Cuatro años infinitos
Siempre habíamos creído que las cosas interesantes sucedían lejos de casa; estábamos equivocados. El régimen sanchista en menos de 1.500 días -pandemia mediante- ha cambiado nuestras vidas y haciendas. En busca del tiempo perdido, -que Proust nos asista-, encontramos heridas en todos los frentes. Durante este cuatrienio “meganegro” casi todos los organismos del Estado han sido tocados y algunos hundidos.
El coronavirus se ha llevado por delante a 140.000 personas. Que Dios los tenga en la gloria. El fiscal Navajas antes de jubilarse rindió un gran servicio a Lola Delgado y a su jefe directo, el presidente Sánchez. Todos los miembros del Ejecutivo quedaban exonerados de responsabilidad durante y después la tragedia.
A golpe de decreto-ley, la coalición social-comunista ha gobernado como si no hubiera mañana. El Alto Tribunal declaró anticonstitucionales los dos estados de alarma, la cesión de competencias a los Tribunales Superiores de Justicia de las Comunidades Autónomas - “el Poder Judicial no es cogobernante”, y el cierre del Congreso de los Diputados neutralizando a toda la oposición. A pesar de las palizas televisivas bolivarianas a las que nos sometió ora en las comidas ora en las cenas, el doctor no fue capaz de decirnos ni una sola verdad. El vocero oficial Fernando Simón- “en España habrá a lo sumo uno o dos casos de COVID”-, después de doscientas mentiras consecutivas tuvo que admitir ciento cincuenta noches después que el consejo asesor que dictaba las medidas técnicas al Gobierno nunca existió.
Para el sin par líder, los cuatro años de gestión tras la moción de censura, se resumen en dos palabras: España avanza. De tanto subir al Falcon, el inquilino de la Moncloa observa desde el cielo “un Gobierno ejemplar que respeta la decisión de poderes y prestigia las instituciones”. ¡Manda trillos! Sin duda, vive en otro país. Por eso no puede salir a la calle ni a comprar el pan.
Desde que se encamó con Iglesias, solo ha sido certero en la propaganda. Y en okupar precisamente las instituciones. Todas. Ahí están los ejemplos de RTVE, Fiscalía General, Abogacía del Estado, CGPJ, Tribunal de Cuentas, T.C., Defensor del Pueblo, Ejército, Guardia Civil, Policía Nacional, FEMP, Correos, FEF, m.c.s. públicos y privados, ONGs, Real Academia Española de la Lengua, colegios profesionales… Con un Ejecutivo descomunal, Moncloa se ha convertido en la mayor oficina de empleo de la democracia. Sánchez ha colocado a todos los amigos -con título o sin bachillerato-, y sin límites de sueldo.
El Dr. Sánchez Pérez-Castejón calificaba a sus ministros y a sus socios parlamentarios de “equipo 10”. Sin duda. Ya hemos visto la división con la OTAN, con la invasión de Ucrania por Putin, con la Ley Audiovisual o con el Sáhara Occidental. Su dependencia de ERC, Just, PNV, errejonistas y Bildu explica cómo y cuánto se ha doblegado desde el minuto uno para conservar el poder y el pesebre. Una sumisión medieval.
Ministros como Marlaska o Robles han sido los mayores verdugos de las víctimas del terrorismo y de los agentes del CNI. Pegasus ha puesto de manifiesto que estos dos jueces son unos lacayos con alma de esclavo, como nos enseñó Marcelino Camacho. Mientras el primero defenestraba a las cúpulas de la Benemérita, de la PN y dejaba desamparados a los agentes en Ceuta, Melilla y el Campo de Gibraltar, la señora Roblespierre decapitaba sin piedad a la ejemplar funcionaria Paz Esteban. Pero fue el propio Sánchez tras un prolongado silencio, quien ejecutó a la jefa de los espías, alegando fallos de seguridad que corresponden a su valido favorito Félix Bolaños. “Los indultos se han concedido por una causa mayor”, enfatizaba este sirviente monclovita después de que le humillasen en la Generalidad cuando fue a disculparse por las escuchas. ¿Hay causa mayor que el cumplimiento de la ley?
Era una victoria más para el independentismo y para los herederos de ETA. Habló el obispo Junqueras, difundió la consigna el diario oficial de la Moncloa, se cabrearon por separado Puigdemont y Aragonés y nuestro valeroso presidente se rindió sin condiciones echándole la culpa al juez del Tribunal Supremo que autoriza las actuaciones motivadas al Centro Nacional de Inteligencia. Merece una medalla pensionada por su heroísmo. La respuesta fue inmediata: “Los jueces de control del CNI ni fijan los objetivos a investigar ni son informados de los espionajes”. Juzguen ustedes.
