Asesinato en el Comité Central

CAT

No hizo falta que en el Comité Central se apagaran las luces unos minutos para asesinar al secretario general del PCE Fernando Garrido. Ni la investigación oficial correrá a cargo del comisario Fonseca ni del detective Carvalho por parte del Partido para esclarecer los hechos
 
Cayetana Álvarez de Toledo, la portavoz del Partido Popular en el Congreso de los Diputados fue decapitada oficialmente en el Junta Directiva del pasado jueves a mediodía en pleno mes de agosto, con la complicidad de los presenciales en Génova 13 y los virtuales por el coronavirus desde todas las provincias. Un asesinato ritual por “herir” la autoridad del presidente del Soviet Supremo, Pablo Casado y para “ganar las elecciones”.  Muerte política a la ingeniera ideológica y liberal, enterrándola con sus planes y estrategias de futuro.
 
La voz más nítida contra el golpismo

 
La pandemia se ha llevado por delante a una persona que cree en la Constitución, en la democracia, en la libertad y que se ha enfrentado siempre contra la prepotencia y las mentiras de la izquierda. Una política valiente, preparada, inteligente, con criterio propio y que ha denunciado el peligro que suponen el socialismo sanchista, el comunismo de Iglesias y los acuerdos nazis del PVN, Otegui y los golpistas de Puigdemón y Junqueras para acabar con la Transición del 78 y con la unidad de España mediante una ruptura plurinacioinal para volver a la II República. Y entrar en la III, naturalmente. La nueva normalidad.
 
Cayetana ha sido la voz más nítida contra los enemigos de la Patria en el Parlamento desde su nominación hace poco más de un año y la única que urgió en el Financial Times en 2014 a los líderes europeos a “enfrentarse abiertamente” a los separatistas ante la inacción del Gobierno Rajoy. Fue la promotora de Libres e Iguales, la única institución cívica que movilizó a millones de constitucionalistas contra los sediciosos del 1-0. Un orgullo trabajar a su lado y acudir a las manifestaciones de Barcelona y Madrid que propiciaron el discurso regio del 3 de octubre de 2017.
 
Una portavoz que en su primera comparecencia preguntó en el Grupo Parlamentario a bocajarro: ¿estáis de acuerdo en que los asuntos de conciencia (aborto, eutanasia, testamento vital, religión, etc…) podamos votar en libertad? No obtuvo más que un silencio infinito, el chivatazo a la cúpula, la reprimenda y a pastorear el silencio de los corderos. Es lógico que chocara contra el aparato. Y los “aparaticks” no tienen piedad. Cada militante de un partido que asciende a cargo remunerado (concejal, diputado, senador, juntero, consejero, subsecretario, ministro…) se convierte automáticamente en un “soldado” en defensa (con razón o sin ella) del comandante en jefe, de su lugarteniente el secretario general y de la directiva. Una militarización en toda regla incluso en tiempos de paz.
 
Álvarez de Toledo, (CAT), doctorada en Oxford y española por decisión personal –aunque tiene, además, nacionalidad francesa y argentina- ha intentado la regeneración de la vida política tras la moción Frankenstein contra Rajoy. Se había opuesto rotundamente a que el PP formara parte del pasteleo para la renovación del CJPJ, del TC y TS porque “son el último muro de contención de la Justicia para evitar volver a los años 30”, y se opuso como muchos de nosotros abiertamente a que el rey Emérito abandonara España por imposición de Iglesias y con el beneplácito de Sánchez que se ha convertido en la reina madre y en el tutor del Felipe VI. Sanchez, el Salvador de la Monarquía Parlamentaria. ¡Manda Trillos!
 
Cayetana se ha ido del cargo con la misma elegancia con la que llegó. Pero con más dignidad. Su rueda de prensa, en plena calle –el PP le impidió tras su entrevista con Fra-Casado utilizar la sala del Congreso- confirma que la han echado Feijó,Teo, los barones con y sin mando en plaza y EL PAIS, que como siempre sigue liderando el gobierno y la oposición. “Iba por libre y era muy radical”, son algunas de las acusaciones de la legión de mediocres que mantienen la corrupción en nuestro país desde siempre. CAT, respondía junto su compañera y sin embargo amiga Pilar Marcos, - a veces es un orgullo ser periodista- en la mitad de la rúa: “¿Es radical hacer oposición al gobierno más radical y ultra de la democracia?” España necesitaría veinte políticas de la talla de CAT para detener el proceso de destrucción moral, sanitario, económico y social que nos llevará directamente a los siete millones se parados con sus repercusiones multidireccionales impredecibles. 
 
