Opinión

¿Retos pospandemia?: China pide paso

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Como sucede con todas las crisis, la COVID-19 puede considerarse una oportunidad para todas las economías. Antes de la pandemia, China rivalizaba por el liderazgo tecnológico con Estados Unidos y su crecimiento económico pronosticaba que podría convertirse en la primera economía mundial en 2030. Sin conocer todavía los efectos pospandemia, la estimación de crecimiento del PIB de China para 2020 se sitúa en un 1,2%, según el FMI1, lejos del 6,1% estimado antes de la COVID-19.

En este nuevo escenario, el horizonte de adelantar a Estados Unidos como mayor potencia económica puede verse ralentizado. Sin embargo, las tensiones económicas que van a generalizarse a nivel mundial pueden producir cambios en el juego de equilibrios de poder geopolítico, impulsando una mejora de la reputación de China a nivel global.

Reconstruir las realidades económicas de los países más afectados requerirá de un amplio y prolongado paquete de ayudas por parte de los organismos internacionales que, por el volumen requerido, puede resultar difícil de cubrir. En el caso de los países de Asia Oriental y el Sudeste Asiático2, posiblemente sea China quien intensifique su apoyo en la región para recuperar cuanto antes las cadenas de valor globales, mermadas durante la pandemia y necesarias para que el gigante asiático recomponga su economía. En el resto de los casos, la necesidad de un amplio y prolongado paquete de ayudas podría promover la participación más activa de China en las plataformas multilaterales como el G20, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional3. Sin embargo, es previsible que la opción elegida por el gigante asiático sea acudir en ayuda de los países más necesitados desplegando soft power en todas las latitudes.

Se anticipa así una nueva etapa de extensión de la diplomacia china a través de la nueva Ruta de la Seda. Si tras la crisis financiera de 2008, China se convirtió en el apoyo económico de países como Grecia, Portugal, Argentina y Egipto, ante la dificultad de estos de cumplir con las estrictas condiciones que imponen los organismos financieros internacionales, la crisis pospandemia plantea un escenario similar. Como entonces, podrían reproducirse casos como la adquisición del puerto de El Pireo en Grecia, que simboliza la situación a la que pueden verse sujetos los países desarrollados ante la imposibilidad de devolver deuda. Sri Lanka, por otra parte, es el símbolo de las denominadas «trampas de deuda» en el caso de los países en desarrollo.

El apoyo de China para la recuperación de los flujos comerciales mundiales ayudará a que el gigante asiático estimule su propia economía. Pero también servirá para desmantelar la narrativa, ampliamente extendida en los foros internacionales, de fomentar el decoupling del gigante asiático que la COVID-19 no ha hecho más que acentuar. Algunos países como Japón4 ya plantean incentivar la salida de la actividad productiva de China, principal socio comercial de la isla, después de una drástica caída de las importaciones por efecto de la pandemia. Al margen de estas tendencias, China seguirá proyectando su influencia a través de los vínculos establecidos con la diplomacia de la Ruta de la Seda. De esta forma, el gigante asiático dará mayor visibilidad de su creciente poder económico, además de reivindicarse como competidor en la carrera por el liderazgo tecnológico tras la gestión digital realizada durante la crisis sanitaria.

Geopolítica de la tecnología pospandemia: ¿hegemonía en riesgo?

China ha contado, ante la pandemia, con una fusión de tecnologías que pone de manifiesto el nivel tecnológico alcanzado por el gigante asiático en los últimos años, ofreciendo una respuesta digital no muy distinta a la de otros países vecinos con rentas per cápita que duplican, triplican y hasta sextuplican la de China, caso de Taiwán, Corea del Sur y Singapur, respectivamente. De esta forma, el gigante asiático ensalza los beneficios obtenidos de su iniciativa Made in China 20255.

Se acelera un cambio en el equilibrio de poder desde el oeste al este6, motivado por la ralentización económica de las principales economías occidentales que contrasta con un crecimiento más dinámico en los países asiáticos como consecuencia de cómo ha afectado la pandemia en una y otra región. Estas turbulencias económicas darán paso a nuevas tendencias geopolíticas que promoverán, asimismo, cambios en el futuro de las relaciones de los países desarrollados y en desarrollo con China con un previsible crecimiento del perfil del gigante asiático como actor global.