Lo más virtuoso de su comparecencia en el Congreso fue sin duda la concesión que le hizo a Rufián: “Señoría, yo también he sido espiado”. ¡Qué pena tan grande!, diría Sabina. Sánchez es un camaleón como el Zelig de Woody Allen. Nada sabía de las escuchas a los golpistas. Era el momento de transformase en cordero para que los lobos separatistas y proetarras le sigan votando el resto de la legislatura y aumentar así el nivel de chantaje. En vez de desmontar el complot urdido en Barcelona y Toronto se limitó a atacar a la oposición llamándoles “mangantes”.
A los policías que defendieron la Carta Magna en Cataluña cuando declararon la independencia, los llamó “piolines”. Nadie insulta como el secretario general del PSOE. Pero a la vez se presenta como el campeón del diálogo. Quiere decir del monólogo.
Porque para decidir sobre el ingreso ilegal en España de Ghali o la carta clandestina a Mohamed VI no consultó ni a su Gobierno ni a sus ministros de Asuntos Exteriores. Y tampoco al Parlamento. Claro que solo a nuestro Klemens von Metternich se le ocurre decir en Kiev a Zelenski, -¡gloria por sus 100 días de lucha contra el invasor ruso!-, que España acababa de enviar “un barco con armas a Polonia para ayudar al pueblo ucraniano. Y daba el nombre del buque y la hora de llegada a puerto. Un estratega.
Ahora que sus putinejos podemitas quieren boicotear la cumbre de la OTAN en Madrid, podía exigir a sus socios atlánticos que, al ampliar el paraguas defensivo hacia el Sahel, incluyeran las ciudades de Ceuta y de Melilla. Eso sería patriotismo constitucionalista, a ver si se van del Gobierno de una vez sus compañeros de viaje. Ni eligió a los ministros de Podemos ni los puede quitar. Un presidente atado de pies y manos.
Veinticuatro horas antes de su cuarto aniversario, el gobierno catalán promulgaba un decreto (Ley Habilitante) para anular la sentencia del TSJC que obliga a impartir el 25% de clases en español. Con la anuencia del PSC de Salvador Illa. ¿Cuál ha sido la respuesta gubernamental? Ninguna. Sánchez mirará para otro lado, prometió no llevar al Constitucional ninguna decisión de ERC/Junts y el consejero de Educación, apoyado por la iglesia catalana, -¡que ardan en el infierno-, se ha envalentado diciendo que ni un paso atrás. ¿Cómo van a respetarnos en Europa si nosotros no respetamos nuestras leyes? Esperemos que algún día algunos hombres buenos cambien los delitos de cárcel que nadie cumple, por una simple ley orgánica que consagre la inhabilitación política y económica permanente para todo cargo público que no prometa la Carta Magna o ataque la unidad de la Nación.
La desobediencia en el cumplimiento de la ley es el mayor delito en democracia. Y Sánchez desde hace tiempo lidera el golpe de Estado en Cataluña. A decir verdad, a Sánchez con su cara marmórea, siempre le ha faltado el último golpe. Y cuando se vaya dejará el procés peor que cuando lo encontró. El apartheid nacionalista, un verdadero terror en las aulas y en la sociedad civil, impedirá que el sanchismo persiga a Puigdemont por su posible relación con el Kremlin y sus conversaciones para crear una República Democrática catalana con criptomonedas y mucha mafia del este. Este golpista cobarde y traidor llamó en el sur de Francia a combatir contra el “Estado opresor” (España) que le paga 114.000 euros como expresident, escolta y secretarios. No hemos aprendido todavía que Roma no paga traidores.
No olvidamos el escándalo de las maletas de Delcy/Ábalos ni el pacto con Otegui, entregándole Navarra y apoyando a los herederos de ETA a expulsar al PNV para cogobernar el País Vasco. Esta es la democracia armada con propaganda y republicanismo fervoroso de Largo Caballero para instaurar la III República una vez alejado Juan Carlos I y arrinconado en la irrelevancia el jefe del Estado, Felipe VI. Especialmente porque el pueblo conecta con los Reyes. El objetivo es cargarse la Transición. Y en eso siguen.
Este es el Gobierno más opaco. Ha transgredido más de 1.200 veces la Ley de Transparencia. España ha retrocedido en libertad de prensa. Incluso propuso a la Guardia Civil que protegiera la imagen del régimen sanchista para borrar su imagen esquiva de la COVID-19. Ahí lo dejo.