Radicales con la Carta Magna
 
Por lo visto, los dos años de presidencia de Casado nos retrotraen a la moderación, a la centralidad y a no crispar a Moncloa. La colectividad y la militarización son incompatibles con la fuerza constructiva y creativa de la libertad y del pensamiento crítico. “Discrepancia no es deslealtad”, insistía Cayetana en la Carrera de San Jerónimo, bajo un sol impenitente. Quince minutos de argumentos sólidos para desmontar que “esto no va de duros o blandos, de moderados y radicales sino de detener a un gobierno que se ha podemizado”  hasta el extremo de que son Iglesias y la madre de sus hijos quienes marcan la estrategia, los ritmos y los tiempos para ir tapando sus vergüenzas de la caja B, sus irregulares finanzas, su pago de dinero en negro a los empleados y  sus ataques a la Jefatura del Estado y a la Justicia sin que Pedro Sánchez detenga la carga contra las Instituciones legítimas de la Nación. 
 
¿Es radical pedir que los jueces elijan a los jueces y acabar con la politización de la Justicia? ¿Es desleal pedir un gobierno de concentración constitucionalista PSOE-PP-Cs para salvar a España de esta pandemia y para salir cuanto antes de la crisis, todos juntos y más fuertes? Pues parece que sí.  Y por último: “¿se ancla uno en la extrema derecha cuando se intenta neutralizar la batalla cultural que gana la izquierda por goleada con el radicalismo identitario, el feminismo radical –“quiero llegar sola y borracha a casa el 8M” o enfrentarse a la Memoria Histórica de ZP?
 
CAT cree que el PP debe ensancharse con voces progresistas que crean en el legado de la Carta Magna, en la Monarquía Parlamentaria, en la libertad y en la verdad. Coincidimos con ella en que están en juego los valores de nuestra civilización. Y en que en los nacionalismos no hay moderación ni estabilidad sino confrontación. Objetivos: defensa del orden constitucional, de las clases medias y de los ciudadanos
 
El cinismo de la moderación
 
Cuando hace dos años, Pablo Casado consiguió con un discurso regeneracionista la presidencia del Partido, muchos confiábamos en que estábamos ante un verdadero hombre de estado. Tras dos comicios generales, las europeas. las autonómicas y municipales y las regionales del País Vasco y Galicia, han confirmado que es más voluble que una veleta en los Alpes. Ficha como estrella a CAT y la cesa –como emperador visionario que ya es- “para ganar las elecciones y conseguir 10 millones de votos”
 
Que Casado permitiera que Feijóo la boicoteara en los comicios gallegos era todo un síntoma de que tenía los días contados. ¿Se le olvidó su valor en Cataluña? Después de que miembros de la directiva la humillaran esparciendo basura política “CAT era portavoz de sí misma”, Pablo Casado, con la voz engolada, mintiendo en el mejor registro, como lo hacen el vicepresidente Pablo y el presidente Pedro, dejó grabada para la historia de la infamia esta frase: “Cayetana, ésta siempre será tu casa”. No cabe mayor cinismo después de cortarle la cabeza horas antes en una reunión tensa donde se impusieron los “mediocres”.
 
El PP ha vuelto directamente al rajoyismo. Su tancredismo nos condujo a dos referéndums ilegales, a una moción de censura indigna y a un cambio tan dramático que ha puesto a España al borde del abismo sin que el primer partido de la oposición haya presentado más alternativas que las defendidas contra viento y marea en el Congreso por la ex portavoz Cayetana Álvarez de Toledo. ¿Quién va a salvar al PP al final de este otoño caliente en Cataluña con los catanazis? Los mejores deseos para el Cuca Gamarra, la sucesora en el GP y para José Luis Martínez Almeida, alcalde y gran coartada para Franco por compartir la dirección del PSOE madrileño y la Delegación del Gobierno. Las dos instituciones merecen dedicación exclusiva.
 