En este escenario, la geopolítica de la tecnología va a cobrar una mayor relevancia al ser necesario que los países se doten de redes más rápidas que soportarán un mayor flujo de datos con la capacidad suficiente para que las nuevas tecnologías desarrollen todo su potencial. Para aquellos países que todavía no han priorizado su estrategia de conectividad 5G, la cuestión no será qué proveedor elegir para los despliegues de red, retomando la decisión sobre apoyar o vetar a Huawei. La prioridad que impone el escenario pospandemia pasa por implementar soluciones tecnológicas que den respuesta a las nuevas necesidades de un entorno que ha cambiado de forma abrupta. No disponer de un ecosistema digital adecuado puede resultar ser un lujo que no podrán permitirse durante mucho más tiempo aquellos países que todavía no tengan una estrategia de despliegue 5G.

La tormenta perfecta de la COVID-19 está reconfigurando el mundo. La pandemia ha provocado la necesidad en Europa de replicar el ecosistema digital que ya disfrutan algunos países asiáticos como forma de contener la crisis sanitaria, pero también como medio para seguir manteniendo su competitividad global. Disponer de 5G supone estar en la vanguardia de los servicios que estarán asociados a esta nueva red, como la salud, la banca, las smart cities, una mayor automatización de las cadenas de producción y los vehículos autónomos, por citar solo algunos de los más destacados. La posibilidad de crear una economía digital en torno a las capacidades de las nuevas redes es lo que permitirá a los países afrontar en mejores condiciones el desafío económico que plantea la era post-COVID.

Europa representa el terreno de juego donde se enfrenta el soft power norteamericano y la diplomacia china. De ahí que, en la medida en que la estrategia de los países europeos pase por posicionarse a favor de Huawei, mayor será su peso en Europa y, por tanto, más se ampliará en esta región7 la huella de la Ruta de la Seda Digital impulsada por China. De esta forma, un mejor posicionamiento de los titanes tecnológicos chinos permitirá al gigante asiático recortar distancias con Estados Unidos en la carrera por el liderazgo tecnológico mundial.

La llegada de la COVID-19 ha desplazado de la primera línea el debate sobre las posibles vulnerabilidades asociadas al equipamiento de Huawei en el despliegue de las redes 5G, justo cuando la inversión en innovación se plantea como la mejor medida para abordar un escenario de desaceleración económica prolongado. Las necesidades pospandemia van a hacer que el dilema entre apostar por la seguridad o por la recuperación económica sea mucho más complejo de cómo se planteaba hasta ahora.

Las tensiones económicas provocadas por la pandemia van a ser generalizadas y prolongadas en el tiempo en todo el mundo. Sin embargo, no todos los países compiten por seguir siendo el líder tecnológico mundial, caso de Estados Unidos; o por mantener una competitividad global a través de una producción diferenciada de innovación, caso de varios países europeos y asiáticos. Una tendencia que se intensifica en tiempo de crisis y que va a hacer aflorar cambios en las estrategias 5G planteadas antes de la crisis sanitaria.

Los cambios no se han hecho esperar y ya comienzan a producirse incluso antes de tener superada la fase epidemiológica de la pandemia. La directriz del departamento de Comercio de los Estados Unidos de situar a Huawei en su Entity list, a finales de mayo de 2019, conllevó que las empresas norteamericanas dieran un paso atrás en los foros internacionales donde se establecen los estándares 5G, dando mayor visibilidad a Huawei. Sin embargo, la falta de competitividad de Qualcomm e Intel en la definición de la nueva red es lo que podría llevar a Estados Unidos a reconsiderar esta decisión.

En el caso del Reino Unido8, en pleno proceso de diseño del brexit, el riesgo de incorporar a Huawei como proveedor en el despliegue de la red de radio puede ser tan crítico como prescindir de un modelo de economía digital basado en 5G que le permita afrontar las necesidades que plantea la pospandemia, Las posiciones divergentes de los países europeos respecto a qué estrategia tomar en cuestión al 5G antes de la COVID-19 pueden evolucionar hasta converger en un modelo que priorice los beneficios de disponer de una nueva red que acelere la recuperación económica y donde la decisión de incluir a Huawei no sea tan discutida.

