La Estrategia Espacial Nacional que Londres acaba de aprobar alienta a la industria británica a convertir el país en el Reino Unido Galáctico

Boris Johnson sorprende al mundo y anuncia que en 2022 lanzará su primer satélite desde suelo británico

HOTO/Andrew Parsons-No10 Downing Street - El primer ministro Boris Johnson quiere transformar la que denomina Gran Bretaña Global en la Gran Bretaña Galáctica. Al fondo la imagen se aprecia el lanzador LauncherOne, que soltará un Boeing 747 de del multimillonario Richard Branson desde el espacio aéreo británico

El primer ministro británico Boris Johnson, de 57 años, también pretende transformar al Reino Unido en una gran potencia espacial. Fiel escudero de Washington, como lo confirma la reciente alianza bautizada AUKUS encaminada a parar los pies al expansionismo de Pekín en el Indo-Pacifico, el inquilino del número 10 de Downing Street ha entendido bien a las claras que si Estados Unidos, Rusia y China invierten cada año ingentes miles de millones de euros en el sector espacial, por algo será. 

Bajo el escudo de Su Graciosa Majestad, el Gobierno de Boris Johnson acaba de publicar la Estrategia Espacial Nacional. Es un documento que en menos de 40 páginas y con un vocabulario claro, directo y conciso expone las razones que llevan al Reino Unido a querer transitar “desde una Gran Bretaña Global a una Gran Bretaña Galáctica”, tal y como el propio primer ministro expresa en el prólogo del citado documento oficial. 

La Estrategia Espacial Nacional británica es una reflexión de los motivos por los que Gran Bretaña debe apostar de manera decidida por hacerse un lugar entre los países que lideran el sector espacial global en el plano de la ciencia, la tecnología y la defensa. Y muy en especial, en el suculento, creciente y multimillonario negocio de las aplicaciones comerciales que se derivan de los satélites de comunicaciones, de observación y de posicionamiento y navegación del tipo GPS. La OCDE considera que que la economía espacial mundial crecerá desde 315.000 millones de euros en 2019 hasta 570.000 en 2030.

Con filiales en el Reino Unido, la compañía norteamericana Lockheed Martin es una de las que aportarán sus conocimientos en la construcción, lanzamiento y explotación de algunos de los siete puertos espacial que se están levantando en suelo británico

Así es que la Estrategia tiene por finalidad posicionar “de manera firme” al Reino Unido “en la primera fila de la industria espacial global”, resalta Boris Johnson, y captar una parte del pastel que está en juego. El premier es rotundo al afirmar que “los días de la industria espacial del Reino Unido inactiva en plataformas de lanzamiento han terminado”. Concluye su reflexión con la sentencia de que “este Gobierno tiene las cosas claras y esta estrategia marca el comienzo de la cuenta atrás”.

El documento estratégico concreta los cuatro grandes pilares sobre los que se asienta a partir de ahora la acción gubernamental. En primer lugar, lo que denomina “desbloquear” el crecimiento del sector espacial británico. Lo encabeza la construcción y puesta en servicio de bases comerciales para lanzamientos espaciales por buena parte de la geografía de las islas. Por el momento se han aprobado siete emplazamientos, todos ellos situados en la costa, cinco en el norte y centro de Escocia, uno en Gales e incluso otro en Inglaterra.

La corporación europea Airbus tiene en la localidad británica de Stevenage una factoría dedicada al desarrollo y construcción de satélites y plataformas espaciales. Boris Johnson inauguró en agosto pasado una nueva instalación y se entretuvo con el todo terreno ExoMars, que despegará camino de Marte en 2022
Compromiso de lanzar en 2022 desde suelo británico

Por de pronto, el propio primer ministro adelanta que, en 2022, empresas domésticas dispararán el primer cohete que partirá desde territorio europeo portando satélites para colocar en el espacio. No cita el lugar de despegue, pero lo probable es que sea desde el puerto espacial levantado en el aeródromo de Cornwall, en la punta sur de Inglaterra. Pero no será un vuelo convencional que partirá desde una rampa de despegue en tierra.

Será una especie de contribución “patriótica” del magnate británico Richard Branson, el creador del imperio Virgin. La llevará a cabo el avión Boeing 747-400 Jumbo de la compañía Virgin Cosmic, un aparato adaptado para lanzamientos espaciales cuyo nombre es Cosmic Girl. Tras partir desde el aeródromo de Cornwall, será el responsable de efectuar la suelta del cohete LauncherOne desde el espacio aéreo británico, en una misión que ya ha practicado en varias ocasiones en Estados Unidos.

