Opinión

Economía en Egipto

Por Anwar Zibaoui
Foto: Egipto es un país con un gran potencial económico, pero tiene que hacer grandes reformas en su estructura productiva.
 
 
Muchos egipcios esperan que el cambio que se avecina después de las elecciones que llevaron Al-Sisi a la presidencia les abra el camino a la recuperación. Aunque no va a ser fácil. La clave está en crecer y crear empleo: se necesitan 9,5 millones de puestos de trabajo hasta el 2020. Es el termómetro de la estabilidad. El nuevo liderazgo tendrá que impulsar la inversión en infraestructuras que generen empleo. En este empeño se buscará el apoyo de aliados internacionales, lo que podría mantenerle el favor de una población cansada tras tres años de vaivenes. Con un PIB de 270.000 millones de dólares y una población de 80 millones, la economía egipcia se basa en tres pilares sensibles: los ingresos del Canal de Suez, las remesas y el turismo, combinados con el apoyo internacional.
 
El desempleo, la falta de vivienda, unas infraestructuras inadecuadas, la mala distribución de la riqueza y una amplia brecha social son los males. El desafío será conseguir la transformación radical. En particular, fortalecer el sistema judicial, la protección del derecho de propiedad, la corrupción, la burocracia, el papel del sector privado y simplificar los procedimientos para la inversión. Los horizontes abiertos por el cambio político y la ayuda de miles de millones de dólares de ayuda financiera de los países de Golfo que apuntalan la economía no son la solución a largo plazo, pero permitirán al nuevo gobierno priorizar la economía para abordar los problemas más acuciantes como la vivienda, la salud y la educación.
 
Las autoridades recurrirán al sector privado para implementar ambiciosos proyectos que pretenden ser el nuevo símbolo el país, como la construcción de un millón de viviendas con un presupuesto de 40.000 millones de dólares y 104.000 millones de dólares para el AVE Alejandría -Lúxor, el plan del Canal de Suez, el Metro y los puertos, la construcción de Ayaat City, plantas eólicas, solares y de aguas residuales, y eléctricas o refinerías. Si se consolida la estabilidad, el país será testigo de una multitud de nuevas oportunidades para empresas internacionales. Egipto tiene todos los componentes necesarios para consolidar su economía y ser una gran potencia regional: Recursos, personas, dinamismo, espíritu empresarial, ubicación y Vínculos globales y regionales. El país del Nilo se encuentra en medio de una experiencia abierta a todos los escenarios. Deberá enfrentarse a retos importantes pero será en la reforma política y la carta económica donde se juegue el futuro. El éxito económico será vital para el proceso político.