A diferencia de China, que reanudó los despliegues de la red 5G el mismo día que el país anunciaba el fin de la cuarentena, los países europeos carecen de una estrategia tan agresiva. La previsible crisis económica pospandemia ha hecho crecer el número de países que han decidido retrasar las subastas de las nuevas frecuencias, entre ellos España9, lo que aleja aún más a Europa del liderazgo tecnológico en 5G. Sin embargo, más allá de la batalla tecnológica por la red de quinta generación, para la que Estados Unidos no dispone de ninguna empresa que rivalice con Huawei, todavía persiste cierta superioridad norteamericana10 en otros ámbitos tecnológicos como la Inteligencia Artificial, los semiconductores y los vehículos autónomos.

No obstante, la velocidad a la que China ha recortado distancias con Estados Unidos es lo que ha provocado las crecientes tensiones entre los que son considerados actualmente como los dos polos tecnológicos11 más importantes con capacidad de generar influencia mundial. De hecho, los avances tecnológicos alcanzados por China son, precisamente, lo que le otorga al gigante asiático un papel destacado en el juego geopolítico contemporáneo. De ahí que, el modo en el que implemente las innovaciones tecnológicas, y cómo las haga extensivas a otros países, será el principal desafío que tengan que afrontar los valores desplegados por Occidente durante décadas.

La COVID-19 acelera la transformación de China en actor global

Aunque el desconcierto inicial sobre la gravedad de la pandemia ha sido generalizado en todos los países, la reacción posterior y la gestión tecnológica ofrecida por China ha impulsado el fortalecimiento de su reputación internacional. En el otro lado de la balanza figura Estados Unidos, y algunos países europeos, donde la percepción de la gestión de la COVID-1912 es que no ha sido tan eficaz como en los países asiáticos. La situación económica en Occidente contrasta con la recuperación de la actividad industrial13 del gigante asiático al 95% dos meses después de iniciarse el confinamiento, así como con la celebración de las primeras elecciones en Corea del Sur todavía con la pandemia activa. Sin embargo, de los países asiáticos, China es el único que tiene capacidad de desplegar influencia a escala internacional a través de la diplomacia implementada con la nueva Ruta de la Seda que se extiende por Asia, África, Europa y América Latina, en una estrategia global de Oriente a Occidente.

Superpuesto a este modelo de globalización 2.0 de corredores terrestres, vías marítimas y conexiones digitales, China ha desplegado durante la pandemia de la COVID-19 la denominada Ruta de la Seda de la Salud. Con envíos de material sanitario a unos 90 países14, y de expertos a las zonas más afectadas, la nueva vertiente de la iniciativa china forma parte de la estrategia del gigante asiático de reforzar el despliegue de soft power más allá de sus fronteras, reforzando su papel de actor global.

En esta etapa pospandemia de la nueva Ruta de la Seda, China ha salido en apoyo del resto de países afectados apenas días después de recuperarse de la COVID-19. Prestando atención a las necesidades tanto de países en vías de desarrollo como de economías avanzadas, los elogios por su actuación han procedido de algunos miembros de la iniciativa china con los que el gigante asiático ha reforzado lazos económicos y geopolíticos en los últimos años, como Pakistán, Serbia, Etiopía e Italia15.

El importante volumen de material sanitario defectuoso que han recibido varios países ha planteado nuevos retos en la estrategia de China de reparar su imagen como partner confiable. Para ello, el gigante asiático buscará reforzar los vínculos que ha establecido a través de la nueva Ruta de la Seda de modo que, aunque todavía no sea definitivo16, sí que supondrá un paso importante en la consolidación de su influencia en Europa como consecuencia de la COVID-19.

El escenario pospandemia plantea posibles cambios en el papel de China en Europa. Por una parte, en la relación bilateral que establezcan a partir de ahora cada uno de los países europeos con el gigante asiático. Igualmente importante será el impacto que tenga la pandemia en la colaboración de inversión y comercio que China mantiene con varios países europeos en el marco del Mecanismo 17+1. De ahí que, según sea el impulso que adquieran estas dos vías de influencia, así serán los cambios que se produzcan en la estructura de poder global imperante por efecto de la pandemia.

