Cuenta atrás
Dentro de cien días las urnas se abrirán de par en par a las ocho en punto de la tarde. Comienza el recuento de las elecciones locales. Después, las autonómicas. Del resultado conjunto dependerá si hay una alternativa clara al sanchismo. Será la primera vuelta para un cambio moderado en diciembre o el apuntalamiento de un régimen que nos conducirá a una España plurinacional sin que sepamos qué es eso exactamente.
Paradójicamente, el futuro depende del millón y medio de votantes del Cs que puedan sentirse huérfanos tras los cambios en la cúpula y de los 750.000 electores decepcionados del PSOE que no soportan ya más las imposturas y mentiras de don Pedro Sánchez.
Por lo demás, se cumple un año de la invasión de Ucrania por Rusia, Turquía y Siria se hermanan en el dolor tras reventar las entrañas de la tierra y Nicaragua expulsa de su patria a los luchadores por la libertad. Comenzamos.
Este es el escenario de la batalla electoral. El Tribunal Supremo, por unanimidad, consagra que, tras la supresión de la sedición, España está desarmada e indefensa. Jurídicamente. Primera emergencia nacional.
Mañana mismo, el Parlament puede declarar la independencia de Cataluña sin que se cometiera delito alguno al no haber existido violencia callejera. Sería como una violación consentida, un vacío legal premeditado, una doble prevaricación gubernamental y parlamentaria, al por mayor.
El juez Pablo Llarena frena la malversación —ningún partido ha exigido que se devuelva el dinero robado— y Junqueras puede ser inhabilitado hasta 2031 en contra de los designios del Ejecutivo, del ilustre jurista Patxi López y del honorable Aragonés. Puigdemont ríe a mandíbula batiente.
A pesar de que el valido Bolaños haya declarado solemnemente que el “proceso” ha terminado, los manifestantes separatistas contra Sánchez y Macron en Barcelona le recordaron lo contrario: ERC, que gobierna la Generalidad con Illa-PSC de palanganero, advirtió hace unas horas: “Somos aún la principal amenaza contra este Estado”. La misma amenaza que Bildu y el corrupto PNV que exige abolir el Art.155 de la Constitución.
El mismo día que estalló el Barçagate, el mayor escándalo deportivo del futbol español, Irene Montero ascendía a los cielos del Time como la mujer más progresista y feminista de Europa por sus éxitos de la Ley Sisí, la del Aborto y la Ley Trans. Todo en la misma semana parlamentaria. Cual Evita Perón quedó inmortalizada en las escalinatas del Congreso con los leones como testigos.
Los “efectos indeseados” se traducen en estas cifras: 568 agresores sexuales, violadores y pederastas han visto rebajadas sus penas y 48 de ellos ya están en la calle. Tres meses después de proclamar que esta ley sería un ejemplo para el mundo, el presidente se rasgaba las vestiduras. “La ley ha causado un problema… y me quedo corto; ahora buscamos la solución”.
Escucho un reportaje de Erik González, sin complejos en EsRadio donde en 5 minutos y 14 segundos desmiente todas las mentiras del presidente, de las vicepresidentas, de las secretarias de Estado y de la ministra Montero. Magistrados, expertos, letrados de ambas Cámaras y hasta la consejera de Bienestar Social de Castilla-La Mancha en persona advirtieron a Doña Irene que el agujero negro de la unificación de delitos tendría graves consecuencias para las excarcelaciones de delincuentes sexuales. Así es que no sigan diciendo que no lo sabían.
Con la soberbia infantil a cuestas, la ministra de Igualdad adelantó que no saldría nadie a la calle y que la culpa era de los jueces y juezas machistas. Necesitaban un cursillo de idoneidad para interpretar la ley como exigía Patxi López. La norma Sánchez-Montero pasó el “nihil obstat” del ministro Campos, hoy elevado a los altares del Tribunal de Garantías, pero no las reticencias de Carmen Calvo que le costaron 600 euros.
Con 338 delincuentes sexuales beneficiados por la Ley Sisí y con 15 en las calles a 31 de enero, el conteo diario de la prensa sobrepasa la demoscopia del CIS. La opinión pública se harta de la demagogia, Algunas víctimas deciden exigir indemnizaciones al Estado. Y Justicia, Igualdad e Inclusión Social responden con el silencio. He ahí la verdadera protección a la mujer.
Las tensiones Podemos-PSOE son una farsa porque nadie hace públicos los documentos de la negociación. Y, sobre todo, porque nadie será cesado ni dimitirá. A tragar desde la moqueta y la poltrona. El mal está hecho y ni la contrarreforma acabará con este regalo envenenado por la incompetencia el fanatismo de la coalición.
