Urge hallar una solución para la dramática situación de los refugiados en Grecia

Irene Infante

Pie de foto: familia siria en la frontera entre Grecia y Macedonia

Igual que otros países del continente europeo, la Antigua República Yugoslava de Macedonia ha decidido bloquear parcialmente sus fronteras debido a la llegada diaria de cientos de refugiados a Grecia. Frente a esto, el Alto Comisionado de la ONU ha denunciado las medidas de restricción establecidas por algunos países europeos, ya que estas “exacerban el caos y la miseria a lo largo de toda la ruta, especialmente en Grecia, que se encuentra desbordada”.

Hasta este momento, Grecia no constituía un país de destino, sino que era utilizado por los refugiados para acceder al continente europeo y continuar la travesía hasta los países del norte. Sin embargo, el cierre de la frontera entre Grecia y Macedonia podría llevar a Grecia a convertirse en un país de acogida permanente de refugiados.

Atrapados en Grecia bajo el frío y la lluvia

ACNUR ha estimado que en la actualidad el número de refugiados que se encuentran dentro de las fronteras griegas es de 24.000. De estos, más de 8.000 se encuentran en el campo de refugiados de Idomeni, cerca de la frontera con Macedonia, en unas durísimas condiciones, ya que el campo solo tiene capacidad para 1.500 personas. Frente a esta situación, el comisario de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis de la UE, Christos Stylianides, ha lamentado que esto esté sucediendo en el seno de Europa.

refugiadosLas organizaciones no gubernamentales y de ayuda humanitaria son principalmente las que están ayudando y atendiendo a los refugiados. Sin embargo, con la bajada de las temperaturas, el frío y la lluvia, esta tarea resulta mucho más difícil. Algunas instituciones, como Cruz Roja Española, ya han denunciado que muchas de estas personas se encuentran sin agua, comida ni suministros básicos.

Por su parte, el Gobierno griego ha desplegado a las Fuerzas Armadas para construir dos campamentos más en Idomeni, con capacidad para 12.500 personas, y el ministro de Interior griego, Yannis Mouzalas, ha dejado claro que “Grecia no quiere ser el Líbano de Europa”. Por el momento las cifras de acogida de solicitantes de asilo varían en ambos casos, pues el país vecino de Siria ha acogido a un millón de refugiados de este país desde el comienzo de la guerra en 2011, y la población de refugiados de diferentes nacionalidades constituye ¼ de la población total de Líbano. Sin embargo, si no se implementan las medidas prometidas de reubicación de los refugiados en Europa, la comparación podría llegar a reflejar la realidad griega en unos pocos meses.

Gases lacrimógenos y cañones de agua contra los refugiados en la frontera con Macedonia

El bloqueo de la frontera entre Grecia y Macedonia ha provocado en los últimos días varios altercados. 300 refugiados de nacionalidad siria e iraquí han intentado tirar las vallas para acceder al país, lo que ha provocado un tangible aumento de la crispación y la violencia.

En un intento por parar las reclamaciones de los refugiados de acceder al país, la policía ha llegado a utilizar cañones de agua y gases lacrimógenos contra la multitud. Debido a los enfrentamientos, numerosas personas han tenido que ser atendidas por problemas respiratorios y heridas debido a la rotura de la valla, entre ellos 12 niños. De este modo, la “política del miedo” está provocando una seria vulneración de los derechos de los solicitantes de asilo y los migrantes, como denuncia Human Rights Watch.

Los refugiados afganos, de segunda clase

Las medidas introducidas por países como Macedonia, Serbia, Croacia, Eslovenia y Austria –destinadas a reducir drásticamente el flujo de refugiados que llegaba a sus fronteras– incluyen la prohibición a los refugiados afganos de cruzar las fronteras. Ante esta situación, el Alto Comisionado de la ONU ha denunciado que “cientos de afganos han sido abandonados en condiciones miserables durante más de cinco días en la frontera entre la ex República Yugoslava de Macedonia y Serbia, y a muchos otros no se les ha permitido la entrada de Grecia a Macedonia sólo por causa de su nacionalidad”.

La prohibición de entrada a los afganos choca abiertamente con la inestable situación política y social de Afganistán desde hace décadas, ya que prácticamente desde la invasión soviética de finales de los setenta, este país no ha conocido la paz. Por este motivo, no sorprende que los afganos comprendan el 30% de los refugiados que llegan a las costas europeas. Sin embargo, sus condiciones son peores que las del resto de refugiados, exclusivamente a causa de su origen.

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