Crimen de silencio
El coronavirus nos tiene atrapados. Atrapados y sin salida. El mapa de inmunidad confirma que el virus chino tiene un recorrido infinito todavía. Se disparan el paro, los ERTEs y los autónomos no levantan ni las persianas ni la cabeza. Veintiún millones de españoles viviendo del Tesoro Público. ¿Hasta cuándo? El hambre acecha y ahí están el Banco de Alimentos, Cáritas y la Iglesia católica repartiendo comida a los más vulnerables con la solidaridad de muchos ricos y de la clase media cada vez más baja.
¿Dónde están las organizaciones humanitarias de izquierda? ¿Algún comedor social en las Casas del Pueblo, en las sedes de UP o en los batzokis del PNV? Nunca han existido porque la izquierda y los nacionalistas solo crean pobres (o extranjeros dentro de su propio país) para controlarlos. La historia del PER se agranda ahora con la Renta Vital.
La solución es simple: convivir con la COVID-19 y reactivar la economía –activar España- para no morir de inanición y de exceso de prudencia. Al tancredismo lo califican ahora de progresismo.
En el último sermón de La Moncloa, el presidente aseguró que no había Plan B. Tampoco un Plan A porque este Gobierno de becarios y PNN -salvo contadas excepciones- viven en el reino de la improvisación continua, cual Alicia en el País de las Maravillas. Apostó el jefe del mando único anticoronavirus por renovar el estado de alarma cada quince días para que el Congreso respaldara democráticamente su actuación, pero a la vista del abandono de sus socios de investidura, ahora quiere extender su cesarismo hasta finales de junio. ¿Por qué? Porque el día después –traicionando a Ciudadanos que ha pedido que se habiliten parlamentariamente los meses de julio y agosto- cerrará el Congreso y el Senado y tendrá luz verde para ejercer un despotismo cesarista hasta el otoño.
Gobernará, pues, por decretos-ley hasta que la gente se olvide de los muertos invisibles. Y, como ha señalado la vicepresidenta primera Carmen Calvo, sin cambiar de socios. El Plan B consiste en permanecer en el poder. Quienes no han sabido gestionar esta crisis sanitaria difícilmente solucionarán la crisis política, económica y social que ya está aquí. La mayor crisis humanitaria de nuestro tiempo.
Pedro Sánchez es el jefe de Gobierno que más poder ha acumulado y dilapidado en democracia. El virus chino le ha roto los esquemas de romper España solo y/o en compañía de otros (UP, nacionalistas y separatistas) y ahora camela a Inés Arrimadas para que le otorgue un triunvirato (PSOE, UP y golpistas) sin control parlamentario para que siga permitiendo una desescalada asimétrica donde siempre se beneficia al PNV. Ese PNV que mantiene sepultados los cuerpos de Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán en el vertedero de Zaldíbar desde el 6 de febrero. ¿Dónde están las televisiones que siguieron segundo a segundo la tragedia del pequeño Julen? Apesebradas. Hasta la UE le ha urgido a recuperar los cadáveres, pero se lo tendrá que pedir el papa Francisco. (Un abrazo eterno a sus familias y amigos)
Ahora sabemos que los expertos y los científicos que asesoran al Gobierno son funcionarios que no han emitido informes por escrito para justificar las decisiones políticas y los cambios permanentes de criterio del doctor Simón y del licenciado Illa. Informes hablados para que no quede constancia ni puedan pedirse responsabilidades. Y en todo caso, nunca son vinculantes. Seguimos sin saber, por cierto, sus nombres como exige la ley y sus currículums.
A pesar de las denuncias de los TSJ de Castilla y León y de Castilla-La Mancha, los mayores fallecidos en Residencias por coronavirus son un 90% más de los contabilizados. De ahí que los 27.321 muertos oficiales no se correspondan con los 40.000 sepelios registrados en los Juzgados. O los más de 50.000 sanitarios infectados. Seguimos encabezando el ranking mundial de marcadores negativos por población, pero el señor Sánchez sigue con su corbata roja hasta el homenaje en la III Fase.
Este equipo de Gobierno no ha dejado ver ningún cadáver y en cuanto se ha pasado a la Fase I, muchos ciudadanos vuelven a la nueva normalidad sin darse cuenta de la tragedia. Inconscientes, irresponsables y egoístas. Son los estragos de la LOGSE.
Algunos supervivientes alertan del peligro que supone este virus pero como el Ejecutivo protector nos ha evitado las imágenes fuertes -de familiares llorando ante los féretros y de los hospitales colapsados en sus UCIs- no hay conciencia colectiva suficiente para darnos cuenta de que la muerte está acechando al otro lado de la esquina.
El doctor Sánchez, comandante en jefe de la lucha contra la pandemia, silenció –mintió- con el número de muertos en Residencias; hizo lo mismo ante la CNN con el inexistente informe Jhons Hopkins y mantuvo sus mentiras a la OMS
¿Cuándo conoceremos las cuentas y las comisiones de las compras de material sanitario de empresas ubicadas en su mayoría en Barcelona? ¿Volvemos a los gloriosos tiempos de Filesa, Matesa y Time Sport? Más silencio, sí, al cerrar la web de Transparencia, y silencio absoluto cuando le preguntan si el Gobierno se va a bajar el sueldo en estos momentos de solidaridad. La respuesta es no. ¿Eres y ERTEs en política empezando por el Consejo de Ministros? Ninguno.