Al estilo de otras grandes potencias, China se ha mostrado ante la pandemia de la COVID-19 como un actor relevante dando apoyo al resto de países, haciendo confluir así su peso económico internacional con su creciente influencia geopolítica, a pesar de ser todavía una potencia en ascenso. En esta diplomacia soft power, China ha reforzado la acción gubernamental con acciones privadas a cargo de destacados representantes de la escena empresarial, herederos de la responsabilidad social que en otras ocasiones han demostrado figuras relevantes a nivel mundial. Este es el caso de Jack Ma, fundador y presidente ejecutivo de Alibaba Group, y uno de los hombres más ricos de China. Su apoyo se ha sumado al grupo de grandes magnates que han donado material sanitario y equipamiento médico a varios de los países más afectados por la pandemia, haciendo gala de una amplia filantropía empresarial. Un gesto de ciudadano global responsable que ha tenido el reconocimiento de actores relevantes de la escena política internacional, entre ellos el propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump17. Una aportación altruista que genera menor recelo que las ayudas realizadas por el Gobierno de Xi Jinping, aunque ambas dos estén en línea con el objetivo de posicionar a China entre la élite de potencias que actúan globalmente desplegando diplomacia.

¿Qué ha desvelado la COVID-19 del nivel tecnológico de China?

La pandemia de la COVID-19 ha generado la tormenta perfecta para que las nuevas tecnologías hayan desplegado todo su potencial. Con independencia de su sistema de gobierno, el ecosistema digital de China y de Corea del Sur18 reúne en un mismo entorno tecnologías de vanguardia que han favorecido contener la mayor pandemia que ha vivido la humanidad hasta el momento. Precisamente, este entorno de smart city es lo que ha situado a China, pero también a Corea del Sur, Taiwán19 y Singapur20, entre los principales referentes mundiales de la gestión de la crisis sanitaria.

Todos ellos comparten la experiencia de haber pasado por crisis sanitarias anteriores, como el SARS en 2002 y el MERS en 2012, cuyos efectos están todavía muy presentes entre la población. Estas vivencias han favorecido que la sociedad reaccionara más rápido y que los gobiernos tuvieran implementadas medidas tecnológicas para compartir información, y que han sido cruciales para detener la expansión de la pandemia. Una experiencia de la que Occidente carece, y que pone en valor el modelo de smart cities que impera en los países asiáticos, entre ellos, el desarrollado por el gigante asiático.

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De ahí se desprende que las empresas del gigante asiático sean la excepción mundial al considerar que el 4G solamente es una tecnología «suficientemente buena». La opción preferida, por tanto, es evolucionar rápidamente hacia entornos 5G a través de acuerdos con los operadores de telecomunicaciones chinos, según destaca el informe de la Asociación GSM, The Mobile Economy: China 2020. De hecho, el objetivo es fomentar la transición hacia soluciones 5G SA (Stand Alone), donde la red estará construida extremo a extremo con tecnología de quinta generación, adelantando así la fase en la que las empresas puedan beneficiarse de todas las capacidades que ofrecerá la nueva red. Este mismo informe considera a los consumidores chinos como early adopters 5G (figura 1), una característica que aporta a China una ventaja significativa respecto a su mayor competidor, Estados Unidos.

Aunque todavía no existe un amplio porfolio de dispositivos con conectividad, los usuarios 5G en China superan los 20 millones solamente cinco meses después del lanzamiento comercial, el 31 de octubre de 2019. El nuevo entorno ha permitido que China haya implementado modelos de smart cities21 en más de 500 ciudades durante 2019. Como paradigma de cómo el gigante asiático está acometiendo la transformación de sus ciudades, potenciando la generación de una mayor economía digital, destacan los modelos implementados en Hangzhou22, ciudad natal de Jack Ma, y Shenzhen23, cuna del software Designed in China. Este esquema está en línea con la propuesta de la Comisión Europea (figura 2) en el marco de los objetivos del programa Europa Digital24 para el período 2021-2027. Un horizonte que todavía dista 10 años.

