Opinión

El “falso” Informe enviado al presidente Sánchez sobre las relaciones israelí-marroquíes busca aumentar la tensión en la región

photo_camera Flags of Israel and Morocco

Algunos medios de prensa marroquíes (Le Collimateur y Hespress), dieron a conocer una “primicia periodística” el pasado sábado 27 de noviembre, en la que se daba cuenta de “un alarmante Informe remitido por los servicios de información militares al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, bajo el título ‘Nubarrón rojo sobre el cielo de Madrid’, alertando sobre “el peligro que representa para España el reciente acercamiento entre Marruecos e Israel”.  

Ni que decir tiene que, en las condiciones de crisis profunda entre Argelia y Marruecos con la ruptura de relaciones diplomáticas y las espadas levantadas entre ambos rivales geopolíticos del Magreb, la agencia oficial de prensa argelina APS, se hico eco unas horas más tarde de la misma, indicando que “no sólo a Argelia le preocupa la alianza marroquí-sionista, sino también a España”. Mal acierto del Gobierno de Abdelmadjid Tebboune en línea con su antisionismo visceral.

Según las informaciones recabadas por este periódico, el scoop no fue inventado por los citados medios de prensa marroquíes, sino que tiene su origen en España. En efecto, varios medios de comunicación online ibéricos han establecido un deal con algunos homólogos marroquíes, según el cual se intercambian scoops y filtraciones de prensa interesadas. Los españoles están ávidos de noticias que pongan en entredicho al Gobierno de Pedro Sánchez, que busquen sus flancos débiles, o luzcan sus contradicciones, y compran, de los medios marroquíes o de “fuentes absolutamente solventes, dicen, cercanas al Palacio Real”, cualquier información escandalosa. A cambio de ello, pasan a los vecinos, sus propios scoops, como ese extravagante Informe de los servicios secretos españoles enviado al presidente Sánchez. 

Merece la pena detenerse un poco en el “alarmante Informe”, y desmenuzarle. En primer lugar, aun en el caso de que hubiera existido, no sería “un informe de los servicios secretos españoles”, sino un documento ad-hoc del CESEDEN (Centro Superior de Estudios para la Defensa) cuya misión es elaborar análisis destinados al Estado Mayor de la Defensa, y no al presidente del Gobierno. Para tener documentos de análisis geopolítico y estratégico, la Presidencia del Gobierno dispone del Departamento de Seguridad Nacional dirigido por el general Miguel Ángel Ballesteros, de amplia experiencia y conocimiento del Magreb y de las relaciones hispano-marroquíes, y que no necesita de ningún apoyo del CESEDEN para hacerlo, pues dispone de su propio equipo.

Segundo error, de fondo. Ni el CESEDEN, ni el Instituto de Estudios Estratégicos, que viene a ser lo mismo, son “servicios de inteligencia”, ni civiles, como pretende la agencia argelina, ni militares, como escribe la prensa marroquí. El único servicio de inteligencia español civil es el CNI (Centro Nacional de Inteligencia), y el militar es el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS) dependiente del Estado Mayor de la Defensa y que se ocupa de la inteligencia militar. Los demás, organismos, institutos, centros de análisis y documentación, etc., existentes en España, que son muchos, no son “servicios de inteligencia”. 

Tercer error, de forma. Además del título que le han puesto al Informe, ‘Una nube roja en el cielo de Madrid’, que parece de una novela de misterio, los autores de los citados artículos pretenden que tiene 214 páginas. Es decir, un Libro Blanco, más que un Informe de inteligencia. Cualquier periodista que haya tenido conocimiento de algún Informe confidencial elaborado por los servicios de cualquier país dirigido a su respectivo Gobierno, sabe que cuando llega a las 20 páginas ya es demasiado largo. Un informe debe ser conciso, preciso y claro, y no un relato novelado. 

Cuarto error, político. El Informe asegura que “todos sabemos que la nación española está en gran peligro”, y apunta a Israel como “enemigo” más real que potencial, ya que el proceso de reacercamiento entre Marruecos e Israel permitirá al primero adquirir “fácilmente equipos de seguridad de alta tecnología”, lo que hará “imposible para España, cualquier negociación con Marruecos”. Leído de otro modo, el amigo de mi enemigo ha pasado de ser mi amigo a ser mi enemigo. 

El hecho de considerar a Israel como enemigo de España, que viene a ser como considerar a los Estados Unidos como enemigos de España, no solo es una ruptura total con la política llevada a cabo por España desde el comienzo de la Transición democrática en 1976, sino que pone en cuestión todos los acuerdos firmados por España con Occidente, con la OTAN y con la Unión Europea. Confundir los problemas coyunturales que se originan entre España y Marruecos, que en ciertos casos son serios y hay que abordarlos como tal, con un estado congénito de enemistad y agresividad bélica, es atizar el fuego, alimentarlo con nuevo combustible, cuando no con cartuchos de dinamita barnizados de pintura ecológica. 

Quinto error, fakes news. El Informe recoge una información falsa sacada por el diario online El Español, diciendo que “la cooperación israelí-marroquí comprende también la construcción de una base militar conjunta cerca de nuestras fronteras nacionales”. Una información dada por el diario que dirige Pedro J. Ramírez, sin presentar ninguna prueba, ni documento, e impensable conociendo la historia moderna de Marruecos y también de Israel. 

Es preocupante, sin embargo, que los lobbies económico-financieros españoles que manipulan un número importante de medios de influencia y comunicación, adopten el lema de “todo vale” cuando se trata de obtener ganancias, en la venta de armas y en la defensa de grupos energéticos. Los “daños colaterales” que pueden acarrear, como crisis y conflictos armados, no tienen importancia para ellos.