Las caceroladas sustituyen ya a los aplausos de los sanitarios. Y el Gobierno no está dispuesto a que le recuerden sus responsabilidades para salvar el 8M, punto de inflexión del coronavirus. Por mucha represión que se ejerza en el barrio de Salamanca en Madrid, tendrán que enterarse que, tras el estado de excepción, la gente (y los pijos) saldrán a la calle porque no cobran desde hace dos meses. El SEPE está cerrado por exceso de trabajo y falta de medios.
La gente está desesperada. Nada sabemos del regreso de los niños a la escuela ni de los adultos a los institutos y a la universidad, pero el ministro Manuel Castell se ufana de que “copiar bien” es “inteligente”, claro indicio de que el sectarismo no se cura viajando ni viviendo en Paris o en Berkeley.
El mando único imperial ha firmado con CEOE y sindicatos un acuerdo provisional para los ERTEs. Insuficiente para la gravedad de la crisis humanitaria que se avecina. Hasta la Benemérita informa que “puede haber un estallido social”. ¿Tampoco existe Plan B? Me temo que no.
“Hasta aquí hemos llegado”, le respondía Pablo Casado al doctor Sánchez tras anunciar que el PP votará no a un nuevo periodo cesarista. Quieren activar España con mascarillas obligatorias, huella digital de rastreo, una USE (Unidad Sanitaria de Emergencias) que actúe en todo el territorio nacional a imagen de la UME, depósito de material estratégico, una industria nacional y la creación de una Agencia Nacional de Salud Pública. Liquidez, fiscalidad, exoneración de impuestos, tarifa plana para autónomos y prolongación de ERTEs hasta diciembre. Objetivo: evitar el rescate. Punto este sobre el que el presidente guardó de nuevo silencio.
Decía que mucha gente está desesperada. Cuando ultimo esta crónica, la empresa japonesa Nissan ha decidido cerrar la factoría de Barcelona. 2.600 empleos directos y 20.000 indirectos en el aire. La producción se iría a Renault Francia. Los sindicatos no saben nada todavía. Ojalá sea una noticia falsa.
Poco importa por qué hemos llegado hasta aquí. Lo que interesa es el futuro. Y el futuro de la reconstrucción pasa por Patxi López, el ex lendakari al que le preguntaron en una entrevista sobre el Principio de Arquímedes y contestó: ¿Cuál de ellos? Su segundo es Enrique Santiago (PCE), asesor de las FARC en el proceso de negociación con el Gobierno colombiano que tuvo lugar en La Habana (Cuba). Con estas lumbreras pocos ‘pactos de La Moncloa (bis)’ pueden hacerse cuando ya han advertido que no permitirán abrir un proceso a la actuación del Gobierno por la COVID-19.
Los 46 diputados de la comisión son de mayoría gubernamental donde el sectarismo de la coalición y sus asociados alcanzan una absoluta imparcialidad. Necesitaríamos una neutralidad vigilante y una beligerancia moral que no acredita Patxi López, que gobernó Euskadi con el apoyo del PP y luego volvió donde solía: a posibilitar el regreso del PNV y a reanimar Bildu en Navarra.
Por si fuera poco, en contra de las decisiones de Bruselas, el ministro Illa confirmó que España –uno de los países con mayor potencial turístico del mundo-, exigirá una cuarentena a los turistas. ¿Del aeropuerto al hotel 15 días? Es el hundimiento del sector.
Nos quedaremos sin verano y sin viejos. Pablo Iglesias, como vicepresidente de Asuntos Sociales –o algo así- insultó en la Cámara Baja, como solo él sabe, a Vox al preguntarle por su actuación en las residencias de mayores. Ya no son fascistas sino parásitos, enfatizó copiando sin citar al dictador Fidel Castro. Podría haberse citado a sí mismo en un tuit del 18 de marzo de 2018, resucitado el pasado 2 de mayo en el que decía textualmente: “Los putos viejos no son mayoría social, son los únicos que no se abstienen por desgracia”. Y apostillaba: “Una victoria del PP no debe ser aceptada de ninguna de las maneras ¡Basta ya de tanto viejo decidiendo el futuro!”. Cuando cuente de verdad y sin trampas los viejos muertos (y muertas) desde enero se convencerá de que su victoria está más próxima en las urnas.
El cáliz envenenado del coronavirus no añadirá méritos de guerra al triunvirato Sánchez-Iglesias-Junqueras, apoyados por sus fieles escuderos Urkullu y Otegi. Pero sí agregará poder absoluto a un Gobierno absolutista que nos tiene en prisión preventiva desde hace 60 días con sus 60 noches.
Hace horas se han abierto los archivos vaticanos durante la II Guerra Mundial. El papa Pío XII se quedará sin subir a los altares porque con el crimen de su silencio no alzó la voz con suficiente energía cristiana contra Hitler aunque apoyó en la sombra a los judíos. El silencio en tiempos de guerra es un crimen.
Aquí, las mentiras y los silencios de este Gobierno, en especial con el recuento de víctimas y de sanitarios infectados son un crimen contra la verdad y contra la libertad. Claro que, La Última Hora –título plagiado a un diario mallorquín- ya ha llegado con la musa de Podemos Dina Bousselham anunciando ‘urbi et orbi’ que “en tiempos de bulos y desinformación, es más necesario que nunca defender una información veraz, libre y valiente”. Apaga y vámonos. Sed bienvenidos.
Ya verán como a este digital podemita –que no firma sus crónicas- no le faltará dinero público para intimidar a la prensa y a los periodistas libres. Por mucho silencio que el Gobierno social-comunista arroje sobre las tumbas de los muertos invisibles, los ciudadanos decentes no perdonaremos ni olvidaremos nunca este asesinato colectivo a la libertad y a la transparencia.
Antonio Regalado dirige BAHÍA DE ÍTACA alojada en
aregaladorodriguez.blogspot.com