No ha sorprendido el comportamiento gregario de los “soldados populares”. Hace unas fechas, defendían en privado, naturalmente, a CAT. Cuando he conectado con algunos de ellos por wp, la respuesta ha sido la esperada: el silencio. A reina decapitada, ¡Viva la exalcaldesa riojana!  Los partidos deben ser democráticos. Ya no hay manera. Los emperadores no admiten un no como respuesta. Ya lo aprendimos antes en Villaverde 2, en Ferraz, 80 y ahora en Génova, 13
 
Casado también nos ha decepcionado. En Moncloa, los apóstoles Pedro y Pablo están encantados de que la saeta rubia hispano-argentina-francesa, la gran Cayetana Álvarez de Toledo, se ubique en el Hemiciclo allá donde los escaños entran en el espacio y en el tiempo del olvido. La invisibilidad. Gracias, don Fra-Casado, por haber elegido el pasado. ¿Cómo se pueden recuperar los 10 millones de votos si en este PP moderado y acomplejado no cabe un talento como CAT?
 
La vida sigue casi igual
 
Cuando el gobierno decretó el estado de alerta a mediados de marzo, nunca habríamos imaginado   que cinco meses después España seguiría a la cabeza de los muertos, de los infectados y con los sanitarios más afectados. No hemos contado aún las bajas de esta guerra interminable, (casi 50.000) ni sabemos porqué ese comité de expertos inexistente no explica porqué seguimos siendo el país con más contaminados, día tras día. Fernando Simón, en un alarde de sensatez –que no ha tenido desde la primera semana- dice ahora que el tema es grave, muy grave y muy muy grave… Hasta ahora, no pasaba nada. Pedir a los influencers que difundan que el coronavirus es muy peligroso es una temeridad: El lleva 190 días con sus 190 noches tratando de convencernos de que esta epidemia es letal y la factoría de ideas de Iván Redondo no ha dejado de bombardearnos con que todo estaba controlado. Por lo visto, los encuentros virtuales con los presidentes de las CCAA no han servido de mucho. Las medidas tomadas entre el gobierno y las Regiones han sido en buena parte desestimadas por la justicia al entender que se están vulnerando derechos fundamentales. 
 
¿Nuevo confinamiento? No lo creo porque hemos estrangulado la economía y los ERTES y ERES nos aseguran un otoño demasiado violento. ¿Por qué no podemos conocer qué está fallando para que sigamos a la cabeza de los contagios y los hospitales se estén llenando con pacientes más jóvenes? Si el señor Simón sigue en su puesto, es capaz de adivinar que el Barça puede perder con el Bayer por “1-0 o a lo sumo 2-1” Y se queda tan tranquilo. Esa es la nueva normalidad, la incertidumbre. 
 
Lo sucedido en Cataluña ha sido de una incompetencia sideral. Solo le ha faltado decir a Torra sobre la Champion que “Alemania nos roba”. Nosotros mismos, los mayores, ya nos hemos confinado de nuevo para evitar que la muerte se propague. Las escenas fiesteras en playas o festejos son, sencillamente, impresentables. ¿Medidas represivas económicas? Ya se irá el bichejo chino con su música a otra parte. Aquí nunca pasa nada.
 
El mayor enemigo de la pandemia es la mentira. No mostramos los muertos y los jóvenes no se creyeron la verdad. El gobierno que lideró el proceso enseguida se desentendió de los muertos y de las Residencias, cedió los trastos a las Autonomías y ahí empezó a surgir el caos que no encuentra más que un cauce emponzoñado: la incertidumbre.  ¿Cómo es posible que no exista un comité real de expertos que tomen las mismas medidas para todo el país? 
 
