Opinión

Barcelona, a por el talento

photo_camera barcelona-economia-mediterraneo

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el comercio y los flujos de capital se han liberalizado más que en cualquier otro momento de la historia, mientras que la movilidad humana sigue estando muy restringida. Sin embargo, en una economía del conocimiento global, los países que no compitan por trabajadores altamente cualificados se quedarán atrás.  

Ahora es el momento de aprovechar los beneficios de la movilidad del talento para que contribuya a la diversidad en la economía y a generar oportunidades de empleo que requieren a su vez de movilidad nacional o mundial. Mientras que la mayor parte del mundo desarrollado está envejeciendo, muchos países en desarrollo tienen una proporción cada vez mayor de jóvenes.

El talento sin fronteras crea valor. En un mundo impulsado por los flujos de personas, capitales e ideas este talento es el gran revulsivo para la economía, la creación de nuevas empresas y la internacionalización. En Estados Unidos, Canadá o Emiratos Árabes, donde conviven y trabajan diferentes nacionalidades, las empresas más exitosas son las que incorporan las influencias y valores de otras culturas, y permiten a un amplio espectro de personas participar activamente y aprovechar el potencial para sacar lo mejor de su diversidad. 

Sumar capacidades, creatividades y culturas genera sinergias y riqueza. Y al hablar de inmigración a menudo se olvida que la diversidad es lo único que todos tenemos en común.

Las ciudades deben emprender un proceso integral y continuo que comienza con la atracción de talento potencial, se centra en la retención de los mejores y asegura su desarrollo profesional sostenido. Solo resistirán aquellas ciudades que apuestan por crear entornos competitivos diferenciados, por innovar, por generar actividades de valor mientras facilitan redes y servicios logísticos eficientes y mayores niveles de satisfacción.

Barcelona aparece ya como destino para el talento internacional, y será sede de la Red Europea para la Retención de Talento Internacional (ENGAGE) desde 2023. La ciudad dispone de infraestructuras, una gran oferta hotelera, distritos de innovación útiles para la promoción internacional, y puede desarrollar una oferta que sea a la vez cuantitativa y de calidad. Pero debe consolidar y rentabilizar su marca y reputación y facilitar la atracción, llegada y retención de talento, empresas, centros académicos e instituciones internacionales, para beneficiar a la ciudad y sus ciudadanos.

La capital catalana ocupa una posición estratégica, y su modelo puede ser una referencia para el intercambio, el dialogo y la integración. Pero hay que consolidar la apuesta como ciudad plataforma y centro decisivo en el Mediterráneo. Para ello, es preciso aunar voluntades, y recursos y remar en una sola dirección.

Barcelona ha conseguido una transformación espectacular y un dinamismo que le ha valido el reconocimiento y la admiración a nivel mundial. Pero la carrera no ha terminado. Vivimos en un mundo complejo y la realidad muestra un aumento de la competencia internacional. Ignorarla sería muy peligroso. No se puede actuar como si el éxito dependiese de la historia o como si el futuro estuviese predeterminado por el pasado.