Uno de bases más al norte de Escocia es la de Shuterland, en donde la compañía española Elecnor Deimos Space se ha asociado con las británicas Orbex, Surrey y Astrocast para el desarrollo, operación y lanzamiento del cohete Prime. Con su sede central en Tres Cantos (Madrid), la empresa dirigida por Ismael López y con filial en el Reino Unido aporta al proyecto su experiencia y conocimientos en guiado, navegación y control, análisis de misión, ingeniería de sistemas y estaciones de mando y control en tierra.

Lo probable es que el Boeing 747-400 Jumbo de nombre Cosmic Girl de la compañía Virgin Cosmic de Richard Branson sea el responsable de inaugurar la nueva etapa galáctica del Reino Unido

El segundo de los pilares consiste en impulsar la colaboración internacional, en especial con Estados Unidos y Australia, pero también con sus vecinos del Viejo Continente en el seno de la Agencia Espacial Europea (ESA). Es una organización ajena a la Unión Europea en la que Londres sigue participando, en especial en los programas de telecomunicaciones, ya que el Centro de Aplicaciones Espaciales y Telecomunicaciones de la ESA se encuentra desde 2009 en Harwell, en las cercanías de Oxford.

Otro esfuerzo clave en el que se centra la Estrategia trata sobre la necesidad de incrementar el potencial del Reino Unido como superpotencia de ciencia y tecnología. Y el cuarto se va a volcar en desarrollar capacidades y servicios espaciales “resilientes”. En esta última vertiente apuesta por establecer un Centro Nacional de Operaciones Espaciales encargado de “fusionar” en una sola organización la experiencia y las actividades económicas, civiles y de seguridad nacional. Su cometido principal consistirá en “supervisar, proteger, defender y promover” los intereses del Reino Unido en el espacio.

El Gobierno de Londres va a instaurar el Centro Nacional de Operaciones Espaciales, que concentrará las actividades económicas, civiles y de seguridad nacional con el fin de supervisar, proteger, defender y promover los intereses del Reino Unido en el espacio
Un camino de fusión entre la vertiente civil, militar y comercial

Londres considera que su potencial espacial no está a la altura de las amenazas que se le echan encima. El departamento de Defensa que dirige Ben Wallace quiere reforzar la resistencia de su constelación de satélites militares Skynet frente a posibles ataques e interferencias. Skynet brinda comunicaciones seguras a las Fuerzas Armadas y a la defensa del Reino Unido y también a la OTAN.

También pretende desarrollar plataformas basadas en el espacio para misiones ISR de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. Para conseguirlo, Defensa se ha comprometido a invertir en tecnologías espaciales durante los próximos 10 años en torno a 1.400 millones de libras esterlinas, unos 1.630 millones de euros.

En el plano civil y comercial, se busca asegurar el funcionamiento de la amplia flota de satélites de las compañías de comunicaciones Inmarsat, O3b y de los satélites Hylas del operador Avanti. También de OneWeb, compañía de comunicaciones por internet de la que el Gobierno de Boris Johnson adquirió el 45% de su paquete accionarial junto con una compañía india. La compra se materializó en julio de 2020, cuando OneWeb se encontraba en una situación financiera critica. 

En el puerto espacial de Shuterland, en el extremo norte de Escocia, la española Elecnor Deimos Space se ha asociado con la británica Orbex para el desarrollo, operación y lanzamiento del cohete Prime, en la imagen

Para conducir y llevar por buen camino los cuatro pilares ya expuestos, la estrategia define un plan de acción de diez puntos, hacia los que están enfocadas las inversiones públicas en los próximos años y también se van a canalizar las aportaciones privadas, que gozarán de ayudas estatales. El primer objetivo consiste “capturar el mercado europeo de lanzamiento de pequeños satélites comerciales”, tal cual.

La Estrategia Espacial Nacional de Londres no contiene un calendario de acciones ni un horizonte de presupuesto. Es evidente que lo hará en fechas posteriores, una vez que el Gobierno de Boris Johnson apruebe la Estrategia Espacial de Defensa a finales del presente año o principios del siguiente. Sin embargo, para preparar el terreno ya cuenta con una herramienta clave: la Agencia Espacial del Reino Unido, UKSA por su acrónimo en inglés.

El Gobierno londinense ha dado su visto bueno a siete emplazamientos espaciales para despegues verticales y horizontales (en avión). Todos ellos están situados en la costa, cinco en el norte y centro de Escocia, uno en Gales y en Inglaterra

La UKSA es la organización responsable del programa espacial civil del Reino Unido. Fue creada en abril de 2010 por el primer ministro laborista Gordon Brown, que gobernó el país entre junio de 2007 y mayo de 2010. Para pilotar la nueva etapa que ahora se abre, a primeros de septiembre ha sido nombrado director ejecutivo de la UKSA el físico Paul Bate. Con experiencia en el sector privado y en el ámbito de la administración británica, fue asesor directo en materia de Sanidad del premier laborista Tony Blair y más tarde del conservador David Cameron.