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De este modo, la respuesta tecnológica de China a la pandemia es un adelanto del modelo de smart cities que se construirá cuando los despliegues 5G posibiliten que las nuevas tecnologías alcancen su mayor nivel de desarrollo. Aunque el gigante asiático todavía no dispone de un entorno 5G SA, el ecosistema digital de China ha demostrado ser diferencial respecto al de otras potencias occidentales. Además, el hecho de que China disponga de fabricantes de tecnología bien posicionados con capacidad de imponer estándares (figura 3) le va a permitir participar, por primera vez en la historia, en la construcción de la Cuarta Revolución Industrial (4IR), reforzando su posición en la carrera por el liderazgo tecnológico.

Aunque todavía pasarán algunos años antes de que el 5G alcance toda su potencialidad, la nueva red ya se ha convertido en un acelerador de la economía digital en los países asiáticos. En esta carrera tecnológica por el 5G, China es el país mejor posicionado con Huawei encabezando el liderazgo mundial de estándares, y Corea del Sur como principal competidor. Lejos de los primeros puestos queda la aportación de patentes por parte de Europa y Estados Unidos, alejándose del liderazgo mundial.

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Conclusiones

La pandemia de la COVID-19 será posiblemente el evento que mayor impacto tenga en la economía global en este siglo, y las consecuencias geopolíticas de esta radical adaptación al nuevo entorno no serán menores. Entre otras cuestiones, la crisis sanitaria vivida va a reforzar la narrativa entre los países avanzados de disponer de un entorno digital que pueda aportar soluciones de contención a una situación tan extrema como la planteada por la COVID-19.

De esta forma, se adelanta en una década la necesidad de incorporar tecnologías que permitan reaccionar a crisis de la magnitud de la pandemia de la COVID-19, impulsando la adopción de nuevos modelos digitales en la sociedad y la transformación del tejido industrial, empresarial y gubernamental. En este sentido, la pandemia ha puesto de relieve la necesidad de implementar una revolución tecnológica similar a la que viven los países asiáticos, capaz de ofrecer herramientas para la gestión de una emergencia sanitaria que necesita de la computación de numerosos datos de distintas fuentes.

En este escenario pospandemia, la diplomacia china se desplegará por aquellos países que económicamente necesiten una inyección para recuperarse de la crisis sanitaria, reforzando, o incluso ampliando, los actuales lazos bilaterales entre los dos países. Este mayor protagonismo de China como actor global, y la creciente rivalidad con Estados Unidos por el liderazgo tecnológico mundial, van a producir movimientos en el juego de equilibrios de poder que podrían generar cambios importantes en la estructura de poder contemporánea.

Águeda Parra Pérez*

Ingeniera, sinóloga y doctora en Ciencias Políticas

Bibliografía y notas al pie:

1-GOPINATH, April, “The Great Lockdown: Worst Economic Downturn Since the Great Depression”, IMF Blog, abril de 2020. Disponible en: https://blogs.imf.org/2020/04/14/the-great-lockdown-worst-economic- downturn-since-the-great-depression/

2-DAHLES, Heidi, “China’s post-COVID-19 woes to flow through the Mekong”, East Asia Forum, abril de 2020. Disponible en: https://www.eastasiaforum.org/2020/04/15/chinas-post-covid-19-woes-to-flow- through-the-mekong/

3-SHEPARD, Wade, “China’s ‘Health Silk Road’ Gets A Boost From COVID-19”, Forbes, marzo de 2020. Disponible en: https://www.forbes.com/sites/wadeshepard/2020/03/27/chinas-health-silk-road-gets-a- boost-from-covid-19/#4e630e896043

4-“Japan sets aside ¥243.5 billion to help firms shift production out of China”, Japan Times, abril de 2020. Disponible en: https://www.japantimes.co.jp/news/2020/04/09/business/japan-sets-aside-%C2%A5243-5- billion-help-firms-shift-production-china/#.XpgsNcRS_IU

5-La iniciativa Made in China 2025 promueve la transformación tecnológica del país. El objetivo es alcanzar una producción nacional de componentes básicos de hasta el 70% en 2025 que le permita ser independiente de la tecnología extranjera, focalizándose en diez sectores industriales estratégicos.

6-“Geopolitics after Covid-19: is the pandemic a turning point?”, The Economist Intelligence Unit, abril de 2020.

7-RUSSO, Federica, “Virus crisis will open doors to Huawei 5G in Europe“, Asia Times¸ abril de 2020. Disponible en: https://asiatimes.com/2020/04/virus-crisis-will-open-doors-to-huawei-5g-in-europe

8-GLEES, Anthony, “Is Huawei’s 5G national security threat or economic opportunity for the UK?”, East Asia Forum, mayo de 2020. Disponible en: https://www.eastasiaforum.org/2020/05/06/is-huaweis-5g- national-security-threat-or-economic-opportunity/

9-ALONSO, Millán, “España retrasa la subasta de 5G a causa del coronavirus”, Cinco Días, marzo de 2020. Disponible en: https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/03/30/companias/1585584955_621321.html

10-FITCH, Asa, “The U.S. vs. China: Who Is Winning the Key Technology Battles?”, The Wall Street Journal, abril de 2020. Disponible en: https://www.wsj.com/articles/the-u-s-vs-china-who-is-winning-the- key-technology-battles-11586548597

11-PARRA PÉREZ, Águeda, “Polos tecnológicos, geopolitica en movimiento”, Agenda Pública-El País, abril de 2020. Disponible en: http://agendapublica.elpais.com/polos-tecnologicos-geopolitica-en- movimiento/

12-STOCKWIN, Arthur, “How will COVID-19 reshape the world?”, East Asia Forum, abril de 2020. Disponible en: https://www.eastasiaforum.org/2020/04/15/how-will-covid-19-reshape-the-world/

13-BERMINGHAM, Finbarr, “Coronavirus: China manufacturing economy bounces back strongly after lockdown”, South China Morning Post, marzo de 2020. Disponible en: https://www.scmp.com/economy/china-economy/article/3077669/coronavirus-china-manufacturing- economy-bounces-back-strongly

14-ESCOBAR, Pepe, “China rolls out the Health Silk Road”, Asia Times, abril de 2020. Disponible en: https://asiatimes.com/2020/04/china-rolls-out-the-health-silk-road/

15-SHEPARD, Wade, “China’s ‘Health Silk Road’ Gets A Boost From COVID-19”, Forbes, marzo de 2020. Disponible en: https://www.forbes.com/sites/wadeshepard/2020/03/27/chinas-health-silk-road-gets-a- boost-from-covid-19/#4e630e896043

16-BRATTBERG, Erik y LE CORRE, Philippe, “No, COVID-19 Isn’t Turning Europe Pro-China (Yet)”, The Diplomat. Disponible en: https://thediplomat.com/2020/04/no-covid-19-isnt-turning-europe-pro-china-yet/

17-“The New Abnormal”, Bloomberg, abril de 2020. Disponible en: https://www.bloomberg.com/news/newsletters/2020-04-10/next-china-the-new-abnormal

18-“South Korea keeps covid-19 at bay without a total lockdown”, The Economist, marzo de 2020. Disponible en: https://www.economist.com/asia/2020/03/30/south-korea-keeps-covid-19-at-bay-without-a- total-lockdown

19-HUI, Mary, “How Taiwan is tracking 55,000 people under home quarantine in real time”, Quartz, abril  de 2020. Disponible en: https://qz.com/1825997/taiwan-phone-tracking-system-monitors-55000-under- coronavirus-quarantine/

20-BOWIE, Nile, “Singapore’s model response faces viral second wave”, Asia Times, marzo de 2020. Disponible en: https://asiatimes.com/2020/03/singapores-model-response-faces-viral-second-wave/

21-“China's smart cities to take shape with latest tech”, Xinhuanet, mayo de 2019. Disponible en: http://www.xinhuanet.com/english/2019-05/23/c_138083434.htm

22-TAN, Aaron, “Alibaba Cloud making deeper push into smart cities”, ComputerWeekly.com, septiembre de 2018. Disponible en: https://www.computerweekly.com/news/252448916/Alibaba-Cloud-making- deeper-push-into-smart-cities

23-CHEN, Frank, “A look at Shenzhen and Huawei’s ‘smart city’ project“, Asia Times, julio de 2019. Disponible en: https://asiatimes.com/2019/07/a-look-at-shenzhen-and-huaweis-smart-city-project/

24-COMISION EUROPEA, Programa Europa Digital, junio de 2018. Disponible en: https://eur- lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=CELEX:52018PC0434&from=EN