Después de más de medio siglo de la primera edición del Foro Económico Mundial (FEM), concretamente en 2023, su 53ª edición se desplegó y reunió de nuevo a una parte importante de las personalidades de los ámbitos político, económico y financiero, mediático y otros o, dicho brevemente, a la plutocracia del planeta y sus sectores conectados.
Recuerdo que, si no hace mucho, en el FEM Davos 2020, su fundador, Klaus Schwab predicaba el "Great Reset", este año el tema era "La cooperación en un mundo fragmentado", reconociendo así, al menos en parte, el fracaso de las hipótesis 2020.
En realidad, la reunión tuvo lugar en un contexto de acontecimientos marcados por el pesimismo, entre los que cabe mencionar la caída de las bolsas mundiales a finales de 2022 en casi un 20%, mientras que la pérdida total de los mercados ascendió a 30 billones de dólares, la mayor caída desde 2008. Las previsiones para 2023 tampoco son optimistas ya que se evalúa un descenso del crecimiento mundial marcado por la inflación, una mayor volatilidad de los mercados en un contexto de conflictos poco propensos a evolucionar hacia una solución negociada.
Los principales temas del Foro fueron: la lucha contra el calentamiento global y el cambio climático, el conflicto en Ucrania y las desigualdades económicas.
Creemos que cada vez es más evidente que la agrupación de Davos persigue la consecución de su propia agenda para el siglo XXI, ya que los temas expuestos como nobles propósitos esconden en realidad otros intereses.
Si hablamos de desigualdad económica, creemos que cada reunión de Davos marcó una profundización de las desigualdades. Un ejemplo es el hecho de que sólo entre abril y julio de 2020, la riqueza de los casi 2.200 multimillonarios del mundo aumentó un 27,5%.
Según datos públicos de Credit Suisse, entre diciembre de 2019 y diciembre de 2021, de los 42 billones de dólares de nueva creación en la economía mundial, 26 billones (63%) pertenecen al 1% más rico de la población mundial, mientras que los 16 billones restantes (37%) pertenecen al 99% restante. Desde 1995 hasta ahora, la riqueza de las personas más ricas del mundo ha aumentado entre un 6 y un 9% anual (al menos el doble del crecimiento medio mundial), con la salvedad de que en 2020 será mucho mayor, como ya se ha mencionado.
En cuanto a la lucha contra el calentamiento global y el cambio climático, expresamos nuestra reticencia respecto a la preocupación real a este efecto por la que Greta Thumberg fue encontrada como figura icónica. ¿Cómo es que fue elegida como símbolo de un mundo menos contaminado?
Según una investigación de Oxfam publicada el 8 de noviembre de 2022, la contaminación anual producida por un multimillonario es un millón de veces mayor que la producida por una persona perteneciente al 90% de los más pobres del mundo.
¿Qué esconde la afirmación de que las flatulencias bovinas provocan un aumento importante de las emisiones de CO2 o el llamamiento de uno de los directivos de Siemens para que mil millones de personas dejen de comer carne (cuando con toda seguridad mil millones de personas en el mundo no comen carne mientras 20 millones de personas mueren anualmente de hambre)? ¿Qué conseguirá la Unión Europea si reduce las emisiones de carbono como se ha propuesto, cuando eso representa un porcentaje ínfimo de la contaminación mundial? No creemos que sea un ejemplo a seguir.
El secretario general de la ONU, António Guterres, en su intervención en Davos evaluó que "la frustración y la ira por un sistema financiero en bancarrota moral en el que las desigualdades sistémicas están amplificando las desigualdades sociales... nos enfrentamos a los niveles más graves de división geopolítica y desconfianza en generaciones".
En cuanto al conflicto en Ucrania, es menos probable que termine en 2023, pero esperamos que puedan crearse las condiciones para que las negociaciones de paz comiencen en la segunda mitad del año. Dado que la guerra es la industria de éxito de nuestro tiempo, deberíamos esperar que después de los beneficios de las grandes farmacéuticas, las grandes corporaciones productoras de armas reclamen también las ganancias.
La guerra en Ucrania fue desencadenada por el error de juicio de Rusia con respecto a la situación interna de Ucrania y su apuesta por una pálida reacción de la Unión Europea y Estados Unidos. El conflicto de Ucrania es más que un conflicto político, es más que un conflicto dominado por intereses económicos y, a un nivel más profundo, tiene dimensiones antropológicas.
¿Qué nos depara el futuro? Klaus Schwab y las élites que se reúnen anualmente en Davos seguirán persiguiendo sus intereses hasta que se cree un contrapeso a estos intereses. De momento vemos cómo las grandes corporaciones están subordinando al Estado a través de sus diferentes estructuras. Vemos cómo la riqueza del estado, los recursos naturales, etc. pasan a manos de corporaciones propiedad de un puñado de personas. Rumanía es, por desgracia, un ejemplo evidente en este sentido. Pero el mundo globalizado ya no es tan monolítico como parecía hace diez años. Una prueba de ello es la reacción de Elon Musk al no ser invitado a Davos. El soberanismo parece ser una tendencia que empieza a ganar terreno a nivel mundial. Aún no está claro hasta dónde avanzará.
Deberíamos preocuparnos más por la educación, con un mayor énfasis en los estudios humanísticos. Las diferencias entre progreso tecnológico y conciencia social han crecido tanto que podrían desencadenar cataclismos.
Presentación del autor como ponente principal en el seminario web internacional "Post Davos 2023. ¿Del mundo unipolar a un mundo multipolar?", organizado por EURODEFENCE Rumanía y el Instituto MEPEI, el jueves 26 de enero de 2023, al que asistió una enorme audiencia internacional desde EE.UU. hasta Australia.
General (ret.) Corneliu Pivariu, miembro del Consejo Asesor de IFIMES y fundador y antiguo director general de INGEPO Consulting
IFIMES - Instituto Internacional de Estudios sobre Oriente Medio y los Balcanes, con sede en Liubliana, Eslovenia, tiene estatus consultivo especial en ECOSOC/ONU, Nueva York, desde 2018.