Una radiografía de la peligrosidad en el mundo

Luis Meyer | Foto: YPJ/Ethic.es

Pie de foto: Siria es el país más peligroso del mundo, según el Global Peace Index

El Índice de Progreso Social (SPI) analiza en qué medida los países satisfacen las necesidades sociales y medioambientales de sus ciudadanos. Lo publica cada año la organización sin ánimo de lucro Social Progress Imperative, y mide el bienestar de una sociedad aparte de los factores económicos. Incluyen, entre otros indicadores, la seguridad y las libertades personales. Contiene un subíndice del que se desprende cuáles son, hoy por hoy, los países más peligrosos del mundo.

«El desarrollo económico no se ve acompañado automáticamente por el progreso en temas sociales», aclaran desde Social Progress Imperative en el preámbulo: «Un aumento en los ingresos, por lo general, conlleva grandes avances en el acceso al agua potable, saneamiento, alfabetización y educación básica. Pero, en promedio, la seguridad personal no es mejor en países de ingresos medios que en los países de ingresos bajos, y es muchas veces incluso peor. Demasiadas personas, independientemente de que ganen lo suficiente, viven sin poder disfrutar plenamente de sus derechos y sufren discriminación o violencia por motivos de género, religión, etnia, u orientación sexual, que nada tienen que ver con la riqueza de un país».

Para medir la seguridad personal, el índice analiza cinco aspectos cuantificables y ponderables por estadísticas y encuestas: la tasa de homicidios, el porcentaje de crímenes violentos, la criminalidad percibida, los abusos políticos y las muertes en accidentes de tráfico.

Algunos resultados son llamativos: Japón es el líder en seguridad personal, mientras que Italia ocupa la posición 56 debido a una alta percepción de criminalidad y al elevado porcentaje de violencia. Estados Unidos y Francia se sitúan en un punto intermedio: en el primero hay más homicidios con armas de fuego que muertes por accidentes de tráfico.

Desde la organización advierten de que «los derechos personales se están debilitando alrededor del mundo», y que es el apartado del Índice de Progreso Social en el que más países han reducido su valoración, con especial merma de los derechos políticos y la libertad de expresión. «El surgimiento de regímenes autoritarios que son más agresivos en la restricción de las libertades y las crecientes facciones populistas y nacionalistas que están ganando fuerza y amenazando las libertades y derechos básicos en países democráticos son una tendencia inquietante», advierten sus portavoces, y señalan: «Seis países han mostrado un rápido deterioro en derechos personales, especialmente en la reducción de la participación política libre y las libertades de expresión y reunión: Hungría, Tayikistán, Tailandia y Rusia, Turquía, China y Polonia». Y alertan de que en España, República Checa, Estonia, Dinamarca, Croacia y Grecia se ha dado un preocupante descenso en la tolerancia hacia los inmigrantes.

Otro de los datos destacables del índice es que una reducción en la tasa de homicidios a nivel global se ha visto contrarrestada por el aumento de crímenes violentos. Y pone un ejemplo: «En Tailandia disminuyeron las homicidios, mientras México experimentó un aumento claro del número de asesinatos». En el caso de este último país, es especialmente importante el número de feminicidios. Según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) mexicano, entre 2007 y 2016 fueron asesinadas 22,482 mujeres, una cada cuatro horas.

A la aterradora cifra se suma el hecho de que, de estos crímenes, más de la mitad ni siquiera fueron investigados, según denuncia la coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), María Luz Estrada, que incide en que el número de víctimas sigue aumentando –solo el pasado año se contabilizaron 914 asesinadas y más de tres mil desaparecidas, la mayoría entre diez y diecisiete años–.

A finales de 2017, el Ministerio de Asuntos Exteriores actualizó su mapa de recomendaciones a la hora de viajar al extranjero, un recurso que recoge una a una las relaciones gubernamentales entre España y el resto de países del mundo, con claves y datos que pueden ser de utilidad antes de hacer la maleta. Debido al empeoramiento de su situación política, Venezuela se convirtió en el único país en aumentar su nivel de riesgo con respecto al año anterior.

Así, el gobierno español recomienda en su web «restringir los viajes a Venezuela y los desplazamientos por el país a lo estrictamente imprescindible», destacando el hecho de que el país, especialmente la ciudad de Caracas, figuran entre los lugares con mayor tasa de criminalidad del mundo, con un elevado índice de homicidios y secuestros. Por ello, desde la institución recomiendan a quienes viajan por Venezuela que «informen a familiares y amigos del itinerario de su viaje y que extremen al máximo las precauciones».

Siria, el país más peligroso 

El Institute for Economics and Peace elabora cada año un informe, el Global Peace Index, que mide directamente el «nivel de paz» en cada país en colaboración con la Universidad de Sidney y a partir de datos proporcionados por The Economist.

El listado lo lidera, hoy por hoy, Siria, sumida en una cruenta guerra civil desde 2011 con más de 250.000 muertos y más de nueve millones de desplazados por el conflicto. Sudán del Sur, Irak, Afganistán, Somalia, Yemen, República Centroafricana, Ucrania, Sudán y Libia completan la primera decena. Si bien todos estos países viven devastadores conflictos bélicos, regionales, étnicos o religiosos, este índice da algunos avisos a otros del mundo desarrollado: en sus conclusiones, alerta de que en España, Francia e Italia, ha aumentado la percepción de corrupción política, la desigualdad y el deterioro de la libertad de prensa y expresión.

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato