otros políticos retrógrados advirtieron de que la ley integral es contraria a los valores arabo islámicos y pone la familia en peligro. Finalmente no se salieron con la suya, y la violencia machista ha dejado de ser un asunto privado que la víctima sufre en silencio y se convierte en tema de Estado. Y las víctimas serán protegidas por los poderes públicos.

Contras las discriminaciones

La nueva legislación abarca muchas facetas. Por ejemplo, la explotación de las menores de edad en el servicio doméstico. Las personas que cometan este delito serán castigadas con penas de cárcel de entre tres y seis meses. La Carta Magna estipula que “los ciudadanos y ciudadanas son iguales en derechos y deberes”. La ley contra la violencia a las mujeres “marca un claro progreso para erradicar las discriminaciones contra las mujeres”, destaca un semanario africano. La aplicación de la normativa se llevará a cabo dentro de seis meses, una vez que se haya publicado en el Boletín Oficial del Estado. “Estamos muy contentas, porque tenemos una ley que persigue todas las violencias, incluso las políticas, económicas y psicológicas”, declaró Monia Ben Jamai, presidenta de la ATFD.

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