Opinión

De la tragedia a la farsa

photo_camera AYUSO

Con motivo del culebrón que ha vivido la familia real británica tras la entrevista que los duques de Sussex dieron a la periodista Oprah Winfrey en la que lanzaron acusaciones de racismo contra parientes no identificados que habrían hecho comentarios sobre cuál iba a ser la tonalidad de piel del hijo que esperaban (lo cual por lo que se dice no me extrañaría nada), el propio príncipe Harry hizo una referencia a su madre para comentar que la historia se repite. Lo que no dijo es que primero lo hace como tragedia y luego como farsa y creo que eso se aplica perfectamente a su caso.

Otra farsa es la que estamos viviendo en España con los acontecimientos de Murcia y Madrid. Al parecer el PSOE (Ábalos con la bendición de Sánchez) y Ciudadanos (Arrimadas sin contar con la Ejecutiva de su partido) se pusieron de acuerdo para desbancar con una moción de censura al gobierno que preside López Miras (PP), formado por una coalición de PP y CS, sobre la base de acusaciones de corrupción y de escándalos relacionados con la indebida vacunación preferente contra el Covid-19 por parte de amiguetes. Todo parecía indicar que la maniobra triunfaría y ya se felicitaban en Ferraz cuando tres diputados regionales de CS se negaron a secundar una maniobra orquestada desde Madrid y no apoyaron la maniobra para alegría del PP y enfado socialista, que acusa de “traición” y califica lo ocurrido de “Tamayazo”. Mientras escribo hay rumores de que todo el mundo en Murcia anda cortejando a tres diputados expulsados anteriormente de Vox. ¡Lo que faltaba!

Todo esto es una vergüenza y no es extraño que la democracia sufra con estas conductas. Clama al cielo que los políticos se dediquen a estas maniobras rastreras en plena pandemia que cuesta vidas, y que nos ha metido en una terrible crisis económica que destruye mucho empleo. La actual situación de España es un drama para muchísimas familias. Pero es que además aquí todos quedan mal: Arrimadas porque ha demostrado tendencias autoritarias al no consultar antes con su Ejecutiva y porque ha quedado claro que no controla a su propio partido, como demuestra
 
la sublevación en las filas de CS de Murcia que ha dado al traste con sus planes. Y eso al margen de que quiera refundar y recentrar un partido llevado a la irrelevancia por las veleidades de Rivera, al que se le subió el éxito a la cabeza hasta nublarle la vista. Mucho de lo que hoy ocurre en España es consecuencia de su negativa a pactar con el PSOE cuando tenía muchos diputados que reforzaban su posición negociadora y que nos hubiera ahorrado la vergüenza del vicepresidente segundo del gobierno que tenemos. También sale trasquilado el PSOE porque se ha equivocado, ha apostado por caballo perdedor y ha quedado en evidencia. Otro éxito de Ábalos tras su peripecia de Barajas con la vicepresidente venezolana que tenía prohibida la entrada en Europa. Y aunque den saltos de alegría también sale malparado el PP porque lo ocurrido refuerza su imagen de corrupción, la razón esgrimida inicialmente para la moción de censura fallida, y eso es lo último que necesitaba Pablo Casado mientras Bárcenas sigue declarando sobre sobres de sobresueldos no declarados por sus máximos dirigentes durante muchos años.

Y lo de Madrid... Díaz Ayuso, que no debía fiarse un pelo de sus socios de CS en el gobierno, lo disolvió y convocó elecciones el 4 de mayo en cuanto le contaron lo que había pasado en Murcia. Y eso al margen de que CS le asegurase por activa y por pasiva que lo de Murcia no iba con ella, porque cuando no hay confianza nada sirve. El PSOE, cogido a contrapié y sin candidato (tras intentar en vano convencer a la ministra de Defensa presentará de nuevo a Ángel Gabilondo) se sacó entonces del bolsillo una moción de censura (igual que un rato antes había hecho Más Madrid), que no tiene posibilidades de triunfar sin CS pero con la que esperan frenar la convocatoria electoral porque temen que Díaz Ayuso refuerce su posición e incluso pueda llegar a tener mayoría absoluta con su eslógan de “Socialismo o Libertad”, como si en España no la hubiera (es curioso que en esto coincida con Pablo Iglesias y con Puigdemont, le dará un soponcio cuando se de cuenta). El resultado es un embrollo jurídico de regular tamaño que está en los Tribunales.
 
A mi todo esto me produce perplejidad e irritación mientras espero una vacuna que no llega, y esa irritación aumenta cuando me entero de que usan mis impuestos para comprarle al ministro del Interior una cinta para correr en casa. ¡Dios mío, en qué manos estamos!!

Jorge Dezcallar Embajador de España