Las clases y los ministros ausentes
 
Tenemos el peor gobierno de la democracia, pero la ministra de Educación con el de Universidades, (Celáa y Castell) sean los ministros más ineptos de los últimos siglos. No han sido capaces de tomar ninguna medida para el curso escolar 2020-2021 que se abre en la escuela pública, en la privada, en la concertada, en Secundaria y en la Universidad. El día no se acaba hasta que no se pone el sol pero para estos tipos tan impresentables –la bilbaína y el albaceteño- parecen vivir en Londres con niebla durante todo el año. 
 
España se descuelga de la recuperación y miles de familias esperan saber si pueden o no llevar a sus hijos al colegio con seguridad. ¿Aprovecharán esta crisis estos socialistas tan igualitarios para cargarse la educación especial que afecta a miles de familias económicamente vulnerables? ¿Y la concertada?
 
Mientras el país arde por los cuatro costados, Pedro y Pablo de vacaciones- El presidente es el nuevo Príncipe de la Mareta y el nuevo trabajador con corbata desde Doñana. Las fotos de ambos acontecimientos, sencillamente obscenas. El encuentro a la orilla del mar del ministro Juan Carlos Campo con el condenado Manuel Chaves (ambos sin mascarilla) cuando el TS está a punto de fallar la sentencia de la Audiencia Nacional, resulta inmoral. El numerito de los Iglesias-Montero solo demuestra una cosa: que por donde van, llámese Segovia o Asturias, no se les quiere. Cierto que sus hijos no tienen la culpa de los escraches –escraches ideados por ellos desde hace décadas en la Facultad de Políticas de Madrid- pero tampoco tienen la culpa los hijos de todas las personas que no han podido tomar vacaciones este año porque las medidas erróneas del Gobierno los ha dejado en la ruina. 
 
Huelga inmoral
 
La cadena de huelgas que iniciarán a primeros de septiembre los sindicatos en Madrid, (UGTy CCOO principalmente), mientras están condenados por robar 40 millones de euros de los cursos de formación en Andalucía son una inmoralidad; reivindicar en este escenario chantajes de hace una década, corrobora que la función de los sindicatos en el siglo XXI tiene que cambiar y deben vivir de sus cuotas. El pasado año –conviene recordarlo- los dos sindicatos mayoritarios se repartieron casi 20 millones de los Presupuestos sin contar los de las CCAA, las Diputaciones, los Ayuntamientos y el resto de Instituciones Oficiales. 
 
Por cierto, ninguno de los docentes liberados se sumarán a las clases presenciales porque lo suyo es hacer política. Estos tipos no hacen política; manufacturan deseos, miedos y sentimientos para seguir viviendo del cuento. Y, mientras tanto, desestabilizan el gobierno de Madrid en manos del centro derecha. Habrá que provocar más caos hasta convencer a Ciudadanos de que es posible una moción de censura contra Isabel Díaz Ayuso. Y en ese contexto hay que contemplar la manifestación negacionista del coronavirus autorizada por los socialistas en la Plaza de Colón y auspiciada por el cantante Miguel Bosé que, como es lógico, se quedó en casa. Su justificación por vídeo demuestra que necesita con urgencia tratamiento médico.
 
Pongamos el mundo a cero desde hoy antes que el cambio de rasante nos impida ver lo que hay al otro lado de la carretera. Tras el asesinato político de Cayetana, busquemos un pacto constitucional para evitar envenenar la convivencia. Tanto odio acumulado nos ha robado los sueños del peor verano y del peor otoño de nuestras vidas. Dividir, agitar y culpar a los otros. Ese es el denominador común de la política española
 
Manuel Vázquez Montalbán ofrece en su novela “Asesinato en el Comité Central” como fondo un riguroso paisaje político y en el horizonte un enigma del futuro de España. Hoy el fondo es más incertidumbre y el enigma más inseguridad. Solo un gobierno constitucional puede traernos la confianza y la garantía para salir de este tsunami. Y protegernos de esta plaga.
 
Ni Pedro ni Pablo, los inquilinos de La Moncloa, tienen derecho a ser felices una vida entera. Sobre todo, si es a nuestra costa. Insistimos: apostemos por un gobierno constitucional, aunque prediquemos en la mitad del desierto. Después de seis meses de pandemia cada vez el futuro llega antes y siempre nos pilla ajustando cuentas con el pasado.

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