El funambulismo de Podemos ha aplazado el parcheo hasta al siete de marzo para ganar la calle el día después. Poco importa el dolor de las víctimas y el de sus familias. Lo que cuenta es acaparar la foto del 8-M.
Este coladero antipunitivo —¡to er mundo es güeno!— tendrá una gran repercusión en la campaña electoral del 28 de mayo. La gente sabe contar. Tampoco olvidará los 48 asesinatos de mujeres del pasado año, solo 4 de ellos con protección policial.
A pesar de los martes milagrosos —todos los Consejos de Ministros serán una siembra constante de millones empezando por las becas (2.750 millones) para el próximo año—, no podrán olvidar este racismo genético que crispa desde el poder a toda la sociedad española.
La “diarrea legislativa totalitaria” (amnistía, sedición, malversación, aborto, protección animal, Ley Sisí, Ley Trans, Vivienda, Secretos Oficiales, Seguridad Ciudadana, Educación, Universidades… sin olvidar los Reales Decretos-Ley, configuran una nueva pantalla que solo podemos cambiar nosotros con la fuerza de nuestros votos en la mitad de la primavera.
Ya sabemos que el nasciturus no tiene ningún derecho desde que el nuevo TC lo pilota Conde Pumpido. El aborto hay que decirlo alto y claro no es un derecho. Si lo fuera, se podría abortar hasta el día antes de la gestación. Y no se regularía por plazos. Y la libertad otorgada a las jóvenes menores de 18 años que pueden abordar sin contárselo a sus padres, aunque no puedan ni comprar tabaco, denota que la ingeniería social de la izquierda funciona desde ZP.
La Ley Trans es la más peligrosa de todas. Sus efectos son irreversibles. La autodeterminación de género es un fracaso en los países que lo han puesto en marcha. A la primera ministra escocesa le ha costado la dimisión. Y Reino Unido tiene juicios de personas amputadas legalmente que demandan indemnizaciones millonarias por haber visto destrozados sus vidas para siempre. Este goteo malayo llegará un poco tarde, pero llegará.
Es obvio que los animales no pueden tener derechos porque no tienen deberes. Los castigos por matar una rata en casa, con una escoba o a cañonazos, son tan desproporcionados que cuesta creer que esto haya sido elaborado por diputados electos por el pueblo soberano.
Montero y Belarra —las dos joyas de la corona bolivariana— son tan responsables de sus políticas como la persona que les protege, el presidente Pedro Sánchez Pérez-Castejón.
He aquí el evangelio según Podemos: la ley de protección al menor consiste en abortar; la de protección animal en castrarlos, la de protección al mayor en la eutanasia y la de protección a la mujer, soltar violadores.
Antes de votar no olviden que esta legislación social-comunista, separatista, nacionalistas y bilduetarra es un retorno a lo peor de la II República. No existió ningún momento luminoso del 31 al 39.
El siguiente hilo como se dice ahora es el plano económico. La inflación sube que es una barbaridad. Solo Calviño dice que ella nota la rebaja del IVA en la cesta de la compra, pero no nos dice a qué supermercado va no siendo que sea Mercadona y Joan Roig deje de ser un “capitalista despiadado”.
Belarra y Echenique insultan como nadie, aunque a ellos lo que les pide el cuerpo es intervenir el mercado. Como en Venezuela y Cuba. Tienen un ejemplo próximo: Sánchez despreciando a Galán y a Botín.
La deuda española ronda los 1,5 billones. Y la Seguridad Social se ha gastado más de 75.000 millones en los cuatro años de mandato sanchista. Doscientos quince autónomos se dan de baja desde el uno de enero. Y cuatro de cada diez jóvenes sin empleo en la CE son españoles. Las hipotecas al 3,4%. Y siguen hacia arriba.
La economía macro parece que va bien. Llegar a final de mes es una odisea. La compra de coches, el indicativo que mejor revela la esperanza de la gente corriente, se ha contraído casi un 14% en 2022. Si a ello se suma que en 2035 la UE prohibirá los coches de gasolina y de gasoil y que en el 2040 el 85 de los camiones deberán ser eléctricos, será difícil entender qué mundo nos espera porque no tiene ninguna lógica. ¿Circularán por la noche los camiones por las vías del tren?