Los andaluces tienen cita en las urnas el 19-J. Hasta allí se han acercado Sánchez y Lastra para acusar al PP de corrupción. Hay que tener bemoles para hablar de este asunto de Despeñaperros para abajo cuando dos presidentes del PSOE (Chaves y Griñán) se encuentran en capilla esperando una sentencia poco edificante por malversar el dinero de los parados, en compañía de UGT y de CCOO que se atiborraban de mariscadas. Y aún quedan varios procesos en los tribunales. (Puertos de Mallorca, Francina Armengol y familiaXimo Puig, etc.).
Como el dóberman de la derecha y de la extrema derecha ya no cuela, ahora se acusa a VOX de recibir oro de Moscú. Es lo mismo. Los ganaderos, los labradores, los taxistas, los camioneros, los cazadores y los autónomos están hartos de que el sanchismo haya pisado sus sueños. Los sondeos -incluso el CIS de Tezanos- da por buena una mayoría muy amplia del PP y VOX. El candidato Juan Espadas posiblemente se quede por debajo en votos y escaños que Susana Diaz. El PSOE andaluz sufrirá en sus carnes las políticas sectarias del economista Sánchez.
Juanma Moreno y Macarena Olona están condenados a cambiar este ciclo social-comunista. Andalucía es un ensayo general con todo de cara a los comicios regionales, locales y generales de 2023. Con una coalición rota, soldada a fuego por el nepotismo, nuestro héroe se refugia en la UE.
Las urnas precipitarán el desgaste de un gobernante que vive de espaldas a la realidad. Más dura será la caída, aunque nos arrastre hasta el fondo del abismo.
Si el ambiente político sigue encanallado, la economía española bate récords de incertidumbre. Datos: desde enero han desaparecido en nuestro país 37.000 empresas. Están asfixiadas por el aumento de costes. El déficit de la Seguridad Social (68.000 millones) es insostenible. La deuda roza el 130% del PIB (1,5 billones de euros). El crecimiento es raquítico. Mantener ligadas las pensiones a la inflación (8,4%) es un suicidio. El gasto público aumenta 210 millones al día. Un derroche. Jamás habréis oído a esta tropa gubernamental hablar de contener el gasto público. Si la ruina económica nos acecha al otro lado del verano, en el terreno de la ética estamos peor que nunca. Dependemos hasta para respirar de sanchistas, incompetentes, rufianes, errejones, oteguis, monteros (mj e irene), belarras y nadiuskas calvinistas.
La vicepresidenta nos mintió en el presupuesto y sigue sin explicar la ejecución de los fondos europeos, aquel maná de 144.000 millones que solo el comisionista de su marido sabe a dónde han ido a parar. Mejorando la villanía de su jefe de filas, Calviño acusó a VOX en sede parlamentaria de querer repartir armas a los ciudadanos tras la masacre de Uvalde, (Texas, USA). Era mentira, pero todo vale. Mienten sin necesidad. En esta actitud tan agresiva, Yolanda Díaz, ataca con desmesura y sin razón al Banco de España y a Feijó por los ERTES y los fijos discontinuos. Cuando ella no sabe ni lo que es un ERE. Y esta lumbrera es la esperanza blanca trasversal de la izquierda.
Estos cuatro años han sido infinitos. Las leyes de género -consagran la desigualdad de todos los españoles- han terminado indultando a dos mujeres (Juana Rivas y María Sevilla), condenadas por secuestro y malos tratos a sus hijos y modificando las sentencias de los jueces. La imputación de Mónica Oltra por encubrir las violaciones de su marido es otro ejemplo de la doble moral de comunistas y socialistas. El secuestro de las aulas se recrudece con los nuevos textos de la LOMLOE, verdaderos lavados de cerebro a la adolescencia. Ayuso ya ha acudido a los Tribunales. Excelente. La carga ideológica podemita es propia del lenilismo revolucionario. Una muestra: la democracia plena en España se representa con las fotos de Sánchez, Oltra y Albert Rivera. No digo más. A la crisis económica se suma una crisis moral y de valores sin parangón en nuestra historia. Con Sánchez y asociados no se pueden firmar pactos de Estado porque la involución política nos retrotrae ya noventa años.
El rearme moral es urgente. Y sin batalla ideológica y cultural no se conseguirá. Baste reseñar que el PSOE llevará esta semana al Congreso una iniciativa-trampa para que el PP vote un cordón sanitario contra el partido de Santiago Abascal. Solo falta incluir que a los voxeros se les identifique con una estrella de David verde en el brazo izquierdo. Los socialistas ven la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el suyo. (San Mateo, 7, 3-5 y El Quijote (II 43).
Insisto: cuatro años infinitos en el desierto sanchista con dos destellos de esperanza que asaltaron los cielos de París: las 14 Copas de Europa del Real Madrid de Florentino y el 14/22 de Rafa Nadal. El Rey estaba allí. Marca España.
Antonio REGALADO dirige BAHIA DE ITACA en: aregaladorodriguez.blogspot.com