El ayuno islámico

Ramadán

A mediados de este mes de abril, millones de musulmanes en todo el mundo comienzan el ayuno del mes de Ramadán, durante un período de treinta días, aunque puede variar dependiendo del año y de la posición geográfica. Mucho antes de que amanezca, se levantan, toman un desayuno ligero, y hacen las oraciones de la mañana; para luego abstenerse de comer, beber y de mantener relaciones matrimoniales hasta la puesta del sol, cumpliendo así con uno de los pilares más importantes del islam. Durante este mes, harán el esfuerzo de desconectarse, en la mayor medida posible, de sus preocupaciones diarias mundanales, con el fin de dedicar más tiempo a sus vidas espirituales. El Ramadán proporciona una oportunidad para centrarnos en el aspecto de nuestra existencia. La obligación de ayunar está claramente señalada en el Sagrado Corán:

“¡Oh creyentes! se os prescribe el ayuno, como fue prescrito a los que os precedieron, para que seáis justos.” (2:184).

Conseguir el progreso espiritual y alcanzar una mayor cercanía a Dios Todopoderoso son las razones fundamentales para ayunar en el mes de Ramadán. Pero incluye otros aspectos.

Filosofía espiritual y moral

Para los musulmanes, ayunar es un acto de obediencia y sumisión a Dios, y nace de ese deseo profundo de progresar, de realizar una lucha diaria para vencer la maldad existente nuestro interior, y convertirnos en mejores personas. Obtener el agrado Divino de esta forma, sería en sí misma, una razón suficiente para ayunar.

Se puede decir que el ayuno es una forma de entrenamiento, ya que, si un creyente puede abstenerse de cosas lícitas como tener relaciones íntimas con su cónyuge, comer y beber, entonces estará mucho mejor preparado para resistir la tentación de aquellas cosas que no le están permitidas.

El Santo Profeta Muhammad dijo: “En verdad, el ayuno es como una protección. Por tanto, cuando uno de vosotros esté ayunando, que no hable de forma inapropiada ni actúe neciamente. Si alguien disputa con vosotros u os insulta, decid: estoy ayunando, ciertamente estoy ayunando”. “Si uno no abandona la falsedad en sus palabras y hechos, Al-lah no necesita de este individuo que abandone la comida y la bebida”.

El espíritu del Ramadán, con las oraciones voluntarias de la noche, la recitación frecuente del Sagrado Corán, y las súplicas especiales, proporciona al creyente la oportunidad de experimentar un renacimiento espiritual, que, acompañado de la autodisciplina, ayuda también a controlar sus necesidades y deseos.

Filosofía psicológica y social

Durante el Ramadán, el creyente tiene que cambiar su rutina para ser capaz de adaptarse a los cambios en las circunstancias y los sucesos. Millones de musulmanes en todo el mundo siguen las mismas regulaciones, y esto promueve un sentimiento de hermandad y unidad, y también un ambiente de piedad. El “Shaitan” de cada cual es encadenado.

La abstención legítima y voluntaria de comida y bebida hace que el creyente aprecie las bondades de Dios que normalmente damos por hechas en el curso de nuestra vida. Promueve también la caridad hacia el pobre y el necesitado, ya que una persona rica se muestra más cercana a los sufrimientos del pobre cuando experimenta por sí misma los dolores del hambre y la sed.

Científicos musulmanes y no-musulmanes han escrito sobre los beneficios del ayuno tanto físicos como médicos. El cuidadoso control de la toma de calorías lleva al incremento de la longevidad. Científicos del Baylor College of Medicine en Texas, Estados Unidos, consideran el ayuno islámico como una posible forma efectiva y de bajo coste en la lucha contra la obesidad.  Hay médicos que aconsejan métodos de curación mediante el uso casi exclusivo del ayuno. Se ha demostrado médicamente que los que ayunan durante un largo período de tiempo, recuperan el cabello y recobran parte de la juventud y del crecimiento físico. Cura la adicción al alcoholismo, las drogas, el tabaco, que constituyen un peligro. Es una excelente disciplina religiosa que forma la mente y el cuerpo para enfrentarse a las crisis, la ira, el hambre, la sed, etc. Según los místicos, el secreto de la vida es hablar poco, comer poco y dormir poco. Todas estas disciplinas se ejercitan durante el mes del ayuno.

Rasgos distintivos del ayuno islámico

Todos los musulmanes tienen la obligación de ayunar, pero están exentos aquellos que estén enfermos o tengan una salud delicada, las mujeres embarazadas o lactantes, o aquellos que estén viajando; a estos no se les permite guardar el ayuno.

Hay que destacar que el Ramadán es el noveno mes del calendario lunar islámico, y por tanto la fecha del primer día de Ramadán tendrá lugar cada año, más o menos, diez días antes (del año anterior), de acuerdo con el calendario lunar. En este sentido, si un musulmán guarda el ayuno a lo largo de un período de 36 años, habrá experimentado el ayuno en cada estación del año, desde los días largos y calurosos del verano, hasta los más cortos del invierno.

La importancia del ayuno en el mundo de hoy

En una sociedad global en la que, por desgracia, imperan una serie de ideas tácitas y sutiles que tienen una influencia cada vez más grande en la sociedad moderna. Bernardo Kastrup lo ha llamado “materialismo metafísico”, que significa elevar el materialismo puro y duro a conclusiones filosóficas, que expresan que la consciencia sólo existe cuando el cerebro alcanza un cierto nivel de complejidad, y que, por tanto, cuando el cerebro deja de existir, la consciencia también deja de existir, por lo que no puede haber vida después de la muerte.

El apego sin igual que el mundo, en general, posee a las cosas materiales y a la urgencia de alcanzar el éxito material, lleva a la gente a trabajar largas horas y tolerar condiciones difíciles de trabajo para simplemente mejorar su estatus y su situación financiera muy por encima de niveles aceptables, mientras que gastan su salario, duramente ganado, en cosas innecesarias y en la renovación anticipada de cosas que ya poseen. Básicamente nadie está inmune a los efectos inmensos y subliminales del materialismo, incluidos aquellos que proclaman seguir alguna de las grandes religiones.

La práctica del ayuno durante el Ramadán es importante, pues reafirma al creyente frente a las influencias materialistas que fomentan el egoísmo y la ausencia de solidaridad. Escribe el Fundador de la Comunidad Ahmadía Musulmana, S. S. Hazrat Mirza Ghulam Ahmad de Qadián: “Cada día, Dios Todopoderoso registra las acciones de cada individuo. Por lo tanto, cada persona debería tener un registro de sus actividades diarias, reflexionar sobre ellas y preguntarse si ha hecho o no algún progreso en la práctica de sus actos virtuosos. El día de hoy y el de mañana no deberían ser iguales. Si nuestro hoy y nuestro mañana son iguales en lo que respecta a la realización de actos virtuosos, entonces habremos fracasado. Cualquier persona que crea en Dios Todopoderoso y tenga fe firme en Él, nunca se echará a perder. De hecho, cientos de miles de personas pueden verse salvadas gracias a este individuo.”

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