Demasiados molinillos asesinando animales que incendiarán los bosques abandonados. ¿Cómo se reciclarán las baterías y las palas gigantes ahora que ya se pueden reutilizar los residuos radioactivos de las centrales nucleares de quinta generación? La subida de los alquileres y de los pisos son la tercera preocupación tras empleo. El pequeño comercio languidece. No existen muchos motivos para la esperanza pese al optimismo gubernamental.
Las mujeres de negro del Parlamento Europeo llegaron a Madrid para saber en qué y dónde se han invertido los primeros 9.000 millones de euros de los fondos europeos. Nadie lo sabe. Y Calviño ya ha trasladado la corresponsabilidad a las Comunidades Autónomas.
Pero el Parlamento manda poco. Manda la Comisión y en especial Úrsula von der Leyen, la gran protectora de nuestro presidente. Acaba de firmar un tercer cheque de 6.500 millones. Ya van 23.000 desde el pasado año sin una sola comparecencia en el Parlamento. Y luego se les llena la boca de transparencia.
Aprendimos con el presidente Adolfo Suárez —lo traemos una vez como referente moral— que “democracia es saber a dónde va a parar cada peseta del contribuyente”. Y lo digo tanto por los Fondos Next Generation como por los escándalos del PER, Aquamed, Azud, Barçagate-Negreira o la vertiende canaria, con senador socialista y general de la Guardia Civil detenidos.
Lo de Bárcenas y el Bigotes era un juego de Monopoly comparado con las tramas de corrupción socialista en la Comunidad Valenciana, Aragón, Andalucía, Canarias, el FC Barcelona o el silencio del Consejo Superior de Deportes o la Federación Española de Fútbol, todas las instituciones en manos del PSOE o del PSC. ¿Algo que declarar, don José Manuel Franco? ¿Conocía usted las andaduras del exbarcelonista y diputado socialista Albert Soler?
Me alegra que al menos uno de los 25 condenados por el robo de los 640 millones de los EREs haya solicitado ya la rebaja de penas por malversación. ¡Qué gran desfile en la Feria de Abril! El beneficiario asegura que siempre trabajó para el régimen socialista andaluz. Ya llegarán las peticiones de la Gürtel.
Quizás coincidan conmigo en que ahora más que nunca la corrupción está en el centro de nuestras vidas. Hasta los ladrones son corruptos.
A nuestro presidente el Falcon le queda como un guante. Con o sin gafas de aviador, Pedro Sánchez brilla en todos los lugares, aunque confunda Senegal con Kenia. Viaja con el mismo entusiasmo a Líliput que a Brobdingag, Laputa Barnibari, Japón o al país de los Houyhnhnms. Jonathan Swift, escribió “Los viajes de Gulliver” en 1726 pensando en nuestro primer ministro. De los últimos 15 viajes oficiales, el de Marruecos a principios de este mes fue el más comprometido. Ahora prepara la presidencia europea de España para junio de este año. Magnífica ocasión para pasearse como candidato a las generales de diciembre.
No tiene mucho fundamento que algunos tertulianos adelanten que no será la cabeza de lista del PSOE. Sería el suicidio del partido. Y el pálido siempre es primero. Sus ambiciones de poder durarán hasta que pierda en las urnas y no pueda formar gobierno. Es cierto que los comicios autonómicos y locales le van a robar mucho tempo porque las quinielas están en tablas en seis regiones. Y la Ley Sisí está desestabilizando su agenda. La opinión pública cuenta uno a uno a los beneficiarios de Sánchez-Montero. El presidente, cuando se pone en modo institucional, proclama: “Yo siempre doy la cara”.
No es correcto. Cuando surgió el problema de la sedición, estaba en África; cuando lo del “sí es sí”, en Marruecos y cuando lo de la Ley Trans y el aborto en Austria. Esa es la verdad.
Un hombre nunca va tan lejos como cuando no sabe dónde va. Y Sánchez con sus cambios de opinión, nos desconcierta a veces.
El presidente no puede destituir a los ministros de Podemos —es rehén de su compromiso con Iglesias— pero podría al menos exigir que se rebaje la tensión ante la primera vuelta de los comicios. Internamente en el Consejo y con la oposición. En todo caso, a Sánchez que interactúa siempre por motivos políticos y sin empatía alguna, habría que aplicarle el primer punto de las leyes de la robótica: “Los robots deberán tener un interruptor de emergencia”. De don Pedro lo mejor es lo que no se comprende.
