Una ola de calor excepcional hace sufrir a los egipcios y causa más de 90 muertos

Diariocrítico/Agencias

Los egipcios están padeciendo desde el domingo pasado una infernal ola de calor húmedo, que ha acabado con la vida de más de 90 personas y está haciendo sufrir sobre todo a aquellos que no tienen aire acondicionado o agua en sus hogares. En una semana, al menos 93 egipcios, la mayoría ancianos, han fallecido por las altas temperaturas y casi 200 han tenido que ser hospitalizados al sufrir fatigas y desmayos, después de haber estado expuestos al sol, que estos días castiga más que nunca en la tierra de los faraones.

"Este fenómeno se repite en Egipto y en la región cada diez u once años. Estamos viendo un verano muy caliente, con un fuerte aumento de las temperaturas, tanto en Oriente Medio, como en algunos países de Europa del sur", dijo a Efe el portavoz de la Autoridad de Meteorología egipcia, Wahid Soudi. Explicó que el país está bajo los efectos de una masa de aire proveniente de la India, que al cruzar por la península Arábiga se calienta con el vapor del agua, lo cual hace que el clima sea especialmente húmedo. Soudi también destacó que el calentamiento a nivel global, así como la contaminación y el tráfico en Egipto, sobre todo en El Cairo, contribuyen a este fenómeno.

La semana pasada los termómetros alcanzaron los 42 grados en la capital egipcia y los 47 en Asuán (sur), con porcentajes de humedad de hasta un 90 por ciento, y esta ola de calor parece dispuesta a quedarse hasta al menos la próxima semana.

"Estoy desesperada con tanto calor y humedad, sobre todo cuando me traslado en autobús", dijo a Efe una esteticista de 25 años que reside en el suburbio cairota de Shubra al Jima con su marido y su hijo pequeño. "Creo que este año el calor y la humedad han superado con creces los registrados en años anteriores. Por las noches yo y mi familia no podemos dormir sin el ventilador", aseguró Nura al Gamal.

Para Jaled Abu Abdalá, un joven empleado de una tienda de electricidad, esta excepcional ola de calor es fruto de "la ira divina" porque el pueblo no se está comportando bien, aseguró a Efe. Abdalá vive en un apartamento en lo alto de un edificio del barrio de las pirámides que, asegura, se ha convertido en "un horno" estos días."He comprado varios ventiladores porque no puedo permitirme un aparato de aire acondicionado, mi mujer y mis hijos están desesperados", manifestó.

Los expertos tampoco parecen tener una explicación racional a esta ola de calor tan fuerte y prolongada, que está haciendo sudar más que nunca a los egipcios, muy acostumbrados a las altas temperaturas.

El profesor de Medio Ambiente de la Universidad de Alejandría, Mohamed al Rai, explicó a Efe que no es común la situación que vive el país, donde desde hace dos semanas se registran cinco grados por encima del promedio habitual en estas fechas del año. "Esto supera lo que denominamos ola de calor, que suele durar pocos días", dijo Al Rai. Al mismo tiempo, aprovechó la ocasión para pedir a las autoridades que cambien los horarios de trabajo para disminuir el consumo de energía eléctrica, que se dispara debido al uso de aire acondicionado, y para que los trabajadores puedan parar en las horas de mayor calor.

En esa línea, el asesor de Información del Ministerio del Trabajo, Haizam Zaadedin, dijo a la prensa local que el Gobierno estudia dar vacaciones a algunos trabajadores, incluso del sector privado, como por ejemplo los obreros de la construcción.

Las muertes por el calor se han registrado en todo Egipto y en diferentes circunstancias, incluso en una cárcel del sur del país, donde fallecieron cuatro presos, y en el zoo de El Cairo, que ha lamentado la muerte esta semana de uno de sus orangutanes.

Las autoridades y los medios de comunicación han emitido recomendaciones y consejos, como beber mucho líquido y resguardarse del sol y del calor, aún así, hay muchos egipcios que no pueden dejar de acudir a su trabajo, ni pueden encontrar alivio debido a los cortes de luz y de agua.

El panadero Mustafa al Shawiri dijo a Efe que debe seguir trabajando cada día en el horno de pan, donde la temperatura es muy elevada. "Ahora mismo no hay tanta diferencia entre los grados dentro de la panadería y fuera de ella", ironizó el joven.

Por su parte, Um Karim, una vendedora ambulante de unos 50 años, aseguró que tiene que estar debajo del sol vendiendo artículos del hogar para conseguir dinero para su familia. "Este año es muy pesado, esperemos que pase rápido", se queja mientras se seca el sudor de la frente y del cuello en una calle del barrio popular que se expande alrededor de las pirámides de Guiza.

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