Seguir las andanzas de Yolanda sola o en compañía de Colau, Oltra, Armengol, Echenique, Belarra o Irene Montero es todo un tratado de filibusterismo político. Si visita en la Ciudad Condal a la alcaldesa no fue para pedirle que no rompa relaciones con Tel Aviv sino para incitarla a que Cataluña llegue “hasta donde tenga que llegar”. Con Oltra en el paro se ha estropeado la foto de Sumar. Con los líderes de Podemos —recordemos que la vicepresidenta segunda sigue militando en el PCE— mantiene una ambigüedad calculada. Nadie sabe cuál es el espacio y la ideología de Sumar, pero Tezanos ya le augura medio centenar de escaños. Siempre es la estrella más deseada.
Ella siempre pide calma, serenidad, no meter ruido y unidad para la coalición (la del Gobierno y la de las izquierdas bolivarianas).
Su trayectoria es un zigzag que pasa por cebar a los sindicatos, insultar moderadamente a la Patronal, escabullirse de dar la cifra de los fijos discontinuos para que el porcentaje no supere el 15% del paro y esperar órdenes de su jefe directo Pedro Sánchez, para dejar descolgada a Podemos de cara a estos comicios y a las generales de diciembre. Me recuerda a los democristianos de la UCD, salvando las distancias del talento: ni una mala palabra ni una buena acción. Ahora quiere hacerse más famosa aún con su despido reparativo. Una especie de jubilación para CEOs.
Yolanda y su cesta de la compra no parece que vayan muy lejos tras la intervención sensata del ministro Planas con las distribuidoras, los consumidores y usuarios. Buscando un símil —dicho sea, sin ánimo de ofender—, Yolanda Díaz es como el dodecaedro romano; dos mil cien años después de inventarlo, nadie sabe para qué sirve. Su espacio político no es dónde va, es dónde vuelve. La veo como a Mel, el personaje de la película de Woody Allen “Desmontando a Harry”. Siempre está desenfocada.
Entramos en el segundo año de la guerra más violenta y cruel de todos los siglos. La invasión de Ucrania. Las bombas rusas de hoy son mil veces más mortíferas que las de la II Guerra Mundial. La crueldad del Kremlin no tiene nombre. Es un genocidio. La UE y la OTAN no pueden mirar para otro lado. Washington y Londres siguen ahí, empujando. La visita de Biden, oportuna y esperanzadora.
Zelenski y el valiente pueblo ucraniano son el camino para la libertad permanente. Kiev necesita Leopards y F-35. Las guerras solo se ganan con dinero. Los ucranianos están salvándonos del nuevo nazismo soviético. Si Rusia decide en las próximas horas anexionarse Bielorrusia y Abjasia del Sur, Europa debe estar preparada para lo peor. ¡Gloria a Ucrania!
Cuando todo parecía que iba mal, tembló la tierra en Turquía y Siria. Nunca iremos a Éfeso. Casi 50.000 cadáveres recuperados. Una tragedia. Hay que multiplicar la solidaridad con estos dos países. Hablamos de personas que tienen hambre, sobre todo hambre. Y mucho frío.
Y esta Bahía de Ítaca no podía olvidar a los 200 nicaragüenses expulsados de su tierra por el tirano Daniel Ortega y su tirana señora. La iglesia católica, ejemplar. Asuntos Exteriores ha dado un gran paso para otorgarles la nacionalidad española. Pero, a la vez, hay que condenar y aislar con energía al régimen totalitario que, al igual que en Cuba, ha acabado con todas las libertades.
Desde hace años tengo predilección por los trenes de vía estrecha. Un llavero de FEVE me ha acompañado durante más de cuatro décadas. Regalo de mi querida colega Aurora Moya, otrora Dircom de la compañía. Lamento profundamente el retraso generado por los trenes que no entran por los túneles del Cantábrico. No es un error. Es un síntoma de la ineficacia de este Gobierno. Por lo visto, las vías proyectadas tampoco se correspondían con el ancho. Lógico, porque FEVE llegó a tener hasta cinco anchos de vía: 1.435 mm, 1.062mm. 1.000 mm, 915 mm y 750 mm.
Cuando cerraba esta crónica, saltó la noticia; las dimisiones del presidente de Renfe, Isaías Taboas, y la de la secretaria de Estado Isabel Pardo de Vera. David Lucas será el número 2 de Transportes y Raúl Blanco nuevo presidente de Renfe. Don Isaías era historiador. Del PSC, naturalmente. Y también nos llega la detención del senador socialista canario señor Fuentes. Ahí lo dejo. No olviden que estamos en la cuenta atrás. Su voto puede cambiar nuestras vías y nuestras vidas.
Antonio Regalado dirige el blog Bahía de ítaca.